El caso de Lucero Trujillo Vargas, la joven de 27 años secuestrada la mañana del martes último, en Comas, ha confirmado el resurgimiento de estos delitos típicos en el país. Solo en el primer semestre del año se han reportado 99 plagios en Lima, algunos de los cuales terminaron en asesinato como el del odontólogo Christian Quispe Culqui.
Los familiares de Lucero, egresada de la carrera de Ingeniería Industrial y Comercial e hija de prósperos empresarios, no han recibido ninguna comunicación por parte de los secuestradores y esperan que vuelva a su hogar sana y salva.
Los números oficiales sobre los secuestros esconden; sin embargo, una importante cifra negra de casos que no se denuncian o que no llegan a ser de conocimiento de la Policía, o que se califican, muchas veces, como “robos seguidos de privación de la libertad”.
La buscan. Lucero Trujillo fue secuestrada el martes en Comas. Foto: difusión
De acuerdo con las denuncias realizadas en las fiscalías provinciales, penales y mixtas por delitos de violación de la libertad personal son 2.991 los casos ocurridos en lo que va del año en el país. Estos episodios, según el Ministerio Público, están tipificados como secuestros (artículo 152 del Código Penal).
Las cifras a nivel nacional han ido en aumento: en el 2020 -pese a la pandemia del COVID-19- se reportaron 1.698 denuncias de secuestro; mientras que en el 2021 y 2022, las estadísticas mostraron 2.860 y 3.398 casos, respectivamente.
Según el Ministerio Público, en los últimos ocho años en el Perú se denunciaron 19.552 delitos contra la libertad.
“Muchos son desapariciones, autosecuestros y otros atípicos que se denuncian como secuestros”, dice el general Luis Flores, jefe de la Dirincri.
El abogado Mario Amoretti explicó que el delito de secuestro se configura cuando el agente priva, sin derecho, a una persona de la facultad de movilizarse de un lugar a otro, con independencia de que se le deje cierto espacio físico para su desplazamiento y cuyos límites la víctima no puede traspasar.
Para la Policía, las modalidades son diversas como el rapto, el secuestro simple, el secuestro exprés, el autosecuestro, el secuestro extorsivo, el secuestro de bienes y el virtual.
Uno de los últimos 20 casos, a nivel nacional, que tuvo más repercusión es el del empresario Hugo Díaz Garrido, quien fue plagiado por supuestos policías el 23 de octubre en Trujillo. Luego de once días fue liberado con tres dedos cercenados y otros signos de tortura. Ayer por la mañana fue dado de alta tras permanecer seis días hospitalizado.
Otros secuestros típicos fueron el del empresario José Gabriel Silva Vásquez, a quien mantuvieron 58 días cautivo (Los Olivos); el del estudiante Alex Federico Meza (Surco); el de Waldo Rezza Salvatierra (Independencia); el de Víctor Salvador Gonzales (Lince); el de Paulo Huansi Loayza (San Juan de Lurigancho), el de Adrian Wilfredo Padilla, entre otros.
“De los casos que hemos visto (extorsivos) en el país, las sumas han oscilado entre los 20.000 soles y los 600.000 dólares. Algunos secuestrados han sido empresarios, comerciantes y estudiantes”, reveló un oficial de la Dirincri.
Siempre hay un delincuente que se encarga de seleccionar a la víctima potencial. Luego participan los que hacen el reglaje y los que se encargan de custodiar a la víctima, negociar el rescate; así como los que cobran el dinero pedido.