La sustancia más mortal del mundo: 1 gramo podría matar hasta a 100 millones de personas
Cantidades considerables de la toxina butolínica pueden surgir en carnes mal conservadas o comida enlatada incorrectamente.
Existen diversas sustancias que son peligrosas para la salud humana como el cianuro, el arsénico o el plomo. Sin embargo, ninguna es tan letal como la toxina butolínica: solo un gramo, distribuido minuciosamente en varias dosis, podría acabar con la vida de hasta 100 millones de personas.
Una de sus formas más conocidas es la toxina butolínica de tipo A, también llamada bótox, el medicamento de fines cosméticos que se usa para tratar arrugas en la piel evitando que algunos músculos se muevan.
Toxina butolínica: ¿qué tan peligrosa es?
Los científicos estiman la toxicidad de una sustancia por su LD50, abreviatura que significa la cantidad de dosis que se requiere para matar a la mitad de la población de estudio.
La toxina butolínica es producida por la bacteria C. botulinum, que suele aparecer en comida enlatadas o alimentos en pésimo estado de conservación. Foto: Oregon State University.
Si bien no se conoce la dosis letal de la toxina butolínica en humanos, al extrapolar los resultados de estudios con animales (monos y ratones, principalmente), los científicos aseguran que para un ser humano de 70 kg de peso, la administración de 0,1 µg (vía endovenosa o intramuscular), 1 µg (vía inhalación) o 70 µg (vía oral) serían letales.
Considerando que cada microgramo (µg) equivale a una millonésima parte de 1 gramo, esta última cantidad sería mortal para más de 14.000 personas si se administra vía oral, para un millón de personas si la inhalan y para 100 millones si se la inyectan.
Por esa razón, la toxina butolínica figura entre los agentes biológicos de más alta prioridad para los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), al lado de virus extremadamente letales como el ébola o la viruela humana.
¿Dónde se encuentra?
La toxina butolínica es producida por la bacteria Clostridium Botulinum, que crece en lugares con escaso oxígeno. Por eso, surge con facilidad en comida mal enlatada o mal preservada.
Microfotografía de la bacteria Clostridium botulinum. Foto: CDC
Fue descubierta en el siglo XVIII por el médico alemán Justinus Kerner, quien la describió como “el veneno de salchicha”, porque observó que surgía de la carne preparada incorrectamente.
De allí también proviene el nombre de la enfermedad que causa la toxina, el botulismo (botulus en latín significa salchicha).
¿Qué es el botulismo?
El botulismo es una enfermedad grave que comienza provocando la parálisis de los músculos de la cara para luego extenderse por todo el cuerpo hasta causar un paro respiratorio y, en ocasiones, la muerte.
La enfermedad se trata con dos antitoxinas que evitan que se produzcan daños. Los antibióticos no son la solución ya que no es la bacteria la causa el daño, sino la toxina acumulada en los alimentos.
¿El bótox es seguro?
El bótox es un medicamento seguro y eficaz debido a que utiliza dosis mínimas de la toxina botulínica. Se recomienda que el medicamento siempre sea aplicado por un profesional con experiencia.
Las inyecciones de bótox se usan a menudo en cirugías estéticas para evitar que un músculo se contraiga temporalmente y así se formen arrugas. También se emplea para tratar contracturas musculares, transpiración excesiva, disfunción de la vejiga y pulsaciones oculares.
Algunos efectos secundarios tras la inoculación de bótox son:
- Dolor o hinchazón en el lugar de la inyección
- Dolor de cabeza o síntomas similares a los de la gripe
- Sequedad ocular
- Párpados caídos