Deysi Pari
Arequipa
“Me siento estresado. Cada día se encuentra algo nuevo. Sobre los medicamentos que estamos usando, con los que hemos tenido buena respuesta en algunos pacientes, no hay una literatura científica que abogue por el mismo. Nos sentimos con una incertidumbre”.
Son las palabras del médico traumatólogo Ennio Farfán. Estas frases describen la situación que están pasando los profesionales de la salud en medio del avance del coronavirus en Arequipa.
El galeno trabaja en la micro red de Salud de Socabaya de Arequipa, que constituye el primer nivel de atención. Él y otros de sus colegas señalan que desde que inició el estado de emergencia, no hubo paralización en la atención. Continuaron recibiendo a pacientes en casos de emergencia.
Muchas personas han llegado hasta el centro de salud con todo el cuadro de COVID-19 y de acuerdo a cada caso, les han dado el tratamiento con ivermectina e hidroxicloroquina.
Sin embargo, Farfán señala que entre los profesionales de la salud circula mucha información sobre estas medicinas, y que no serían recomendables. Eso los pone en una encrucijada, de no saber qué hacer y cómo ayudar a los pacientes para evitar que su estado de salud se complique hasta llegar a una Unidad de Cuidados Intensivos en los hospitales.
Sin embargo, el médico señala que estas medicinas han estado dando resultado. Al menos, en la red de Salud de Socabaya, no tuvieron casos que se hayan complicado.
Los galenos viven una incertidumbre constante. Mantienen todos los cuidados, pero la duda siempre está ahí. La esposa de este médico es enfermera y su hijo estudia Medicina. Han sido muy rigurosos para aplicar los protocolos sanitarios en su domicilio.
“Al llegar a casa, entramos por un callejón, nos bañamos, nos quitamos todo y recién nos saludamos”. Ennio confiesa que sus vecinos lo evitan, se han alejado por el miedo al contagio.
Su colega Héctor Llerena, también trabaja en el mismo centro de salud. Cuenta que, en estas circunstancias, cuando el equipo de respuesta está ocupado, acuden a visitas domiciliarias y en alguna ocasión a levantamiento de cadáver.
Con dinero del CLAS de Socabaya, compraron sus equipos de protección personal, porque del Gobierno Regional de Arequipa, recibieron una cantidad muy mínima de mascarillas y otros implementos. “Cualquier paciente es sospechoso de coronavirus, fuimos a evaluar a los trabajadores del municipio de Socabaya y ha habido varios positivos”, cuenta.
Llerena dice que a veces preferirían estar en un ambiente en el que sepan que todos están contagiados con COVID-19, a estar con la incertidumbre de que en cualquier momento puede llegar un paciente positivo y no estén protegidos adecuadamente. Saben que es parte de esta situación, pero no lo pueden dejar de lado.
El médico indica que la bonificación prometida por el gobierno para los profesionales de la salud, no han llegado para todos.
Al igual que su colega, se desinfecta y baña a cada instante, para ingresar a su domicilio y no poner en riesgo a su familia. Él se nombró en 2004, pero labora desde 1994. Señala que por mucho tiempo los contratos fueron malos, no tenían seguro ni vacaciones.
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De acuerdo al decano del Colegio Médico del Perú en Arequipa, Javier Gutiérrez, en lo que va de la pandemia, 26 médicos se contagiaron. Uno de ellos está grave en UCI de EsSalud.
Recalcó que su orden profesional ya había advertido del colapso, pero que la gestión de las autoridades regionales fue deficiente para controlar la pandemia. Reclamó que no se haya entregado equipos de protección personal a los profesionales de la salud para atender adecuadamente a los pacientes.
De la misma opinión es el presidente de la Federación Médica en Arequipa, René Flores Figueroa. “Se está cumpliendo lo que advertimos. El personal de salud se está contagiando y a muchos de ellos se les ha obligado a que reusen los equipos”.
Flores indicó que hace poco falleció una nutricionista que se infectó en el hospital Honorio Delgado.
El técnico en necropsia Boni Washualdo Mamani (56) tiene 25 años de servicio en el sector público y su experiencia en la Unidad de Medicina Legal de Tacna le ha enseñado que lo mejor en las emergencias sanitarias es conservar la calma y tomar acciones rápidas. Boni, como lo llaman sus amigos, trabaja en la morgue de la ciudad.
Al conocer que el coronavirus fue declarado pandemia, supo que debía ser realista y adaptarse pronto a las medidas de prevención. Tiene tres hijos jóvenes, y ellos le pedían que en cada paso que dé en su trabajo, lo haga con todos los cuidados y seguridad necesaria.
Boni explica que ser realista y protegerse uno mismo también da confianza y tranquilidad. Detalla que en su institución no se gestionó a tiempo los elementos de protección, entonces decidió comprar con su dinero los suyos y reutilizar algunos de ellos (lentes o mascarillas) si es posible.
“No voy al suicidio, soy realista y objetivo y si veo que un implemento falta, lo adquiero”, comenta. Con esa filosofía y después de haber tomado todas las medidas de protección, llega tranquilo a su hogar a compartir tiempo con su familia, siempre con actitud positiva.