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Sociedad

El ‘Tren de Aragua’ y sus tentáculos que operan en Perú

Crimen organizado. Facciones como ‘Los Gallegos’, ‘Dinastía Alayón’ y ‘Los Hijos de Dios’ enviaban millones de soles anuales al Niño Guerrero. Trata de personas, secuestros, extorsiones y sicariatos son algunos de sus delitos cometidos en nuestro país.

Capturados. ‘Dinastía Alayón’, una de las facciones del ‘Tren de Aragua’, fue desarticulada en una operación ejecutada por la Policía y el Ministerio Público. Fue un duro golpe al hampa. Foto: difusión

En su libro El Tren de Aragua, la banda que se dispersó en toda América Latina, la periodista Ronna Rísquez relata cómo este grupo, que surgió en Venezuela, pasó de ser una pandilla que operaba desde una cárcel en el estado de Aragua a convertirse en una poderosa estructura criminal que continúa expandiéndose por la región, con un accionar sanguinario similar a las maras de El Salvador.

La autora también relata que el ‘Tren de Aragua’ es una red que cuenta con al menos 5.000 miembros dedicados a más de 20 actividades ilícitas y mafiosas como el sicariato, asesinatos por hegemonía, secuestro, narcotráfico, explotación sexual, además de extorsión.

Según Ronna Rísquez, el ‘Tren de Aragua’ tiene la capacidad de enfrentar a la fuerza pública y someter a la ciudadanía, bajo un modus operandi que combina el pensamiento estratégico, la corrupción y la extrema violencia.

Desde el 2017, nuestro país empezó a enfrentar crímenes que antes eran poco habituales, tales como descuartizamientos, decapitaciones, cuerpos calcinados, homicidios por encargo y redes de explotación laboral y sexual que fueron proliferando a una velocidad inédita.

Así, buena parte de la atención de la Policía peruana fue puesta en el ‘Tren de Aragua’.

Con las enormes oleadas de migrantes, ocasionadas por la sostenida degradación de la calidad de vida en Venezuela, la organización aprovechó la oportunidad y se extendió a todos aquellos lugares donde inmigrantes venezolanos eran susceptibles de sus operaciones. Así como en Perú, las autoridades de Colombia, Ecuador, Panamá, Bolivia y Chile también se declararon en alerta.

Prófugo. Héctor Rutherford Guerrero Flores, Niño Guerrero. Foto: composición La República

Un agente de la División de Homicidios le contó a La República lo que ha sido durante estos años la lucha frontal contra el ‘Tren de Aragua’, cómo esta banda eliminó a poderosas organizaciones criminales peruanas y explotó el mercado del terror en plazas y territorios donde pugnaron por la supremacía.

El desembarco de los emisarios de alias Niño Guerrero, máximo cabecilla del ‘Tren de Aragua’, obligó a que la Policía y el Ministerio Público del Perú repensaran toda su estrategia en busca de erradicar a las facciones o células de esta organización internacional.

Principales facciones

Jorge Chávez Cotrina, fiscal superior y coordinador nacional de las Fiscalías Especializadas contra la Criminalidad Organizada, señala que el año pasado se desarticularon siete líneas principales del ‘Tren de Aragua’ que operaban en el Perú.

Una de ellas es ‘Los Gallegos’, quienes se establecieron desde diciembre del 2021 hasta la actualidad, con roles definidos, repartidos entre mandos principales y mandos medios, que de manera concertada y coordinada cometían los delitos de trata de personas, explotación sexual, extorsión y hasta homicidios.

Esta facción captaba mujeres en Venezuela o Colombia y, con engaños o abusando de su situación de vulnerabilidad, les hacían falsas ofertas de trabajo en el Perú. Era una nueva forma de trata.

De los 22 sujetos detenidos por la PNP y la Fiscalía en estos años, 19 están con prisión preventiva por ello.

Otro de los bandos asentados en Perú es la ‘Dinastía Alayón’, que actualmente es liderada en el Perú por Yomar José Delgado Palacios. Sus 52 integrantes empezaron a operar en octubre del 2022. El año pasado fueron detenidos 24 de sus secuaces, 19 de ellos ya están en prisión.

Rivales. Mamera y Mamut, líderes de dos facciones que se declararon la guerra en Lima. Foto: composición La República

‘Los Hijos de Dios’, que en la actualidad tienen como cabecilla en el Perú y Colombia a Enyer Alberto Durand Mujica, alias HD, también están dedicados a la trata de personas, explotación sexual, extorsión y homicidios, en cada una de las cinco plazas regionales que operan.

