De cumplirse las proyecciones del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, estaríamos frente a una ola de muertes por coronavirus en nuestro país. La predicción de este centro de estudios para agosto es que tendremos más de 19 mil fallecidos por coronavirus.
Esto va en coro con lo advertido por la Organización Mundial de la Salud (OMS): América del Sur será el próximo epicentro de la pandemia. Y Perú será uno de los más perjudicados, pese a las tempranas medidas de confinamiento social adoptadas en marzo.
De igual manera, el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, alertó de que se vienen semanas duras para Sudamérica. “Estamos particularmente preocupados porque el número de casos nuevos reportados la semana pasada en Brasil fue el más alto en un periodo de siete días, desde que comenzó el brote. Tanto Perú como Chile también están reportando una alta incidencia, una señal de que la transmisión aún se está acelerando en estos países”, lamentó.
Según los cálculos de IHME para agosto, en Brasil habría 125.833 muertos acumulados. Con un rango de 68.311 a 221.078. Eso significa que para ese mes, los decesos serán en promedio de 63.85 por cada 100 mil habitantes.
En el caso de Chile, nos superarían en proporción de decesos por población. Si bien, la predicción allí es de 11.970 fallecidos, con rangos de 4.050 a 31.118, su cifra de víctimas será de 65.78 por cada 100 mil personas.
Mientras que en nuestro país, la proyección apunta a 19.722 muertos, con un rango de 9.965 a 35.471. Nuestra mortalidad sería de 58,01 por cada 100 mil ciudadanos.
Ernesto Gozzer, exjefe del Instituto Nacional de Salud (INS), comentó que un grupo de docentes de la Universidad Cayetano Heredia (UCH) y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) realizaron un estudio de proyección usando el modelo Gompertz. “Estiman para agosto entre 8 mil y 10 mil muertos”, dijo.
En cuanto al nivel de casos, existen dos tesis, según dicha investigación (ver cuadros). El primer escenario –y el más óptimo– es que el pico de expansión del virus en nuestro país fue entre el 5 y 19 de mayo. Basándose en ello, el cálculo para el 16 de julio es de 185.697 contagiados.
El segundo escenario, en cambio, muestra que el pico de propagación fue entre el 7 y 26 de mayo. Bajo esa premisa, en julio tendríamos 220.644 infectados.
Las dos estimaciones conllevan, de acuerdo a tal investigación, a concluir que el pico de infectados activos será en las dos últimas semanas de este mes. No obstante, entre el 21 de mayo y 3 de junio habría la mayor cantidad de hospitalizados.
Ambos escenarios explican la desaceleración del periodo de expansión del virus. A inicios de mayo, el tiempo en que la cifra de casos se duplicaba era de 13 o 14 días. En la actualidad, no se sabe en cuánto tiempo este número se multiplica.
El martes por la noche, en concordancia con la advertencia de la OPS, la presidenta del Comando COVID-19, Pilar Mazzetti, admitió que “se nos vienen semanas difíciles porque las personas van a ir enfermando”.
Sin embargo, la exministra de Salud insistió con que nos encontramos en una “meseta”. “Como ustedes ven, fluctúa poco, que es propio de las pandemias. Por otro lado, hay que reconocer que la epidemia en nuestro país es heterogénea. Tenemos que entender que lo que tenemos en meseta son los casos que están positivos, es decir, el contagio de persona a persona. Estamos entrando en un momento en que esto tiende a estabilizarse”, acotó.
Gozzer refirió al respecto que “técnicamente la meseta se refiere a un periodo en que los números de contagiados varían en un cierto rango”. “Esta es como una cordillera. Actualmente los casos son entre 4 mil y 5 mil por día. A partir de junio deberá bajar entre 3 mil y 5 mil”, calculó.
Esta explicación se refiere al reporte del Minsa del último lunes, que presentó 5.700 nuevos infectados. Al cierre de esta nota, no obstante, se conocieron 6.154 infectados más. El rango no se cumplió.
“Lo que ocurre es que con estos modelos se hacen estimaciones con supuestos, y cada día que pasa estos se van ajustando. Estas se van retroalimentando”, aclaró Gozzer.
El médico infectólogo y profesor de la UCH, Eduardo Gotuzzo, recordó que los reportes actuales son proporcionales al número de pruebas realizadas y de muertes. Y esto es relativo en regiones. “Lo que está pasando en algunos sitios donde la situación fue como tsunami, como en Loreto y Chiclayo, los números comenzaron a bajar”, comentó. En los demás departamentos aún falta la ola máxima del virus.
Y mientras eso no pase, la solución, por el momento, consideran Gotuzzo y Gozzer, es reforzar la atención primaria, en vista de que en los hospitales la unidad de cuidados intensivos (UCI) está al filo de colapsar.
“Uno no solo tiene que mirar que ayer hubo tantos contagiados, fallecidos y diagnósticos, hay que preocuparnos más por los hechos que por los formalismos. Aparentemente estamos llegando a un tope, pero todavía no lo estamos viendo. El 30% de pacientes graves está falleciendo antes de llegar al hospital”, recordó Gotuzzo.
“Lo que debe generar temor es la necesidad de protegernos de aquí hasta el próximo año, mientras no haya una cura. Los equipos de respuesta rápida son fundamentales. ¿Cómo? Identificando casos, aislándolos y acompañándolos”, dijo Gozzer.
Por otro lado, el jefe de la Oficina de Epidemiología del Hospital Santa Rosa, Carlos Martínez, acotó que ante las estimaciones científicas, debemos tomar en cuenta el subregistro de casos y muertes por coronavirus, pues es un fenómeno que acontece en todos los países afectados por la pandemia.
“Todo el que se muere es sospechoso de Covid-19. Pero no los están contando y poniendo como casos confirmados. Además, hay otro problema: no hay personal para este trabajo. Los establecimientos de salud no lo tienen”, protestó.
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Los reportes del Gobierno, en estos días, se contraponen con la realidad. Es cierto que el martillazo evitó una catástrofe mayor, ¿pero cuándo rendirá sus frutos?
El doctor Elmer Huerta, sobre el estudio de la Universidad de Washington, apuntó que “los modelos matemáticos pueden decir muchas cosas, pero lo que vale es el comportamiento de la gente”.
“Dicen que para el mes de agosto Perú debería tener 19 mil muertos. ¿Va a depender del virus? No. Va a depender de la gente (…) Lo que hemos visto en Gamarra el fin de semana va a cambiar cualquier modelo”, aclaró.
Carlos Martínez, jefe de la Oficina de Epidemiología del Hospital Santa Rosa, sostuvo que mientras prevalezcan los problemas en los mercados y el transporte, la meseta de casos puede fluctuar.
Pilar Mazzetti - Comando COVID-19: “Lo que tenemos en meseta son los casos que se están poniendo positivos, es decir, el contagio de persona a persona. Estamos entrando en un momento en que esto tiende a estabilizarse”.
Ernesto Gozzer - Exjefe INS: “Técnicamente la meseta se refiere a un periodo en que los números de contagiados varían en un cierto rango. La meseta es como una cordillera y puede variar entre 4 mil y 5 mil infectados”.
Eduardo Gotuzzo - Infectólogo: “Hay que preocuparnos más por los hechos que por los formalismos. Aparentemente, sí estamos llegando a un tope (de infectados por coronavirus), pero todavía no lo estamos viendo”.
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