Las brigadas de rescate también se hicieron presente en la segunda marcha nacional efectuada este sábado 14 de noviembre contra el Gobierno de facto de Manuel Merino, que ha dejado hasta el momento 94 heridos y dos víctimas mortales.
Fieles a su juramento hipocrático, los rescatistas estuvieron ayudando tanto a manifestantes como a agentes policiales sin distinción alguna. Pese a su loable labor y estar debidamente identificados, los profesionales de la salud también fueron blanco de la represión policial.
“Hemos organizado unas brigadas médicas con apoyo de colegas. Ha habido enfermeras, muchos estudiantes de medicina”, señaló Johan Alfaro, emergenciólogo del Colegio Médico en conversación con RPP.
“Hemos enviado brigadas médicas a atender heridos en (la avenida) Abancay y aproximadamente a las 8 de la tarde, éramos un grupo de 50 voluntarios (entre) estudiantes médicos y paramédicos, y empezaron a llegar los gases lacrimógenos a la Plaza San Martín”, narró sobre los hechos del sábado en el Centro de Lima.
“Hemos estado atendiendo heridos, hemos estado suturando pacientes, y los gases nos alcanzaron. Han afectado a los 50 voluntarios. Hemos tenido que replegarnos. Hemos tenido que desarmar nuestro puesto ”, añadió Alfaro; indicó también que algunos de sus colegas presentaron irritación ocular al ser dispersados por los agentes policiales.
“Todos hemos estado identificados con una banda en el lado izquierdo. Teníamos un letrero muy grande que decía ‘Comité Nacional de Apoyo Médico’", aclaró.
“Nos han afectado las bombas lacrimógenas. (...) Nos han replegado, nos hemos dispersado, y lamentablemente se interrumpieron las atenciones”, añadió Alfaro.
Algunos de los casos tratados durante la manifestación referidas por Alfaro, fueron contusiones faciales, trauma facial, roturas de tabique nasal, heridas cortantes en cara, heridas por perdigones en muslos. De igual manera reportó casos de traumatismo encéfalo craneano leve, “algunas con conmoción cerebral”.
También comentó que se realizaron suturas en el tópico debido a cortes en dedos, así como una fractura también de dedo.
Aunque el emergenciólogo sostuvo que muchos de los atendidos eran jóvenes, también llegó un adulto mayor quien presentaba un traumatismo moderado que le causó trastorno de conciencia. La gran mayoría de estas personas fueron trasladadas a hospitales. En tanto, las atenciones en el tópico se vieron interrumpidas con la llegada de los gases lacrimógenos.
Así también, Johan Alfaro agregó que hace falta una articulación más fuerte con los otros colegios profesionales, la Dirección General de Gestión del Riesgo de Desastres y Defensa Nacional en Salud (Digerd) del Minsa, con la Cruz Roja, y bomberos. “Hacer un esfuerzo más grande porque esto va a seguir”.