Tienen el control de la zona regional de Lima centro, conformada por las plazas de explotación sexual Breña, Jorge Chávez y Dos de Mayo; la zona regional de Lima sur, articulada por las plazas de San Juan de Miraflores, Cine Star, Mall Lima Sur y Gallo más Gallo.

Asimismo, la zona regional de Ica, con las plazas de Pisco y Chincha; la zona regional de Huancavelica, Junín y Pucallpa; y la zona regional de Lambayeque, conformada por las plazas de Chiclayo y Pimentel.

En Arequipa también venían operando ‘Los Gallegos del Tren de Aragua’, ‘Las Niñas del Tren’, ‘Los Sicarios del Tren’ y ‘Barbería Relax’.

Están desistiendo

“Todas estas facciones tienen el mismo patrón porque han surgido de una misma matriz del ‘Tren de Aragua’. Y últimamente se ha descubierto que algunas de ellas han pretendido desligarse y eso ha provocado represalias que terminaron en cruentos asesinatos, explica el fiscal Jorge Chávez Cotrina.

En otros casos, señala, se han ido para formar sus propias bandas. “¿Por qué tenemos que enviar dinero a Venezuela si el ‘trabajo’ lo hacemos en Perú?”, confesó uno de los detenidos.

El coordinador de las Fiscalías Especializadas contra la Criminalidad Organizada (Feccor) señala que aún quedan rezagos que pretenden formar sus propias bandas. “Eso, para nosotros, significa que es una debilitación del ‘Tren de Aragua’”.

Añade que esta semana se ha reunido con el comando de la Policía Nacional “para establecer estrategias de carácter jurídico y operativo y acabar con esos rezagos e impedir que vuelvan a resurgir”.

Guerra a muerte

Para los detectives de la Dirección de Investigación Criminal, la llegada de esta organización internacional estuvo marcada por una estrategia. El ‘Tren de Aragua’ comenzó a ‘dinamitar’ a las organizaciones peruanas desde adentro. Esa guerra a muerte fue la puerta de entrada del crimen venezolano.

Golpe. Dos de los miembros de ‘Los Gallegos’ detenidos en un operativo ejecutado en Lima. Foto: difusión

Uno de los primeros actos que marcaron su presencia fue el asesinato del peruano Cholo Isaac, en Lince, y luego el crimen de dos ecuatorianas en el jirón Zepita. Sicarios de ‘Los Gallegos’, la facción del ‘Tren de Aragua’, liderada por José Rodríguez, alias Mamera, fueron sindicados como los autores.

Otro personaje clave es Héctor Prieto Materano, alias Mamut, quien llegó desde Venezuela, enviado por el mismo Niño Guerrero, con la intención de arrebatarle a Mamera el control de la plaza de Risso. Mamut se hizo cargo de Lima norte, pero fue capturado y enviado al penal de Challapalca.

Mamera y otros grupos han intentado tomar las zonas de alias Mamut, pero estas siguen protegidas por sus hombres.

Sin embargo, a este sector ya han llegado otras células venezolanas ligadas al ‘Tren de Aragua’. Estas también emprendieron una especie de limpieza del territorio. Aparecieron facciones como PHS (‘Puros Hermanos Sicarios’), ‘La Cota 905’ y ‘Guerrilla Pobre’.

“Se destruyen entre ellos”, dice un agente de homicidios.

El fiscal Chávez Cotrina tiene en claro que la desarticulación de siete facciones fue un duro golpe para el ‘Tren de Aragua’, pues se configuró un recorte de sus principales remesas que eran enviadas a Venezuela.

No hay una estrategia integral del Estado

Enfoque. Avelino Guillén, exministro del Interior

Organizaciones criminales de origen ecuatoriano, venezolano, mexicano y colombiano vienen operando desde hace varios años en nuestro país con cierta libertad debido a la ausencia por parte del Estado peruano de una estrategia integral para combatir de manera eficaz a estas redes criminales.

Hoy, debido a su consolidación y expansión en amplios espacios geográficos, por ejemplo, las ciudades del norte, vienen a constituir un grave problema de seguridad nacional, situación que lamentablemente no ha merecido la debida atención por parte de los poderes del Estado.

Resulta penoso comprobar la carencia de una estrategia para enfrentar al crimen organizado. Este es, qué duda cabe, un serio problema de seguridad nacional. El avance de estos delitos constituye una seria amenaza para la democracia y convivencia pacífica.

Expediente judicial

Cabecillas coordinaban directamente con el Niño Guerrero cuando estaba en la cárcel de Tocorón.

Testigo clave perimió a las autoridades conocer la estructura criminal por dentro. Una pieza fundamental.