Por: Roberth Orihuela
Arequipa. Es un proyecto ambicioso. Desechos orgánicos de los mercados, de frutas, verduras o tubérculos que se reciclan para usarse en la industria textil sostenible. De la cáscara de papa se pretende obtener almidón para aplicarlo a las telas y mejorar textura y suavidad. De esos mismos desechos, obtener propiedades antibacteriales para la ropa interior, algas que combatan los malos olores de la transpiración. Y luego imagine que esos productos estén disponibles en forma de spray. En esas pesquisas se encuentra el Centro de Investigación Le Qara, conformado por dos científicas arequipeñas que cuentan con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concytec) y Banco Mundial.
Jacqueline Cruz Loayza es una de las cofundadoras de Le Qara. Ella, junto a su hermana Isemar, ya fueron conocidas por investigar la aplicación de bacterias para obtener el cuero orgánico. Este es tan resistente y de la misma calidad del cuero de calzados y otros accesorios. Hoy este proyecto se encuentra en fase de producción semi industrial, con empresas europeas interesadas en su compra.
Ahora las investigadoras de la Universidad Católica San Pablo están tras el santo grial de las nanofibras. Estas, indica Jacqueline, son materiales en la escala nano, o lo que es lo mismo, mil veces más pequeño que el diámetro de un cabello. “La idea es añadir ciertas propiedades a las telas. Por ejemplo, hoy la industria textil hace productos resistentes al fuego, la lluvia o repeler manchas. Pero lo hacen con químicos que contaminan el medio ambiente. Las nanofibras obtenidas, a partir de productos orgánicos, pueden tener esas mismas propiedades pero cuidando el planeta”, explica Cruz Loayza.
Las nanofibras se obtienen de un procedimiento denominado Electrospinning (Electrohilado). Este método moderno utiliza campos eléctricos para conseguir fibras finas a partir de polímeros (sustancias químicas) de productos orgánicos. De acuerdo al tipo y calidad de la máquina se puede calibrar el tamaño hasta lograr las nanofibras. Este equipo dispone Le Qara, gracias al financiamiento de Concytec y el Banco Mundial, por la suma de S/ 1.2 millones.
“Las nanofibras pueden tener diversas propiedades, de acuerdo a la materia prima. Existen posibilidades de aplicar propiedades antibacteriales, antiolor o hasta hacer impermeables a las telas. La forma de aplicar sería, por ejemplo, en un rollo de tela donde se dispararían (como spray) las nanofibras para que se adhieran”, explica la científica.
La investigación se encuentra en la etapa de pruebas y calibración. Se han obtenido algunas nanofibras y se han aplicado a telas para probar las propiedades esperadas. Se espera terminar con esta etapa en junio de este año. Y el objetivo, al igual que con el cuero orgánico, es la producción industrial para ofrecer a empresas comprometidas con el medio ambiente.
Las nanofibras no solo se pueden aplicar en la industria textil, también en la medicina. Jacqueline Cruz explica que se podría aplicar propiedades antibacteriales a las gasas para curar a personas diabéticas. De esa forma evitar que si se hacen alguna herida esta no se infecte por el tiempo que demora en curar en este tipo de pacientes.
De igual forma, se podría elaborar nanofibras de cobre. Estas se pueden aplicar a las telas de prendas íntimas para evitar infecciones o también en mascarillas para combatir la transmisión de virus, como el COVID-19.