Por: Ernesto Carrasco, Karla Cruz, Vanessa Trebejo y José Alván.
Mientras la meseta estadística de la Covid-19 se mantiene, los miles de contagiados de coronavirus se incrementan, muchos de ellos agravan, requieren de atención hospitalaria, pero es ahí donde se evidencia, una vez más, la crisis del sistema sanitario en el Perú. A la falta de salas y camas, medicamentos, personal de salud, equipos de protección, se le ha sumado la falta de balones de oxígeno para atender a los infectados cuando estos llegan a los servicios de emergencia de los hospitales casi desfallecientes, envueltos en continuos y desesperantes ahogos.
Entre los convalecientes, los más afortunados traen consigo su bombona de oxígeno de cualquier tamaño. Pero los que no, conforme quedan instalados en sillas o bancos, bajo la sombra de improvisadas carpas en los patios de los nosocomios, mientras otros permanecen entre las atiborradas salas de atención médica, sus familiares, salen presurosos en busca de balones de oxígeno, porque en los hospitales escasean, dada la continua llegada de enfermos por el virus que ha provocado la pandemia.
Nuestros reporteros pudieron comprobar en dos hospitales de Lima, Arzobispo Loayza y Dos de Mayo, que es casi una condición indispensable, para la atención médica inmediata al paciente, que lleve consigo un balón de oxígeno, de lo contrario, tendrá que esperar minutos, o quizá horas, que pueden ser vitales para continuar con vida, para recibir el bien más preciado de estos momentos: una conexión a un balón de oxígeno.
Hasta antes de la pandemia el costo promedio de un balón de oxígeno en el país como mínimo era S/ 250 (9 m3), pero en la actualidad su precio se ha incrementado, dependiendo de la zona del país.
“Para un paciente con deficiencia respiratoria (que es la sintomatología de un paciente de Covid-19) el oxígeno es vital si su saturación es menor de 95%. Esta se mide mediante un oxímetro de pulso. Al inicio, recibe el elemental fluido por una cánula nasal, y luego, dependiendo de su grado de falla respiratoria se le va cambiando el sistema de aporte de oxígeno a otro sistema que concentre más oxígeno”, explica el Dr. Alberto Quino Ascurra, jefe de UCI del Hospital Regional de Loreto.
Un balón de 6 m³ puede tener una duración de 14 a 18 horas, dependiendo del estado de salud del paciente, comenta el Dr. Quino.
En el hospital Dos de Mayo, a pocas cuadras del Centro Histórico de Lima, la familia Tasayco pasa por el vía crucis de muchos peruanos en las actuales circunstancias. La enorme demanda de los balones de oxígeno y sus elevados precios ha puesto contra la espada y la pared a Gloria Tasayco, sobrina de Rolando Castilla Tasayco de 70 años de edad, perteneciente al grupo de riesgo de personas propensas a contraer Covid-19.
El pasado domingo, Castilla ingresó a ese hospital tras la fiebre y síntomas de la Covid-19. El día martes las hermanas Tasayco fueron informadas que su tío, una persona inválida, requería oxígeno para complementar su tratamiento. Con una limitada capacidad económica para adquirir un balón del preciado gas medicinal y sus respectivos implementos, no les quedó más que solicitar a un prestamista dinero y rogar entre las amistades y familiares un donativo monetario.
Ahora, Gloria y su hermana se preparan para iniciar una cruzada económica para la recarga del balón cuando su contenido se termine. “Eso es un gasto adicional”, exclama.
En el hospital Arzobispo Loayza, Bernabé Cerna, sin conocer a las hermanas Tasayco, comparte el mismo drama que ellas para intentar salvarle la vida a su hermano, de 47 años de edad. Él está en serio peligro, pues padece diabetes, y antes de ser internado en este centro sanitario, fue llevado a distintas clínicas de la capital, pero no fue recibido. ¿Por qué?
Según el testimonio de Bernabé Cerna, “para que atiendan a cualquier persona con Covid-19 (en los centros privados de salud), debe tener como mínimo 90% de saturación de oxígeno, pero mi hermano solo llegaba a 85%”. Bernabé hace una pausa, se sobrepone al dolor que es evidente siente, y confiesa que pese al temor, tiene optimismo y casi con coraje, dice: “El dinero no es problema, haría lo imposible por salvar a mi hermano, pero de todas formas, en estas circunstancias todo esto es un abuso, están lucrando con la salud y aprovechándose de la necesidad de la gente”.
En el caso del internamiento particular, en las clínicas, el costo incluye el tan ansiado balón de oxígeno (ver cuadro 2).
En ambos testimonios, los familiares explican que ellos mismos, aparte de ir a recoger el balón de oxígeno al local de los proveedores, por el cual a veces tienen que esperar días, tienen que encargarse de llevarlo hasta la recepción, cerca de donde está el infectado, lo cual significa un grave riesgo para su salud. Lo mismo tienen que hacer cuando se necesita de los pañales, agua y demás alimentos.
