Al 22 de noviembre de este año, hubo 109 feminicidios en Perú y 177 tentativas de este crimen que fueron reportadas (a octubre) por los Centros de Emergencia Mujer (CEM): en más del 70% de casos el agresor tuvo una relación o era pareja de la víctima. Hoy una de estas cifras alarmantes podría integrarla la mujer a la que abrazamos al llegar a casa, niñas y adultas a las que, como sociedad, les hemos fallado.
Si bien este 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para prevenirla es indispensable reconocerla como violencia de género; es decir, perjuicio contra la integridad física, psicológica, emocional, sexual y económica de ellas, además de las desapariciones, según el Reglamento de la Ley 30364.
32 mujeres desaparecen al día en lo que va del 2022 | Día Internacional Contra la Violencia a la Mujer | MIMP | PNP. Foto: Antonio Melgarejo/La República
Blanca Arellano no es peruana, pero su asesinato con características de feminicidio demuestra lo peligroso que es ser mujer en nuestro país. Tienen las estadísticas en contra: si no te acosan, te golpean, te violan o te matan (o lo intentan).
La turista mexicana arribó el último 28 de julio al aeropuerto Jorge Chávez para encontrarse con Juan Pablo Jesús Villafuerte Pinto, su pareja virtual, estudiante de Medicina y principal sospechoso de su desaparición y muerte. Tras ser capturado por la Policía, el 22 de noviembre el Poder Judicial dictó nueve meses de prisión preventiva en su contra. Para la Fiscalía, habría un cómplice que no se ha presentado ante las autoridades y que sería mejor amigo del inculpado: Edson Amir Flores Obregón.
Con la esperanza de hallar justicia, la familia de la víctima exige que su muerte no quede impune y que sea un precedente para que los agresores paguen por sus actos.
PUEDES VER: Nombramiento Docente 2022: ¿dónde podré ver mi centro de evaluación para la prueba nacional?
Hasta octubre de 2022, las denuncias registradas por mujeres desaparecidas ascienden a 9.638. Sin embargo, de esta cifra, solo 4.589 fueron ubicadas, según las acusaciones registradas en el Sidpol de la PNP (data del Reniped). A la fecha, hay 5.049 que aún no han sido encontradas.
Hasta octubre, a pesar de que las muertes registradas con características de feminicidio cayeron 12 puntos porcentuales en comparación al mismo periodo de 2021, este delito (art. 108-B del Código Penal) es la forma más extrema de violencia basada en género contra las mujeres, advirtió Andrea Prado, coordinadora de comunicaciones de la ONG feminista Manuela Ramos, a La República.
Patricia Sarmiento, comisionada de la Adjuntía para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo (DP), precisó que, frente a esta caída de cifras, “no podemos decir que está funcionando la Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”.
“Su rol es evitar nuevos hechos de violencia, pero estos ya se dieron. Lo que tendríamos que evaluar es cómo se vienen implementando las políticas de prevención, orientadas a cambiar patrones estereotipados que justifican la violencia contra las mujeres”, cuestionó.
“Necesita algunas modificaciones, mas no las del Congreso, que son hacia atrás, como lo es hablar de violencia en la familia, y no de violencia contra las mujeres, que somos las más afectadas dentro del círculo familiar”, indicó Prado.
En esa línea, resaltó que hay un subregistro para mujeres desaparecidas, feminicidios y tentativas de esta violencia de género, además de los errores de atención por parte de las autoridades, que dificultan y alargan la demostración y sentencias de este crimen en los procesos judiciales.
PUEDES VER: ¿Un ‘nuevo Pasamayito’? Esta es la ruta desconocida que une SJL y Huachipa en 30 minutos
La psicóloga especializada en género Noelia Rodríguez Espartal explicó que definir un patrón preestablecido en los agresores sería un error, ya que “un maltratador puede ser cualquier varón”. No obstante, hay comportamientos que son indicios de violencia de género contra la mujer.
“Los agresores hacen creer que no hay nadie más en el mundo para ellas. Son controladores. Te piden compartir contraseñas. Te ignoran, invalidan y ridiculizan sistemáticamente. Incluso, insultan o muestran un desprecio o minusvaloración en general hacia las mujeres. Estos comentarios pueden parecer inocuos, bromas o jocosos, pero esconden detrás los primeros escalones de la violencia”, detalló.
