4 688 muertos por COVID-19 se contabilizaron en seis regiones del sur, según la estadística del Ministerio de Salud. El periodo corresponde del 15 de marzo hasta mediados de este mes. Sin embargo, el golpe del coronavirus sería peor de acuerdo a la contabilidad del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).
Las muertes ocurridas en ese mismo periodo, alcanzan a la pandemia alcanzan a 9902 repartidos entre Apurímac, Arequipa, Cusco, Moquegua, Puno y Tacna.
Hay un exceso de fallecidos anómalo. Para esta nota, se hizo una comparación de dos periodos: el 15 de marzo y 15 de setiembre de los años 2019 y este año. La demasía de muertes de 2020 necesita una explicación. En el periodo analizado, no hubo un desastre natural de gran magnitud o un accidente de proporciones.
Sin embargo, no todo el exceso de fallecidos se puede atribuir directamente a la COVID-19. El especialista de EsSalud, Mario Cornejo, estima que un 70% del excedente está relacionado al virus de Wuhan. El resto, se atribuye a otras causas, como enfermedades no tratadas, ya sea por la falta de consultorios o por temor de los pacientes a contagiarse de coronavirus en un hospital.
Causas de diferencias
Incluso si solo el 70% de exceso de fallecidos fuera atribuible a la COVID-19, esta supera a las cifras oficiales. En el caso de la región Arequipa, su Gerencia de Salud reporta 1970 decesos confirmados por coronavirus hasta el 15 de setiembre. Según el Sinadef, en ese mismo periodo hubo 7673, más de 4209 más. ¿Este último número se acerca al número real de muertos por el virus de Wuhan en Arequipa?.
Galenos internistas del hospital Honorio Delgado señalan que es complicado acercarse a una cifra exacta. Empero no dudan que los muertos por la COVID-19 superan a los reportes oficiales. Esto se explica en parte por los decesos ocurridos en casa. Además, en el recojo de los cadáveres, el llenado de datos no habría sido minucioso. Así, algunos fallecidos en el hogar tenían comorbilidades como diabetes y esta dolencia pudo ser inscrita en el certificado de defunción y no la COVID-19, aunque haya podido ser la desencadenante del fenecimiento.
En época de brote casi todo se atribuyó al coronavirus. En julio, cuando Arequipa atravesó la peor etapa, incluso la recomendación médica ante cualquier signo de resfriado, era tomarlo como COVID-19.
La región Puno tiene la mayor diferencia proporcional entre su cifra regional y el exceso de muertes. Oficialmente tiene 685 muertes, mientras que el excedente es de 1886, casi 2.7 veces más. En cambio, otras regiones, como Cusco y Tacna, acercan los reportes de sus direcciones de salud con el Sinadef (mirar infografía).
Comparación de víctimas.
Se mantiene tendencia
Las cifras del Sinadef también indican que los fallecimientos por toda causa siguen en descenso. Algunas regiones como Loreto, van por niveles previos a la pandemia. En el caso de Arequipa, durante la última semana, el promedio diario fue de 33 fallecidos. Antes de la emergencia sanitaria, la media era entre 20 y 25.
Cusco, Tacna, Puno y Moquegua, también mantienen el descenso. Según los datos de Sinadef, habrían pasado el peor momento en agosto.
Las autoridades han llamado a mantener las medidas de salubridad, pues aún hay certeza sobre el comportamiento del coronavirus, que ha dejado mucho dolor en Perú.
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Piden no bajar la guardia
El director del hospital Honorio Delgado (Arequipa), Richard Hernández, señaló que el nivel de contagio se mantiene estable, incluso los pacientes que ingresan a triaje, llegan con síntomas leves y moderados. La gravedad se ha reducido, así como la incidencia de la automedicación. Los últimos reportes de la Gerencia Regional de Salud, apuntan a una positividad del 16%.
Sin embargo, Hernández pidió a la población no bajar la guardia, especialmente con los cuidados: uso de mascarilla, distanciamiento social, lavado de manos o evitar aglomeraciones. Pidió a la gente ser cautelosa ante el levantamiento del toque de queda de los domingos.