La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el mundo se enfrenta a una “catástrofe generacional” por el cierre de escuelas debido a la COVID-19. Es seguro que las cosas cambien a partir de ahora, incluso la educación, que hoy es virtual.
Por ello, es necesario evaluar el impacto que tendrá en las futuras generaciones la educación a causa de la pandemia. ¿Cuáles serán sus consecuencias en el aprendizaje? ¿Implica un retroceso?
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A los cuatro años de edad, Mauro, un estudiante de inicial de Ventanilla, dejó a sus compañeros de aula y convirtió su sala en su nuevo salón. Sus padres se sientan junto a él para tomar las clases y de paso le ayudan a prestar atención a la pantalla del celular, medio por el cual recibe sus enseñanzas diarias desde hace poco más de tres meses.
“El aprendizaje virtual no solo ha comprometido a los alumnos también a los padres en los casos de inicial, primaria y secundaria. Ellos al ver que no hay un docente que guíe a sus hijos, tomaron las riendas”, asegura Alexander Mejía, investigador y docente en Ciencias Sociales.
Foto: difusión
Un informe de junio de 2020 publicado por Unicef sostiene que en los últimos años el alumno no contó con el apoyo del padre de familia ya sea por cuestiones laborales o por desidia; la participación del progenitor pasó desapercibida. No obstante, tras el lanzamiento del programa “Aprendo en casa” del Minedu, la “desconfianza en las clases remotas aumentó”, añade Mejía.
Kevin es un estudiante de 16 años natal del distrito de Pueblo Nuevo (Chincha), quien revela que ni las clases por televisión de 30 minutos ni las explicaciones por WhatsApp son suficientes para entender el tema. Esta situación lo ha llevado a recurrir a los libros y una que otra página en la Internet que le explique mejor el tema.
Los especialistas consultados coinciden en que la educación remota también implicó un reto para el rol del estudiante, ya que lo ha obligado a tomar un papel más activo en su proceso de aprendizaje para lograr el alcance y demostración de competencias en el logro de sus objetivos.
“Por otro lado, le das un empuje al alumno para que sea autodidacta, es decir, comienza a investigar los temas por su cuenta. Ahora el profesor lo está mandando a buscar información”, agrega Mejía.
Cada programa de 'Aprendo en casa' tiene una duración de 30 minutos. (Foto: captura TV Perú)
Sin embargo, esto puede ser un problema si es que los maestros no se ponen a la altura de las circunstancias: “Ellos no leen con convicción, entonces eso conlleva a malas prácticas como copiar y pegar y si el profesor no tiene un filtro respectivo entonces no sabe a qué se está enfrentando, sobre todo los profesores de educación básica. Ese puede ser un problema para el docente”, manifiesta Rafael León, magíster en educación y docente universitario.
Llevar a cabo una clase virtual no solo es un desafío para los escolares y padres, también lo fue para los docentes quienes en su mayoría desconocían del manejo de las tecnologías de la información y comunicación.
Ante esta situación los educadores han desempeñado un sinnúmero de roles que van desde los aspectos técnicos, de planificación y diseño de su entorno. A ello debemos sumar el refuerzo de la empatía y las relaciones interpersonales.
“El docente tiene que tratar de hacer de la virtualidad lo más presencial posible. Pero, también tenemos el problema de cuántos profesores tuvieron dificultades para el manejo de herramientas como zoom o cualquier otra plataforma”, sostiene León.
En lo que va del año, hemos sido testigos de reclamos de parte de un buen sector de la población que no cuentan con los materiales para brindarle a sus hijos una óptima educación virtual.
“El otro lado de la arista es que no todos podemos acceder a una educación virtual. Está la gente que gana muy bien mientras que al otro lado están los que no tienen. Por ese lado, no aprenden nada los alumnos”, agrega Mejía.
La falta de conectividad aún sigue siendo un problema en nuestro país. (Foto: archivo)
Para Mejía Sánchez, las clases remotas significan una oportunidad de manera parcial siempre y cuando las condiciones socioeconómicas sean las favorables.
Por su parte, León califica como positivo la adaptación desde el punto de vista tecnológico, debido a la facilidad con que los estudiantes se familiarizan con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
“El impacto será significativo por el lado de lo tecnológico. La facilidad está en que los estudiantes de educación básica como superior por ser nativos digitales es mucho más fácil involucrarse con las TIC. El impacto en ese sentido es positivo”.