Mediante un informe el periodista Carlos Eduardo Castro recogió testimonios de vecinos del distrito de Santiago de Surco. Los ciudadanos han manifestado su creciente preocupación debido a la construcción de un nuevo edificio que, según denuncian, está perturbando la paz y tranquilidad de la comunidad. La obra, conocida como Proyecto Madrid, es una edificación de siete pisos que ha alterado significativamente el paisaje y la privacidad de las viviendas adyacentes.
Mary Vilca, residente de la urbanización Tambo de Monterrico, compartió su experiencia. "Antes tenía de vecino colindante una casa con un jardín. Ahora tengo una muralla, un bloque de cemento con registro visual invasivo," comentó. El nuevo edificio, que alberga decenas de departamentos, ha generado un impacto directo en su vida cotidiana, afectando especialmente a sus hijos, quienes se sienten incómodos con la cercanía de las nuevas ventanas.
Otro vecino afectado, Manuel Chumbiray, señaló los problemas de privacidad que ha traído la construcción. "A partir de ahora ya no voy a poder salir a tumbarme acá al jardín de mi casa," explicó al periodista Carlos Castro. La diferencia en el nivel de suelo entre los terrenos ha resultado en un muro divisorio desigual, exacerbando la sensación de invasión de su espacio privado.
Los vecinos han expresado que la construcción del Proyecto Madrid ha resultado en una pérdida considerable de privacidad. Las ventanas del nuevo edificio permiten a los residentes tener una visión directa a las casas vecinas, una situación que para muchos es insostenible. Vilca, quien es comunicadora y ha trabajado en diversos medios, ahora vive una realidad que nunca imaginó. "Mis hijos no quieren ya que les abra las cortinas. Mi hija, todo el día está con la cortina abajo," afirmó, destacando cómo la edificación ha afectado la vida diaria de su familia.
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La construcción del edificio también ha planteado desafíos legales y normativos para los residentes. Según Chumbiray, el muro divisorio construido por la empresa no cumple con las alturas requeridas, creando diferencias notables que afectan la seguridad y la privacidad de su propiedad. "El nivel de piso es diferente en los tres terrenos (teniendo en cuenta a los vecinos). La referencia para esta pared más pequeña es el sótano. En un lado está a una altura y después empieza a bajar," explicó. La falta de uniformidad en el muro ha sido motivo de constante preocupación y malestar entre los vecinos.
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Nati, quien lleva viviendo desde 1987 en la cuadra 2 de la calle Santa Fe de la urbanización Higuereta, es otra vecina afectada y compartió su testimonio sobre los problemas de salud que ha experimentado desde que comenzaron las construcciones. "Desde que iniciaron las obras, he tenido constantes dolores de cabeza y alergias debido al polvo y el ruido", expresó con preocupación. Nati, que padece asma, ha visto agravada su condición, lo que ha impactado negativamente su calidad de vida. "No puedo abrir las ventanas porque el polvo se mete en toda la casa y el ruido constante me impide descansar adecuadamente", agregó. La situación ha llevado a Nati a buscar asistencia médica más frecuentemente, aumentando su estrés y afectando su bienestar general.