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Sociedad

Se urbaniza parque de Sacsayhuaman donde se celebra Inti Raymi

Atentado a la cultura. En la zona protegida del parque arqueológico funcionan restaurantes, hoteles y se construyeron casas de dos plantas con material noble. Según ley, modificaciones urbanas dependen de un permiso de la dirección de Cultura. Se trata de un grave atentado al patrimonio.

larepublica.pe
Fortaleza inca. Sacsayhuaman es uno de los estupendos vestigios que dejó como herencia el imperio incaico. Ahora está amenazado por el voraz avance de emprendimiento inmobiliario.

Sacsayhuaman es una fortaleza inca donde se escenifica el Inti Raymi, la fiesta del sol, el 24 de junio, en pleno solsticio de invierno. Las ruinas están enclavadas en un área protegida de tres mil hectáreas. Una legislación especial impide construcciones modernas que desnaturalicen la esencia del lugar. Sin embargo, en estos tiempos de pandemia, avanzaron edificaciones de material noble, casas de dos pisos y lujosos negocios. Todos ellos al margen de la ley. Son restaurantes, tiendas de artesanías y hospedajes. Se extendieron por los alrededores de los baluartes de piedras talladas. Las edificaciones modernas aún no llegaron a estos gruesos muros incas, empero ya amenazan otros complejos arqueológicos: Qenqo, Puka-Pukara y Tambomachay que forman parte del parque arqueológico.

La República recorrió el parque. Empezamos desde el ingreso por Saphy. Un enorme cartel da la bienvenida a la hacienda Llaullipata donde funcionan restaurantes, salones de eventos y un planetario. Este predio pertenece a la familia Ruiz Caro, uno de los trece propietarios de casi 500 hectáreas del parque. Dentro de este hay propiedades privadas, terrenos comunales y de asociaciones provivienda.

La titular de la dirección Desconcentrada de Cultura en Cusco, Magda Mateus, aclaró que vivir en un parque arqueológico tiene restricciones. No están permitidas construcciones de material noble ni edificaciones de dos pisos. Toda obra tiene que adecuarse al entorno paisajístico y cultural. Una construcción nueva demanda el permiso de la dirección de Cultura. Si no poseen la licencia, la obra es ilegal.

En la fiscalización de los negocios, Mateus dice, la tarea es compartida con la municipalidad provincial.

Para el representante de la Comisión de Juristas del Cusco, Heraclio Cereceda, las propiedades privadas no pueden evadir estas disposiciones. “Cada vez son más servicios en esa hacienda, eso está al margen de la ley”, indicó.

En el recorrido se aprecia que las construcciones modernas rompen el paisaje natural. Eso ocurre en las comunidades de Fortaleza y San Cristóbal de P´uqro, en cuyos accesos los habitantes instalaron tranqueras para evitar el ingreso de los transeúntes. “Muchas veces no son los comuneros quienes construyen, sino algunos comerciantes con fines de lucro que han comprado por lo bajo”, sostiene Cereceda.

En la parte baja, prácticamente cada casa ofrece un producto o servicio. Caminamos hacia Tambomachay.Los restos arqueológicos combinan mágicamente con la belleza natural, pero al pasar Qenqo, una llamativa construcción de madera, fierros y vidrios, no pasa desapercibida en la pista principal. Un empleado, en la puerta, nos explica que es un hospedaje. “La noche está 200 soles. Incluye baño y ducha privada. Tienen bartender también”, trata de convencernos.

En la comunidad de Huayllarcocha, cada vivienda se acondicionó para la venta de comida. No faltan las casas de cemento. Lo mismo ocurre con el resto de comunidades como Yuncaypata, Tambomachay y Los Huertos.

Según Cereceda, en Sacsayhuamán, hay privilegios. “Es discriminación. A la gente pobre que hace sus pozos para juntar agua y regar sus chacras, Cultura les entabla procesos administrativos. Los denuncian penalmente. En cambio a otros, sí les dan agua, luz y desagüe. Hay un silencio de Cultura que favorece solo a algunos”, cuestionó.

Magda Mateus Cárdenas, negó que sean cómplices de las construcciones ilegales. Dijo que el caos empezó hace décadas y se agravó con la pandemia. “Las comunidades pusieron sus tranqueras con el pretexto del Covid y ahora lo usan para restringir el ingreso de los notificadores o fiscalizadores”, comentó.

Indicó que incluso se apersonaron con representantes del Ministerio Público, pero las reacciones violentas de algunos comuneros obstaculizan los procesos. “Los agarraron a pedradas. Estamos combatiendo las construcciones ilegales, pero es complejo, incluso ya saben cómo son los procesos y ellos mismos nos demandan”, argumentó.

La funcionaria informó que se tienen casi 100 procedimientos administrativos sancionadores que apuntan a demoler las edificaciones sin licencia ni autorización. Las faltas más recurrentes son remoción de tierras, cercos y construcciones sin licencia.

Cultura parece estar perdiendo la batalla por la protección del parque arqueológico en toda su extensión. El exdirector de Cultura, Fredy Escobar dijo en septiembre del año pasado, luego de renunciar al cargo, que se pretende urbanizar todo Sacsayhuaman. “Una de las causas de mi renuncia precisamente ha sido eso. Los pobladores creen estar por encima de las normas. No podemos urbanizar Sacsayhuaman. Lamentablemente esto está siendo avalado políticamente”, apuntó.

La solución a este problema pasaría por una declaratoria de emergencia para analizar cada construcción ilegal con un pool de abogados, la fiscalía y la policía. Mateus, por lo pronto, dijo que solicitaron recursos para redoblar las acciones de fiscalización

Importancia de Sacsayhuaman

Mateus enfatiza la importancia del sitio arqueológico. “No hay que olvidar que el Cusco era la llamada ciudad puma, la cabeza es Sacsayhuaman que es el templo mayor de los incas dedicado al agua por donde discurren los principales seques y huacas”.

De Sacsayhuaman nacen los primeros sistemas de riego del valle del Cusco y forma las cuencas de Saphy, Tullumayu y Tambomachay. De este último discurre hacia San Sebastián. De ahí la funcionaria lamentó la falta de conciencia sobre el patrimonio y el afán de lucro. Dijo que las inmobiliarias y un posible tráfico de terrenos son los causantes del desorden. “Los cusqueños tenemos que juntarnos, para defender ese legado que no solo les pertenece a los que viven en Sacsayhuaman, sino es parte de nuestro patrimonio cultural y pertenece a todos los peruanos”, agregó.

Ministra fue citada al Congreso

La congresista Katy Ugarte, denunció ante la Comisión de Comercio Exterior y Turismo del Congreso, la proliferación de las construcciones ilegales en Sacsayhuaman. Acusó la existencia de mafias que permitirían las edificaciones y pidió las explicaciones de la ministra de Cultura. “Es zona intangible. Cómo se ha permitido que avancen esas construcciones. Aquí algo muy raro. Se necesita una investigación muy fuerte”, subrayó.

Por su parte, la ministra de Cultura, Gisela Ortiz, declaró que asistirá ante la citación del Congreso el 12 de enero. “Enviamos a un equipo técnico para que investigue. Estamos preparando toda la información para entregarla a la comisión. Estamos en el recojo de información”, mencionó.