Muchos nombres resuenan con fuerza en la gastronomía peruana y, aunque la mayoría sea de personajes masculinos como Gastón Acurio, Virgilio Martínez o Mitsuharu Tsumura, cada vez más mujeres se abren paso en este sector históricamente dominado por hombres. En ese sentido, destaca una cocinera con una trayectoria desde el arte de la pintura hasta conquistar los paladares y corazones, con una propuesta culinaria innovadora que la ha llevado a ser una de las chefs más reconocidas del Perú.
Su restaurante, Matria, se ha convertido en un referente de la cocina peruana moderna, principalmente por su enfoque en ingredientes locales y su compromiso con la sostenibilidad.
Arlette Eulert Checa, nacida en Lima en 1982, estudió Pintura en la Facultad de Arte y Diseño de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Sin embargo, durante su estancia en Barcelona, a donde viajó para continuar su carrera artística, decidió cambiar de rumbo y enfocarse en el arte culinario.
Al regresar al Perú, se embarcó en una nueva etapa de aprendizaje en el instituto de cocina Le Cordon Bleu, en Lima.
Según la web de cocina Scoolinary, su experiencia en el mundo gastronómico empezó en 2001, colaborando con Rafael Osterling en Café del Mar, para luego trasladarse al restaurante Rafael, donde alcanzó el puesto de sous-chef hasta el 2010. Cuando empezó a trabajar en ambientes culinarios era la única mujer en una cocina de 20 hombres, indicó para Bloomberg Línea.
En el transcurso de estos años adquirió experiencia en el extranjero, en establecimientos como Sucre (Guayaquil), Ibai Restaurant (Barcelona), Gaig Restaurant (Barcelona), Nobu (Londres) y Dom Restaurant (Sao Paulo). Posteriormente, se unió al equipo de Mercado, donde ejerció como sous chef durante tres años hasta formar su propio proyecto.
La transición de Arlette Eulert Checa de la pintura a la cocina no fue una decisión fácil, pero sí una que definiría su futuro. Cuando se encontraba convalidando su carrera con una universidad en España le sorprendió el cambio de una sociedad cerrada, como la peruana, a otra demasiado liberal. Según cuenta en una exposición que dio para TEDX Talks, ello la bloqueó y le hizo sentir un gran vacío, pese a estar rodeado de gente como su familia, y solo encontró consuelo en la cocina.
“Me ayudó a cocinar. Pasé los días cocinando, buscando mi nueva vocación y con muchos kilos de más volví a Perú. En ese proceso descubrí que mi país es muy rico en cultura, tradiciones, técnicas ancestrales y sobre todo en una gran defensa natural. Todo este abanico es mi paleta para poder cocinar. Sin tradición no hay innovación. Lo que me sucedía con la pintura es que sentía que todo estaba creado. A diferencia de la cocina, sobre todo en la peruana, donde siempre siento que hay más por descubrir”, señaló.
Arlette Eulert Checa. Foto: El Trinche.
Arlette Eulert Checa ha acumulado numerosos logros a lo largo de su carrera. Su restaurante, Matria, es un testimonio de su talento y dedicación, debido a que no solo es conocido por su menú innovador que cambia con las estaciones, sino también por su compromiso con la sostenibilidad y el uso de ingredientes peruanos. Este enfoque le ha valido reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.
Eulert ha sido invitada a participar en diversos eventos gastronómicos alrededor del mundo, donde ha compartido su visión de la cocina peruana moderna. Además, ha recibido varios premios y reconocimientos por su contribución a la gastronomía, como en 2016, que recibió un reconocimiento por su aporte a la gastronomía peruana, por parte del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, y en el 2018, ganó el premio Summum a la mejor chef mujer de Perú.
Según señala Arlette Eulert para el portal Bloomberg Línea, Matria proviene de Mama Pacha, una expresión quechua que se traduce como ‘Madre Tierra’. El nombre es una oda al 'matraircado'.