La camioneta en la que un grupo de narcotraficantes transportaba por lo menos 500 kilos de cocaína, y que fue abandonada luego de que los delincuentes dispararan contra una patrulla del Ejército con el resultado de cuatro efectivos asesinados, pertenece a los esposos Miguel Santisteban Malmaceda y Natalie Tovar Torero, de acuerdo con la base de datos de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp).
Miguel Santisteban, de 43 años, es natural de Chiclayo, Lambayeque, y Natalie Tovar, también de 43 años, es de Lima. Ambos son residentes en la urbanización Pachacámac II, en Villa El Salvador.
La República encontró el domicilio de la pareja, y sus familiares confirmaron que vivían en la dirección que aparece en sus respectivos DNI, pero cuando se les preguntó por la propiedad del Toyota Hilux de placa AJJ734 no quisieron responder preguntas y lanzaron la puerta a los reporteros.
De acuerdo con fuentes de la Dirección Nacional Antidrogas, es altamente probable que el cargamento de droga que salió de la localidad de Llochegua (provincia de Huanta, Ayacucho), en el corazón del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), haya tenido como destino Lima para luego ser despachado al extranjero. Esto explicaría por qué la propiedad del Toyota Hilux rojo que quedó como una coladera en las cercanías de Putis (Huanta, Ayacucho) por los balazos de los efectivos militares se ha registrado en la capital.
La segunda camioneta que dejaron los narcotraficantes, otro vehículo Toyota Hilux, de placa APC910, está inscrita a nombre de Jessica Huamán Lopez, residente en Pampa Coris, provincia de Huanta (Ayacucho), una zona de producción de droga. Las fuentes indicaron que el dato del origen del vehículo confirma que los implicados retiraron la cocaína de la zona del Vraem.
Natalie Tovar Torero y Miguel Santisteban Malmaceda, propietarios de la Toyota Hilux. Foto: composiciónLR
El incidente que se registró el lunes 4 de setiembre a las 4 de la madrugada en la jurisdicción del distrito de Putis se originó cuando una fuente humana comunicó a los órganos de inteligencia del Comando Especial (CEVRAEM) que un grupo de narcotraficantes iba a salir del Vraem con aproximadamente media tonelada de cocaína.
Según fuentes castrenses, el informante había revelado por dónde iban a transitar los vehículos con el cargamento de droga. Debían esperar el paso de los vehículos en un punto geográfico entre la 1 y 2 de la madrugada del lunes 4 de setiembre, porque la caravana pasaría entre las 4 y 5 horas.
La fuente advirtió a los militares que la caravana no solo estaba resguardada por los narcotraficantes, sino también por miembros de la organización narcoterrorista Movilizado Partido Comunista del Perú (MPCP), que dirige en el Vraem desde 1999 Víctor Quispe Palomino, camarada José.
A las 11 de la noche del domingo 3 de setiembre, una patrulla combinada integrada por 10 efectivos del Ejército y un agente de la Dirección Antidrogas (Dirandro) abordó dos camionetas y salió de las instalaciones de la base militar de Pichari, Cusco, con dirección hacia el distrito de Putis, con el objetivo de ejecutar una operación de interdicción del alijo de cocaína.
Alijo. El cargamento de cocaína provenía de Llochegua; estaba camuflada en 25 sacos de rafia. Foto: difusión
La patrulla militar al mando del teniente EP Michael Bazán Peche pertenecía al Comando Especial CEVRAEM, ubicado en el distrito de Pichari. También se sumó el suboficial PNP David Fano Buitrón, de la base antidrogas de Palmapampa (Samugari, La Mar, Ayacucho), su unidad de origen.
La patrulla llegó al punto a la 1 de la madrugada del lunes 4 de setiembre en el sector conocido como Orccohuasi y se emplazó estratégicamente en la carretera de trocha para esperar el desplazamiento de la caravana que transportaba el cargamento de droga que, según fuentes del CEVRAEM, provenía de la selva del distrito de Llochegua.
Alrededor de las 3 de la madrugada, los militares divisaron el pase de una camioneta, pero estaban indecisos para intervenir. Según el informante, ese vehículo era la ‘liebre’, donde había gente armada que custodiaba la droga que venía en camino.
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A los pocos minutos, una camioneta roja y otra gris aparecieron en escena. Sin pensarlo dos veces, el teniente Michael Bazán ordenó seguirlas. En el vehículo se encontraban los suboficiales Anderson Arrigoila Huanaco, Dani Cayahua Condori y el sargento primero reenganchado EP Fermín Arroyo Guzmán, además del suboficial antidrogas David Fano Buitrón.
Saldo mortal. Cuerpos de los cuatro efectivos asesinados yacen en la tolva de una camioneta. Foto: difusión
El segundo vehículo, donde se encontraba el resto de la patrulla, demoró en salir. Este hecho terminó por ser clave, como se verá.
Los militares lograron adelantar a la primera camioneta del convoy y en una maniobra interceptaron el vehículo de color rojo de placa AJJ-734, cuyos ocupantes saltaron hacia una quebrada con sus armas y abrieron fuego contra las fuerzas del orden, lo cual dio inicio a un feroz enfrentamiento.
En el tiroteo, otro grupo armado que viajaba en la segunda camioneta, de placa APC-910, que transportaba droga, también bajó del vehículo y desde una parte alta de la carretera disparó desde diferentes flancos contra los militares.
A los pocos minutos, el resto de la patrulla, que venía atrás, se sumó y repelió el ataque, lo que hizo que los narcoterroristas huyeran del lugar dejando dos cuerpos. Al cierre de este reportaje, las autoridades todavía no comunicaban la identidad de los narcoterroristas fallecidos.
Según las fuentes, lo más probable es que los narcoterroristas del MPCP prestaran seguridad a los narcotraficantes propietarios del alijo de cocaína. Se comprueba así una vez más la perversa alianza de estas dos organizaciones criminales del Vraem.
Punto de salida. La jurisdicción del distrito de Putis (Huanta) es de tránsito para los narcos. Foto: difusión
Los narcoterroristas que prestaban servicios de seguridad (‘chalequeo’) a los narcotraficantes que trasladaban el cargamento de cocaína serían parte de una columna armada que encabeza por el camarada Chato Mendoza, conforme a fuentes del CEVRAEM.
El conocido como camarada Chato Mendoza es identificado por los pobladores de Putis como la persona encargada de cobrar cupos a los narcotraficantes que transitan por la carretera de Putis, que es una zona de salida de la droga del Vraem.
Otra pista. La segunda camioneta donde estaba el grupo armado que atacó a los militares es de Jessica Huamán Lopez, del Vraem. Foto: difusión
Otro de los negocios del camarada Chato Mendoza es prestar resguardo a las camionetas con cocaína o a los llamados ‘mochileros’, que trasladan los alijos a pie.
En el enfrentamiento que duró casi 25 minutos, fueron asesinados los efectivos militares Michael Bazán Peche, Anderson Arrigoila Huanaco, Dani Cayahua Condori y Fermín Arroyo Guzmán. Resultaron heridos los suboficiales EP Teodoro Morote Mendoza, Merlin Mamani Yavila y el suboficial PNP David Fano Buitrón.
Jessica Huamán López, propietaria de Toyota Hilux gris. Foto: composiciónLR