Hace más de dos años, en plena pandemia, por primera vez las cámaras del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) captaron a un yaguarundi y sus crías en la selva de Carabaya, en la región de Puno. Se trataba de un hecho nada común dado que, por la naturaleza de estos animales, no son visualizados y poco se sabe de ellos en el caso del Perú.
Los yaguarundis, en principio, son felinos salvajes muy escurridizos. Son parientes del puma, en tanto que son muy parecidos a un gato doméstico, pero más grandes. Tiene las orejas redondas y una cola larga. Es de color marrón, rojizo o plateado. Se alimenta de roedores y otros pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos. No existen investigaciones o estudios sobre la presencia de estos animales en el Perú, informaron desde Serfor.
“Son animales protegidos, de acuerdo a la ley; sin embargo, se desconoce el grado de amenaza que pesa sobre estos dado que no existen estudios que indiquen datos como su población, entre otros”, señalaron.
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Luego de que fueran vistos en octubre de 2020 no se pudo iniciar con los estudios debido a la pandemia y luego por un tema de presupuesto, explicaron desde Serfor.
Ante esta situación, no se puede definir si es una especie en peligro de extinción, lo que sí se sabe es que su hábitat está normalmente en los bosques húmedos, por lo que vive entre los países de Centroamérica hasta Argentina. En el caso del Perú, se sabía que en cuanto a número hay más en Madre de Dios que en Puno; no obstante, debido a la tala y la minería informal, se habrían visto obligados a huir en busca de lugares más desolados. Llegaron, así, hasta una zona de Puno que limita con Madre de Dios.
A diferencia de otros felinos, los yaguarundis están activos durante el día y descansan por la noche. La población en la selva tampoco los conoce, por ello, aquel 2020 se sorprendieron de su existencia.