Por: Ángeles Santos Liubomir Fernández
Los agricultores de las regiones de Cusco y Puno se encuentran en problemas. Desde agosto no llueve, lo que pone en peligro futuras cosechas.
En Cusco los pobladores de diferentes provincias, recurrieron a sus tradiciones y costumbres para pedir que llueva. En el distrito Sicuani - Canchis, niños y adultos salieron a las calles en procesión para pedir entre cánticos y rezos que llueva. Asimismo, hicieron una vigilia a las afueras del templo del señor de Pampacucho, en el centro de la ciudad de Sicuani.
Pobladores del valle sagrado de los incas, en el distrito de Coya, rezaron y cantaron en quechua.
“Señor Misericordia Taytallay, unuyquita, parayquita, apachimuay” decían en coro, que en castellano significa Señor Misericordia, Padre eterno, tráenos tu agua, tu lluvia.
Una situación similar se vivió en Huaro distrito de Quispicanchis, donde los pobladores s también rezaron.
SEQUÍA. Hasta finales de noviembre no hubo lluvias en las provincias del Cusco, lo que dañó los primeros cultivos
Mientras que el déficit de lluvias es de 90 % en las trece provincias. En la actualidad se vive un fuerte veranillo que alcanza temperaturas de hasta 24 grados. Germán Cutipa, jefe de estadística de la Dirección Agraria de Puno, indicó que el impacto climatológico está reflejado en la reducción del sembrío de quinua. La producción para la campaña agrícola 2023 era de 22 mil 17 hectáreas. Sin embargo, sólo se sembró 22 mil 17 hectáreas.
El haba grano seco, también sufrió merma. Debieron sembrarse 10 mil 656 hectáreas, pero solo se cultivó, 7465 hectáreas.
Según Levi Caro Sánchez, meteorólogo del Senamhi, la ausencia de lluvias se debe al fenómeno de La Niña por lo que la escacez pluvial podría continuar hasta fin de año. Se espera que para el verano del 2023 la situación puede restablecerse.