Ciencia

¿GPS cerebral? El truco de las personas que despiertan antes de llegar a su paradero

Incluso estando dormidos, el cerebro sabe cuándo es el momento preciso para alertarnos. ¿Cómo es posible? Dos neurólogos lo explican.

¿Cuál es el secreto de las personas que duermen en el transporte público y despiertan justo antes de llegar a su destino? Foto: Adobe Stock
¿Cuál es el secreto de las personas que duermen en el transporte público y despiertan justo antes de llegar a su destino? Foto: Adobe Stock

Quizás alguna vez te hayas encontrado en el transporte público con una persona —o podrías ser tú— que duerme plácidamente en su asiento y, justo antes de llegar a su paradero, despierta sin sobresaltos para bajarse del autobús.

¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es el truco? ¿Acaso aún estando dormidos nuestro cerebro funciona como un GPS y sabe dónde estamos o cuánto hace falta para llegar a nuestro paradero?

La República entrevistó a dos médicos peruanos para saber qué sucede en nuestro cerebro en ese preciso momento del viaje.

Un sueño poco profundo

En primer lugar, es necesario aclarar que “el sueño no es un estado de inconsciencia, sino un estado diferente de la conciencia”, dice Darwin Vizcarra, neurólogo y director del Instituto del Sueño HYPNOS en Lima, Perú.

“El sueño tiene fases, hay fases más profundas y otras más superficiales”. Con ‘profundidad’ y ‘superficialidad’, el experto se refiere a la resistencia de una persona a ser despertada.

“El cerebro cambia el nivel de profundidad del sueño ante ciertas situaciones” para así “estar más atentos a lo que sucede a nuestro alrededor”. Esto puede estar sucediendo cuando uno viaja en el bus y debe permanecer alerta cuando está cerca del paradero en el que debe bajarse.

William Guevara, neuropsicólogo y docente de Psicología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), coincide en esa explicación.

“En un bus de la ciudad pasamos media hora o una hora”, por lo que estos “sueños intercalados no son profundos”, lo que facilitaría que “nos despertemos más rápido” ante diferentes estímulos, entre ellos el movimiento del carro, el ruido de las personas y, principalmente, la luz solar (que, por cuestiones evolutivas, es la encargada de regular nuestros ciclos del sueño).

Asimismo, “también podría ser que, como estamos en fases muy iniciales del sueño, quizás estamos escuchando las indicaciones del conductor y nos orientamos en el espacio”, sugiere el neurólogo Guevara.

El cerebro necesita práctica y estímulos

Despertarse antes de llegar al paradero o antes de que suena la alarma no es un superpoder de solo algunos elegidos, sino solo cuestión de entrenamiento, sugieren ambos especialistas.

De acuerdo con Guevara, “la capacidad de regular el sueño la tenemos todas las personas, pero no todos la desarrollan”. “Es como las matemáticas”, señala, “es cuestión de práctica, nada más”.

Así, por ejemplo, un médico que está de guardia en un hospital puede programarse para dormir de manera superficial en las noches y así estar más pendiente a los llamados; o una madre que atiende a su bebé por la noche puede ordenarle a su cerebro a que despierte cuando escuche el llanto de su niño y no el de otros.

“Uno puede programar y ser relativamente selectivo para que ciertos estímulos interrumpan el sueño”, precisa Vizcarra.

En todo caso, para Guevara, estas ‘cabeceadas’ en el transporte público terminan siendo “muy reparadoras” para nuestra vida diaria, siempre que no sean con frecuencia, lo que podían ser signos de un trastorno del sueño.