Lejos de garantizar la calidad de las universidades públicas ya existentes, la presidenta Dina Boluarte respaldó, en su mensaje a la nación, la decisión del Congreso de crear 11 nuevas universidades estatales en el país.
Sin embargo, un reciente estudio del Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior (Cappes) indica que la creación masiva de universidades públicas no es una alternativa que facilite el acceso de los estudiantes a una educación de calidad. Por el contrario, genera ineficiencia en el sistema universitario público.
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Según señala, la creación de una universidad toma al menos 7 años y la inversión por alumno en universidades de zonas rurales puede ser dos o tres veces más cara que las universidades de las capitales de región.
Puno. Universidad de Yunguyo solo tiene el terreno.
Según el director ejecutivo de Cappes, Jorge Mori Valenzuela, en ese tiempo (7 años) se pierde una generación de jóvenes que necesitan acceder a la educación superior.
Precisó que hay rutas más rápidas y de calidad que pueden ser la creación de filiales de universidades licenciadas o la creación de facultades o programas semipresenciales. Todas ellas pueden tomar un año.
Remarca que lo más coherente es apoyar a las universidades públicas regionales ya existentes, dotándolas de más presupuesto para que sean más competitivas y de excelencia.
Pocas oportunidades
Apuntó además que hay pocas oportunidades laborales al haber más universidades, porque no son competitivas.
“En general, los egresados de las universidades están enfrentando problemas de empleabilidad. Y las nuevas universidades públicas provinciales o distritales tendrán serios problemas para cubrir sus plazas docentes y atraer a talento para la investigación. Por eso no crecen y las más grandes no pasan de dos mil estudiantes. No tienen la escala suficiente para ser competitivas. Por eso es mejor invertir en las universidades públicas ya existentes”.
Otros expertos consultados como Idel Vexler y Ricardo Cuenca coinciden en que es un anuncio populista el crear 11 universidades públicas y que lo más razonable es la creación de filiales de universidades públicas regionales licenciadas.
Vexler sostiene que las nuevas universidades están siendo creadas sin presupuesto y sin el aval del Ministerio de Economía. “Lo que están creando son expectativas en las provincias, sin tener el financiamiento para su funcionamiento”.
Señaló que “una universidad no se crea con criterio político-partidario, sino cuando hay una necesidad entre la demanda educativa y la oferta laboral de la zona”.
En tanto, el exministro de Educación Ricardo Cuenca apunta que la creación de nuevas universidades estatales debilita la educación pública, pues la inversión en el país no es tan alta como quisiéramos y “abrir nuevas universidades es una opción que va en contra de la apertura de filiales que es lo que se esperaría”.
Además, destacó que nada asegura que teniendo una oferta en las provincias los jóvenes permanezcan allí, pues según los patrones de migración, los jóvenes se están moviendo mucho más que antes hacia lugares con posibilidades de desarrollo.
Agregó que una de las cosas más importantes que se tenía con el licenciamiento era que para abrir una carrera se necesitaba un buen estudio de mercado laboral, pero con la contrarreforma universitaria estos nuevos programas ya no se licencian, solo se informa a Sunedu. “Estamos ante el riesgo de que abran carreras que no garanticen la posibilidad de inserción laboral a sus egresados”.