Por: Ángela Valdivia y Elizabeth Prado
“No estoy de acuerdo con la medida. A pesar de que una está pendiente, los niños suelen tocar todo, están en la edad de descubrir”, comenta Allisson sobre las salidas para menores de 14 años que se inician este lunes y que favorecerían a más de 8,5 millones de personas, según el jefe de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, Yuri Cutipé. Ella ya decidió que su hija de 3 años no saldrá, pues teme que contraiga el virus.
Michael tampoco piensa salir con su sobrina (6). “Es prematura la medida. En España se hizo. Allá ya estaban en la fase de descenso y se dispararon los contagios en niños”, dice.
Luisa, que tiene a una hija adolescente (13), no está en contra ni a favor de las medidas del Gobierno. Ella cree que depende de cada padre; sin embargo, teme que no todos sean lo suficientemente responsables. “Algunos los van a soltar y dejar ahí. Hay mucho descuido también”, advierte.
Carlos Bromley, psiquiatra del Ministerio de Salud, espera que los padres cumplan con las recomendaciones de la institución. Él considera que estas incluso podrían flexibilizarse si se confirma que hay responsabilidad de los adultos cuidadores.
El médico aclara que las salidas autorizadas no son para ir al parque, donde los niños suelen encontrarse con amigos e interactuar, sino que se trata solo de una corta caminata. “Es un primer paso”, asevera. Él explica que no es posible permanecer en confinamiento, debido a que habría varios efectos negativos en la salud mental de los menores.
Bromley dice que los niños se encuentran en un proceso de crecimiento y desarrollo, para lo que requieren la influencia de su entorno social. No obstante, la pandemia ha generado que esto se detenga de forma abrupta y provoque estrés. “El confinamiento genera por sí mismo estrés. El alejamiento de las personas significativas y el ver las mismas cosas, también”, señala. Asimismo, comenta que los menores han comenzado a tener pesadillas, insomnio y problemas de comportamiento.
Los niños de dos o tres años “que ya habían logrado controlar sus esfínteres vesicales ya no pueden hacerlo ahora y han vuelto a los pañales”, lo que en términos técnicos se conoce como enuresis secundaria. Además, han empezado a mostrarse más irritables, enojados y con poca tolerancia. Debido a ello, el médico considera que las salidas “les van a generar esa especie de saber que también está comenzando a terminar esto porque si no van a quedar con la idea de que deben estar solo en casa y la vida no es así”.
Bromley dice que la medida era necesaria; sin embargo, aclara que el adulto cuidador es responsable por el menor.
En esa línea, Rolando Pomalima, psiquiatra de niños y adolescentes, señala que los padres deben ser muy prudentes “dependiendo de las condiciones que tiene cada uno en su propio espacio porque Perú es un país diverso de muchas situaciones económicas y necesidades no cubiertas”.
El especialista precisa que hay barrios con calles anchas, mientras que otros casi ni las tienen, y que factores como esos deben ser analizados antes de salir. También sostiene que es importante pensar que cada persona en la calle puede estar infectada y que, a pesar de que los niños “quizá tienen menos consecuencias graves”, siguen siendo transmisores. Además, recuerda a los padres que ellos acompañan a sus hijos y que estas salidas no son una oportunidad para reencontrarse con los vecinos.
Por medio de un pronunciamiento, la Asociación Psiquiátrica Peruana señala comprender la necesidad de los menores de contar con un espacio que permita reducir los efectos negativos de la cuarentena, por lo que propone una serie de recomendaciones. Primero, recomienda que la flexibilización del aislamiento social sea escalonada y sectorizada, teniendo en cuenta las zonas en donde haya un mayor control de la transmisión del virus. Asimismo, cree conveniente que las salidas de los menores coincidan con el levantamiento total de la cuarentena para tener tiempo de iniciar una campaña de sensibilización hacia los padres.
En esa línea, el Colegio de Psicólogos del Perú pidió al gobierno postergar las salidas hasta que baje el riesgo de contraer el virus, sobre todo en los distritos con mayor índice de contagios.
La institución asegura que es natural que los menores estén aburridos, molestos o con miedo ante la situación que se vive, pero considera que “hablar de vulnerabilidades, traumas o problemas psicológicos como algo que les sucede o les va a suceder es un exceso que no debe hacer caer en una empatía errada de lo que realmente a los niños y adolescentes les está pasando”.
La decisión que tomó el gobierno de España el mes pasado para que los niños puedan dejar su confinamiento y salir a pasear en calles y parques creó polémica en razón a la alta aglomeración que se produjo, no solo en estos lugares sino también en las playas. Los medios de comunicación informaron que los padres no respetaron la distancia mínima de dos metros y en muchos casos dejaron que sus hijos interactúen con otros pequeños, exponiéndolos a contraer el Covid-19.
Tampoco acataron el tiempo señalado para estos paseos, que fue de una hora. Según datos del Ministerio de Sanidad de ese país, el 26 de abril, día en que salieron los niños de cero a nueve años, el número de infectados era 634. Dos semanas después, esta cifra se elevó a 829. Sin embargo, el director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias, Fernando Simón, dijo que es complicado concluir por ahora si la salida fue la causa.
“Los grandes pueden usar redes para socializar”
Por Horacio Vargas, psiquiatra de niños y adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi
A los menores de entre 14 y 18 años, los padres deben explicarles la situación: un contagio compromete su vida y la de los demás. Pero también deben entender a los adolescentes cuando expresan su insatisfacción.
Cuando son menores de 14 años, los padres todavía pueden controlarlos porque son más tolerantes y adaptables, pero a los mayores les puede incomodar porque son más independientes, además, a muchos no les gusta salir con un familiar.
Los adolescentes también pueden usar redes sociales u otras tecnologías para contactarse con sus amigos, pero nunca hay que caer en el exceso.
Además, deben cumplir con sus actividades educativas y es una oportunidad para compartir juegos lúdicos con su familia. No deben descuidar la actividad física. En conclusión, deben tener una agenda variada.
infografia recomendaciones niños covid-19