Tras vender por un año arepas en un mercado, Felimar Luque, una ciudadana venezolana que vino al Perú a buscar un futuro mejor, volvió a ejercer la medicina y ahora atiende a pacientes que sufren de coronavirus.
“La esperanza era bastante lejana por el tema económico”, contó la ginecóloga de 34 años a la BBC.
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Ante la falta de profesionales para atender el alto índice de contagiados de COVID-19, la profesional de la salud fue contratada para trabajar en el hospital Rebagliati, uno de los principales nosocomios en Lima.
Según detalló Luque, llegar a esta etapa de su vida no fue fácil. Ella tuvo que vender arepas en los mercados para sustentar sus gastos diarios.
“Despertábamos para hacer las arepas y que estuvieran calientes al momento de venderlas a dos soles cada una”, recordó la joven que estudió 11 años y tuvo 4 de experiencia laboral en el sector salud.
Ella explicó que a pesar de que el dinero era insuficiente para vivir cómodamente en Perú, los 67 soles diarios que ganaba eran tres veces más que su sueldo mensual en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, en Venezuela.
No obstante, Luque necesitaba un trabajo con un salario fijo. Por ello, sin dejar de lado su aspiración de ejercer la medicina, envió su currículum a diferentes centros laborales.
Gracias a su perseverancia, consiguió un empleo en una farmacia donde trabajaba seis días a la semana por el salario mínimo.
Poco a poco fue reuniendo y validando los papeles que necesitaba para homologar su título de médico general; sin embargo, su situación económica se lo impidió.
“Registré mi título, pero hubo un freno porque me exigían estudiar un año más y no contaba con los recursos para hacerlo”, contó.
A finales de 2019, vio un anuncio en Instagram de la ONG Unión Venezolana en Perú, que estaba ayudando a sus compatriotas médicos a convalidar sus títulos. Luque acabó siendo una de los 20 elegidos para poder colegiarse en Perú.
“Tuve que pasar varias pruebas y cursos. A veces nos decían el mismo día o la noche anterior: ‘Hoy, urgente, tienen que ir a tal sitio’. Y bueno, ese día le pedía permiso a mi jefe y gracias a Dios fue bastante tolerante”, narró.
Encontrar trabajo fue un nuevo reto. No fue hasta que ocurrió lo de la pandemia, que ella pudo ingresar a un hospital de EsSalud.
Ella ahora se encuentra entre equipos médicos y ha dejado de lado la preparación de las arepas. Dice sentirse emocionada por esta oportunidad.
“Me siento bien, a pesar de la pandemia, haciendo lo que más me gusta”, dice. Ahora gana ocho veces más de lo que recibía en la farmacia.
Luque tiene un contrato de solo tres meses; sin embargo, tiene la esperanza de que se extienda.
“Aunque el contrato dice ‘solo pandemia’, yo confío, Dios quiera, que nos dejen trabajando como tal. Ya ellos saben que soy especialista, que estoy en proceso de mi registro nacional de especialista acá en Perú. Y si no, bueno, como médico general, que ya tengo todo legal”, explicó a la BBC.
Cabe resaltar que Perú ha permitido la contratación de médicos extranjeros, incluso aquellos que aún no hayan terminado de realizar sus trámites para colegiarse, pero que tengan estudios terminados en su país.