El transporte en Perú continúa siendo materia de evaluación para el Gobierno, pues el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) impulsa un plan ferroviario que tiene como objetivo la conexión de las regiones de la costa, sierra y selva del país. Este Plan de Desarrollo Ferroviario, denominado por el Ejecutivo, da más luces tras la reciente inauguración del Megapuerto de Chancay.
Como parte de la iniciativa del MTC, el proyecto del tren bioceánico peruano surge como el futuro de la conexión con Brasil a través del distrito de Chancay, una ruta que no solo trasladará carga, sino también pasajeros y tiene como objetivo beneficiar a más de 12 millones de personas de las regiones de Lima, Pasco, Huánuco y Ucayali. De esta manera, la Amazonía peruana estará conectada con el océano Pacífico.
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El director general de Políticas y Regulación en Transporte Multimodal del MTC, Víctor Arroyo, indicó que el proyecto del tren que unirá Chancay (Huaral-Lima) con Pucallpa (Ucayali) se encuentra en la etapa de estudios preliminares.
Arroyo destacó que la inversión requerida será considerable y que su viabilidad depende de estudios técnicos de demanda. Además, subrayó la relevancia de la participación privada para financiar el proyecto. “El impacto será positivo en el aspecto comercial y en el tema social, porque no solo se transportaría carga, sino también pasajeros para sacarle el máximo provecho a la vía ferroviaria”, expresó.
El titular del MTC, Raúl Pérez Reyes informó que la ruta del futuro tren bioceánico iniciará en las ciudades brasileñas de Porto Velho y Cruzeiro do Sul y abarcará territorio peruano hacia Pucallpa, en la región Ucayali, con conexión en el Megapuerto de Chancay. Este corredor de transporte impulsará el crecimiento económico de Perú al fortalecer la integración regional y mejorar la infraestructura logística, sostuvo.
El Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, un proyecto de larga data, tiene como finalidad conectar a varios países de la región mediante una infraestructura ferroviaria estratégica. En 2023, los presidentes Luis Arce de Bolivia y Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil reafirmaron su compromiso para reactivar este megaproyecto, cuyo objetivo es enlazar los océanos Atlántico y Pacífico.
Tren conectaría a Bolivia en al ruta Brasil-Perú. Foto: Logística 360
Hasta el año 2020, el trazado del proyecto del tren bioceánico tenía como punto de partida el puerto de Santos, en Brasil, en la costa atlántica. Desde allí ingresaba a Bolivia por Puerto Suárez, cruzaba municipios como Montero y Bulo Bulo, para luego salir hacia Perú a través del hito 4, finalizando en el puerto de Ilo, sobre el Pacífico. Este trayecto abarcará 3.755 kilómetros de vías ferroviarias.
Brasil, con una infraestructura ferroviaria ya desarrollada, solo necesita completar un tramo que conecte con la hidrovía Paraguay-Paraná para integrarse plenamente al proyecto. Bolivia, por su parte, ha incluido en su Plan de Desarrollo Económico y Social 2021-2025 las obras necesarias para enlazar sus líneas ferroviarias orientales con las occidentales.
En contraste, Perú, que alberga el estratégico puerto de Chancay, aún debe iniciar las tareas fundamentales para sumarse al corredor ferroviario Chancay-Pucallpa, lo que representa un desafío clave para su integración al proyecto.
Durante el primer trimestre de 2024, en la conferencia descentralizada Cinco Hélices, celebrada en la ciudad de Chancay, provincia de Huaral (Lima), se presentó información clave sobre el ambicioso proyecto de interconexión con Brasil. Este megaproyecto, que abarca una extensión de 8.000 kilómetros entre ambos países, requerirá una inversión superior a los 10.000 millones de dólares.
De acuerdo con estudios de la Gerencia Regional de Desarrollo Económico, la creación de este corredor ferroviario generaría un impacto económico significativo tanto a nivel nacional como regional. Esto se debe, en gran parte, a que el sector agropecuario en departamentos como Ucayali, que concentra el 70 % de las exportaciones regionales, podría beneficiarse considerablemente.
En tanto, productos como el cacao, la palma aceitera, el aguaje y la madera, cuyas cadenas productivas están en constante crecimiento, serían clave para el desarrollo económico impulsado por esta infraestructura.