El presidente de la Sociedad Peruana de Anestesia, Analgesia y Reanimación (SPAAR), Freddy Espinoza, señaló que una eventual tercera ola por COVID-19 se afrontará con brecha de profesionales en el sistema hospitalario. Esto, mientras aumenta la necesidad de contar con más anestesiólogos para desarrollar operaciones selectivas.
En declaraciones con La República, enfatizó que existe un registro de 2.680 anestesiólogos a nivel nacional, de ellos –indicó- más del 30% desempeña funciones en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de los diferentes hospitales del Ministerio de Salud (Minsa) y EsSalud.
En ese sentido, el especialista manifestó que la labor de dichos profesionales resultó vital en la atención de pacientes críticos, específicamente, en el manejo de la vía aérea y el aporte para la ventilación mecánica.
Espinoza refirió que ante la falta de médicos intensivistas, el rol de los anestesiólogos sobresalió para salvar vidas de miles de enfermos de COVID-19, a pesar que 1.000 se contagiaron y 29 perdieron la vida.
En esa misma línea, enfatizó que el Minsa advierte una tercera ola epidemiológica y pidió a la población no bajar la guardia, sin embargo, precisó que la crisis del sistema de salud continúa y afecta a la población. “Por décadas el Gobierno central no miró al sector Salud, cuyos problemas se volvieron crónicos. La pandemia desnudó la problemática y la corrupción”, remarcó a La República.
De esta manera indicó que una nueva ola de contagios se registraría con déficit de profesionales, pese que son piezas fundamentales en la primera línea de acción. “Urge que se tomen medidas a corto plazo y no se repitan los hechos que marcó la primera y segunda ola”, expresó.
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Para Espinoza, no basta equipar hospitales con ventiladores mecánicos y camas hospitalarias o inaugurar establecimientos de salud, cuando no hay personal para atender a los pacientes y manejar los equipos.
También mencionó que la brecha de anestesiólogos superaría el 30% y que esta cifra aumentaría con el reinicio de las intervenciones quirúrgicas selectivas, es decir programadas. “Antes de la pandemia se contaba con el número mínimo necesario de anestesiólogos, situación que cambió y se complicaría con la reapertura de los servicios, pues no solo es COVID-19, también hay otras patologías que han generado un embalse de pacientes que deben ser atendidos”, explicó.
Finalmente, planteó la unificación de los sistemas de salud públicos del país para mejorar las condiciones de atención.