A fin de mes vencerá el plazo para que los productos procesados puedan colocar los octógonos de advertencia con adhesivos, por lo que desde entonces se exigirán que vayan de forma impresa. No obstante, desde la Cámara de Comercio de Lima (CCL) hay un pedido para que los stickers se permitan de manera indefinida. A pesar de que el Ministerio de Salud (Minsa) deberá de tomar una decisión pronto, su titular ya adelantó una opinión personal.
En conferencia de prensa, Óscar Ugarte, señaló que el argumento de la industria es que en el caso de los productos importados es más difícil exigir los octógonos impresos, ya que las empresas tendrían que hacer un etiquetado exclusivo para el Perú al ser de los pocos países que pide este tipo de advertencias.
Para el ministro “hay un nivel de razón”, sin embargo, indicó que “en el caso de los productos nacionales no hay ninguna excusa para que no se pueda aplicar la norma en toda su extensión”.
“La posición del Gobierno es, por supuesto, mantener las normas porque están basadas en la ley de alimentación saludable, que es para proteger a la población del consumo en exceso de sodio, azúcar o grasas saturadas, por lo tanto, las advertencias se mantienen”, agregó.
Hace algunos días, La República trabajó un informe al respecto, donde la CCL expresó su postura para que el uso de stickers se permita tanto en los productos importados como en los de fabricación local. En caso el Minsa les deniegue el pedido, su vocero aseguró que insistirían.
Se sabe que en setiembre también entrará en rigor la segunda fase de parámetros técnicos que exige reducir las cantidades de azúcar, sodio y grasas saturadas en los productos procesados. Al respecto, la Asociación de Exportadores (ADEX) solicita aplazar dicha etapa al menos por nueve meses, hasta junio del 2022.
El ministro de Salud indicó que esa decisión recaerá sobre la siguiente gestión, aunque desde su punto de vista, la segunda fase no debería retrasarse.
“Nuestra opinión es mantener lo que se tiene previsto. Se aplicarán las normas que se acercan más a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahí no debería marcha atrás. Creo que mantener la ley de alimentación saludable, sobre todo en las escuelas, es una forma de protección y eso es parte de la salud pública en lo cual no se puede plantear ningún retroceso”, finalizó.