Edificaciones con palos, calaminas y plásticos aparecieron dentro del Área de Conservación Regional (ACR) de Choquequirao, la ciudad inca.
Aparentes propietarios tomaron posesión de varias zonas del ACR sin autorización de la Gerencia Regional de Recursos Naturales del gobierno regional ni de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDCC).
Los predios corresponderían a la Cooperativa Apu Salkantay. Ésta habría vendido, lotizado e independizado 478 propiedades a terceros, hecho restringido por tratarse de un ACR.
Los pobladores de la provincia de Anta que paralizaron por esta razón, acusan a la Gerencia Regional de Agricultura, de haber favorecido estas posesiones con la emisión de certificados negativos de catastro. Estos documentos dan cuenta que el bien está en posesión pero no es un titulo de propiedad.
Por su parte, Daniel Darcourt, gerente de Agricultura, respondió que la presunta negligencia habría sido de Sunarp por no haber hecho las consultas.
“Los certificados no dan titularidad de predios. Ya requerimos información a Sunarp de cuántos predios están inscritos”, argumentó. A través de un comunicado, el gobierno regional del Cusco anunció que alistan medidas legales de haberse vulnerado el ACR.
La República conversó con el fiscal José Odicio Bueno de la Fiscalía de Medio Ambiente. Este confirmó que estas construcciones causaron una afectación del área natural protegida.
Informó que ante la denuncia de invasiones por parte de la Municipalidad de Mollepata (Anta), asumieron la investigación meses atrás. Su comitiva llegó hasta la zona de Potrero, parte del ACR de Choquequirao.
“Al realizar esas edificaciones se ha producido afectación ambiental, destrucción del bosque de especies forestales y también alteración del ambiente. En un área natural protegida, como es Choquequirao, eso no está permitido”, dijo. Con la finalidad de ocupar la zona, se ha retirado cobertura boscosa e incluso se presentaría una afectación visual del lugar.
“Nos hemos constituido a la zona con un contingente policial importante pensando en que íbamos a encontrarlos ocupando en ese momento, no fue así, pero hemos hecho la verificación de los daños ambientales a consecuencia de esta ocupación”, acotó.
Potrero está ubicado a más de dos horas de caminata del monumento arqueológico conocido, sin embargo, es parte del área de influencia del ACR que tiene una extensión de más 103 mil hectáreas.
El fiscal Odicio hizo hincapié en que los daños van más allá de lo ambiental. “Inclusive se ha podido advertir presencia de un posible muro inca. De ese tema también tiene conocimiento la fiscalía de Anta. Entiendo que está desarrollando una investigación respecto de los restos arqueológicos porque al parecer si tendrían contenido patrimonial esos muros”, acotó.
Daniel Masías, presidente del Comité de Lucha de Anta, aseguró que no solo en Potreros, sino también en Maranpata y Sunchupata se habrían vendido propiedades. “Estamos luchando por la defensa del patrimonio del país”, acotó.
Choquequirao es conocida como la “hermana sagrada” de Machu Picchu por la semejanza arquitectónica. Habría sido un centro cultural y religioso de la época incaica y presumiblemente fue usada como una garita de control para asegurar el acceso a las áreas de Vilcabamba. También se le considera uno de los últimos bastiones de resistencia incaica. Se calcula que solo un 30% del complejo, que comprende unas 1.810 hectáreas, ha sido desenterrado. El entorno es uno de los más ricos en biodiversidad protegido por el ACR que lleva su nombre.
La vía terrestre es la única manera de llegar a la ciudadela. La ruta más conocida es por Ollantaytambo. El viaje ida y vuelta puede hacerse en 4 o 5 días de caminata.
Fiscalía Ambiental identificó daños ocasionados por instalación de palos, piedras y calaminas. Foto: difusión
Fiscalía Ambiental identificó daños ocasionados por instalación de palos, piedras y calaminas. Foto: difusión