“Lo complejo es que estas conductas no suelen suceder al inicio de la relación, sino que poco a poco generan una dependencia con este sujeto que, finalmente, lleva a expresiones mucho más explícitas. Agresiones físicas, psicológicas y sexuales; te privan de la libertad, amenazan con quitarte tus hijos o hacerte daño si abandonas la relación; son señales que deberían hacernos estar en alerta”, profundizó.
De conocer a alguna víctima, recomendó estar siempre ahí para ella. “Como parte del ciclo de la violencia, (las agraviadas) creen que realmente están enamoradas, pero han entrado en un círculo de dependencia. No hay que dejarlas solas, porque, si abren los ojos ante esta realidad y están aisladas porque su familia se ha cansado de estar esperando o alertándola, van a considerar que no hay otra salida que continuar con su maltratador”, orientó.
Sarmiento explicó que la continuidad de la violencia contra la mujer no es por falta de legislación, sino por la forma del uso, procedimiento y aplicación de las normas que, en vez de proteger a la víctima, favorecen al agresor.
La falta de personal especializado, de presupuesto, de cuidado y los bajos sueldos agravan el problema en los centros de salud mental comunitarios, CEM y comisarías, espacios que ayudan a combatir este tipo de violencia, apuntó.
“El sistema de protección para los profesionales que atienden a víctimas de violencia es bastante pobre en Perú. Si no cuidas a tu personal, no va a brindar un buen servicio; (ergo), las mujeres no van a confiar en el mismo y la violencia seguirá”, advirtió.
32 mujeres desaparecen al día en lo que va del 2022 | Día Internacional Contra la Violencia a la Mujer | MIMP | PNP. Foto: LR/archivo
A su vez, Prado puntualizó lo siguiente: “Está faltando una deconstrucción absoluta y un replanteo de todas las políticas públicas, estructuradas en el machismo, para pensar no solo en el punitivismo —cuando ya pasó un acto de violencia, un feminicidio—, sino en la prevención”.
“Es básico la educación sexual integral porque nos enseña y (aproxima) nuevas generaciones en las que ya traen un trasfondo, pensamiento, que nos ayuda a vivir en una sociedad más igualitaria; (considerando) que la violencia sufrida por mujeres se convierte en su máximo escalón en feminicidios y desapariciones”, sostuvo.
PUEDES VER: Comité Enfen alerta que La Niña costera estará en Perú hasta febrero de 2023: ¿qué implica?
Desde la sociedad en general, hay que deconstruir los estereotipos implantados y ser conscientes de que cada uno de nosotros forma nuevas generaciones, orientó la representante de la Defensoría del Pueblo.
“¿Por qué si una niña quiere jugar fútbol o un niño quiere practicar ballet se tienen que burlar los demás? Comenzar con detalles tan chiquitos va a favorecer a la larga. También hay que cuestionar, respetando al otro, por qué está bien decirle cosas a una mujer por su forma de vestir. Comenzar desde casa y los colegios”, proyectó.
Esta campaña denuncia las múltiples formas de violencia que enfrentan las mujeres. Foto: La Agenda que nos une
Prado destacó que prevenir esta problemática social nos involucra a todos. “Una encuesta de ENDES dice que el 60% aproximadamente de la población justifica la violencia contra las mujeres. Entonces, no tenemos que quedarnos callados. Hay que educar con enfoques integrales, en igualdad”, planteó.
Asimismo, Rodríguez Espartal resaltó que la clave es la educación en todos los niveles: escuela, universidad, Estado, religión, familias.
PUEDES VER: Hospital de SJL: ¿cuál es su avance y por qué no ha sido inaugurado desde su anuncio hace 12 años?
“Lo que no se nombre no existe. Hay que visibilizar estas manifestaciones de violencia para intervenir en todos los niveles de prevención. Hay que entender qué es el enfoque de género —contrario a las invenciones extremistas— y buscar construir relaciones de género equitativas y justas, reconociendo que hay diferencias”, concluyó.