El suboficial de tercera PNP Juan Ángel Herrera Lozano había sido destacado a una dependencia policial de Barranca. Formaba parte de una brigada especial y estaba acostumbrado a ir a los puntos más ‘calientes’ y peligrosos. El mes pasado realizó una investigación y tenía suficiente información sobre una red criminal dedicada a la trata de personas, extorsión y explotación sexual en el norte chico. El 19 de marzo terminó ejecutado a sangre fría.
La noche del miércoles, agentes de la División de Homicidios de la Dirincri capturaron al autor intelectual de este asesinato. Michael Andrés Bonnie Príncipe Ramos, de 33 años, conocido en el mundo del hampa como ‘Maykol’, fue arrestado en el interior del centro comercial Mega Plaza, ubicado en Barranca.
Él había sido delatado por el sicario Nelson Wuilson Guerrero Zambrano, de 32 años, alias 'Chupetín', quien terminó confesando todo tras ser capturado cinco días después del crimen. Este sujeto era el brazo operativo de la banda Los Sanguinarios del Norte Chico. No solo dijo que se había llevado el arma de reglamento del policía victimado, sino que llegó a cobrar 20.000 soles que le ofreció Príncipe Ramos para asesinar al efectivo.
El asesino a sueldo había llegado a Perú hace cinco años tras purgar condena por robo en su país. Ingresó legalmente por Migraciones y hace tres se estableció en Barranca, donde conoció a ‘Maykol’.
El día que este sicario fue detenido tenía la pistola Pietro Beretta de serie G14819Z sustraída al suboficial Juan Ángel Herrera, un revólver y municiones. Entonces cayó con sus compatriotas Elix Moisés Reyes Vásquez y Jervis Yhosset Reyes Vásquez y la peruana Santa Ana Laguna Alvarez.
Su confesión fue fundamental para determinar las causas del crimen del policía e identificar al autor intelectual. Por eso, la Fiscalía tramitó su detención preliminar de siete días. Anoche fue ubicado en un centro comercial. Ahora las autoridades se encuentran tras los pasos del mototaxista que transportó al sicario el día del homicidio.
“Una investigación sin testigos, con prueba técnica forense, con articulación de todas las disciplinas, con metodologías propias y con un análisis de escena protegida y profesionalmente manejada desde el acto urgente inicial, nos lleva a concluir que sí es posible investigar con eficacia. Al final de todo esto, los muertos hablan a través de la técnica forense y los crímenes, a pesar de todo, no son perfectos”, subrayó el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios.