Lima, la capital del Perú, fue identificada como una de las ciudades más contaminadas con plomo, según el último informe de IQAir realizado en 2023 y publicado en marzo de 2024. Este informe ha cobrado relevancia ante los datos alarmantes sobre la calidad del aire y la presencia de metales pesados en la atmósfera de la ciudad.
Conocida como la ciudad panza de burro debido a la constante capa de nubes grises que cubren su cielo, Lima ha estado lidiando con altos niveles de contaminación durante varios años. Sin embargo, el informe de IQ Air destaca un componente nuevo y preocupante en esta problemática, el plomo.
El informe de IQAir revela que la contaminación del aire sigue siendo una grave amenaza para la salud mundial. Más del 92% de los países y regiones estudiadas superan las directrices de la OMS sobre las concentraciones de PM2.5.
Las ciudades más contaminadas del mundo se concentran en Asia Central y Meridional, y solo siete países cumplen con los estándares de la OMS. La exposición a PM2.5 puede causar enfermedades afectando de manera desproporcionada a los grupos vulnerables.
En América Latina, el 70% de los datos de calidad del aire provienen de sensores no regulados. Foto: difusión
El PM2.5 es una partícula microscópica, 36 veces más pequeña que un grano de arena, que se origina principalmente en procesos de combustión como motores de vehículos, industrias y incendios forestales. Debido a su tamaño, puede ser inhalada profundamente en los pulmones, afectando directamente la salud respiratoria.
Según la OMS, la exposición prolongada a PM2,5 acorta la esperanza de vida en más de dos años, además de causar o agravar enfermedades como asma, cáncer, accidentes cerebrovasculares y enfermedades pulmonares.
Los cinco países más contaminados en Sudamérica, según el último informe de IQAir, son:
Las partículas PM2.5, presentes en zonas altamente contaminadas, son responsables de la reducción en la esperanza de vida a nivel global. Foto: difusión
La OMS sugiere varias soluciones para combatir la contaminación del aire, incluyendo la adopción de políticas que promuevan el uso de transportes menos contaminantes, como los eléctricos o bicicletas. Además, recomienda mejorar la eficiencia energética de las viviendas, las industrias y la generación de electricidad.
Las partículas finas como el PM2.5 pueden agravar problemas de salud como el asma, afectar el desarrollo cognitivo en los niños y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.