Todos coinciden en que la escasez de oxígeno en los hospitales es recurrente y va creciendo en el país, y quizás eso agrave la crisis sanitaria en los próximos días.
En el norte del Perú, en Piura, la región más golpeada por la pandemia, cientos de pacientes padecen por falta de oxígeno. Civiles liderados por la Iglesia en varias provincias han realizado colectas con las que han llegado a adquirir centenas de tanques que rápidamente agotaron sus contenidos, mientras la cantidad de pacientes se incrementa y pese a las promesas de las autoridades, la instalación de una planta no se cumple por ninguna provincia.
Desde Trujillo, Lambayeque, Piura y todas sus provincias llega el mismo pedido desde los hospitales del sistema de salud: oxígeno para los pacientes.
Iquitos cuenta con cuatro plantas productoras de oxígeno medicinal. Una de ellas de carácter privado, en donde la recarga de un balón de volumen promedio (5-6 m³) oscila entre S/ 100 y S/ 150 soles. Entre las demás, está la del vicariato apostólico, adquirida con el dinero donado por los loretanos. Empezó a funcionar en la quincena de mayo, pero es inconstante. Según denunció el administrador diocesano del Vicariato, padre Miguel Fuertes, la planta ha sido el blanco de un posible sabotaje.
La tercera planta, donada por Minas Buenaventura que llegó el 13 de mayo, aún no entra en funcionamiento. Los técnicos del hospital III de Iquitos Essalud trabajan en su instalación. Se espera de ella una producción diaria de 100 balones.
La cuarta planta pertenece a una familia de empresarios Baldeón, que empezó a distribuir recarga de oxígeno gratis desde el 12 de mayo, pero solo produce entre 40 a 50 balones diarios.
La escasez de oxígeno en las provincias de la región Loreto crece y la especulación también, de tal manera que la vida en la zona depende los S/ 4.500 que tengan los familiares de un paciente Covid-19.
En Ucayali, a diario, poco más de medio centenar de personas se amanecen en la puerta de la mayor empresa abastecedora de oxígeno de Pucallpa. Todos intentan recargar este insumo tan escaso. Un balón puede llegar a costar entre S/ 3.500 y S/ 5.000 (10 m³). Como quiera que la salud está sometida a la demanda y a la oferta, el mismo director regional de salud pide a la población “que no se dejen estafar”, pues no faltan los inescrupulosos que venden balones con contenido adulterado.
El Gobierno regional de Francisco Pezo Torres prometió la instalación de una planta de oxígeno, pero hasta ahora no se ha concretado.
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En el sur del país, el titular de la Dirección Regional de Salud de Cusco, Darío Navarro, reveló que el abastecimiento de oxígeno, por el momento, está cubierto para la atención de pacientes. No obstante, en el futuro inmediato se necesitará una planta de oxígeno, por lo que alista una inversión de más de un millón 20 mil soles para instalarla en el Hospital Regional.
Una nueva amenaza se está apoderando de las salas de los hospitales del Minsa y Essalud en el país, la falta de oxígeno y, al parecer, ni las autoridades locales ni las nacionales, de acuerdo con los testimonios de los familiares de los pacientes de la Covid-19, plantean soluciones concretas.
En la región Cusco, el cilindro de oxígeno, que ha comenzado a escasear, vale S/ 1.300.
En Piura hay al menos diez empresas de oxígeno medicinal. El precio de recarga (balón de 5-7 m3) está entre S/ 100 y 200.
En Arequipa, la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa ha pedido a sus asociados devolver los balones vacíos para atender las demandas urgentes.
Piura es la región que más padece por oxígeno. Se ha instalado un isotanque, pero es insuficiente.
Acerca de la falta de oxígeno en el país, un vocero de Essalud informó lo siguiente: “La principal empresa que provee de oxígeno a los hospitales de Lima es Praxair, que tiene el 70% del mercado nacional del oxígeno medicinal.
Por ahora está cubriendo las necesidades. Pero si crece la demanda, tendrá dificultades. Los casos moderados y graves de Covid-19 crecen, a diferencia de semanas atrás, cuando la mayoría eran leves, básicamente febriles. Ahora han aumentado los pacientes con insuficiencia respiratoria, que por la misma razón requieren oxígeno y en determinados casos ventilación mecánica.
Por eso la principal preocupación de Essalud en Lima es garantizar un mayor número de camas y mayor provisión de oxígeno. Como parte de ello, se han habilitado 800 nuevas camas en el hospital Mongrut y otras en los hospitales Rebagliati, Almenara y Sabogal. Asimismo, se están impulsando acciones para garantizar mayor provisión de oxígeno en todos los hospitales de Lima y Callao”.
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