José Víctor Salcedo
Cusco
Es martes 14 de marzo. Treinta días de “encierro” por el coronavirus. Una adolescente de unos 15 años suelta alaridos y se retuerce de dolor en Las Joyas del distrito de San Sebastián, en Cusco. Los vecinos graban desde sus ventanas la escena, que parece sacada de una película de terror o de zombis. Hay desesperación. Unos piden calma, otros dicen que la muchacha agoniza contagiada por el virus.
Los gritos de la adolescente empiezan pasadas las tres de la tarde. No quiere que se le acerquen. Asegura que tiene Covid-19. Un agente policial coloca una cinta amarilla en torno a la mujer. Más tarde, cuando el cielo oscurecía, apareció un equipo de médicos y la revisaron. Se descartó un posible caso de covid-19. La menor sufre de ansiedad severa.
“Es una crisis de ansiedad, un síndrome ansioso. Es un problema psicológico y seguro que aparecerán más casos, porque estamos más de 30 días en cuarentena”, explicó el médico Jorge Quispe. “Luego de estabilizarla, se le brindó la atención para su recuperación. El diagnóstico de atención es Síndrome Ansioso o Síndrome Conversivo derivado por problemas de ansiedad”, confirmó, horas después, la Dirección Regional de Salud.
¿Qué puede desatar una crisis de esa magnitud? “Hay una sobreexposición a noticias sobre el coronavirus, sumado al estrés del encierro”, explica Quispe. Una crisis de ansiedad es una respuesta del organismo ante situaciones límites. Se caracteriza por una sensación de angustia o miedo, y se manifiesta con la aparición de aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, sudoración o sensación de cansancio.
El psicólogo Alaín Madueño sostiene que es una reacción normal y, en general, las controlamos. No obstante, cuando una persona está en constante ansiedad el problema se agrava y afecta en tres aspectos: cognitivo, fisiológico y conductual.
“En lo cognitivo aparece el pensamiento negativo. Ejemplo, dicen que nunca vamos a salir de esto, vamos a morir todos. Allí surge dolores de cabeza. En lo fisiológico aparecen palpitaciones rápidas del corazón, sudoración de las manos, micciones frecuentes. En el conductual surge la hiperactividad: caminan de un lado a otro, tartamudeo, etc.”, explica.
Si esto desborda, surge la ansiedad grave. Madueño refiere que en este punto la gente incluso se desploma –como el caso de la muchacha- con “síntomas conversivos, es decir, que tu cuerpo asimiló la ansiedad y te puede dar cualquier tipo de síntoma”. Como se dijo antes, la ansiedad es controlable en sus tres niveles: leve cuando todos la controlamos, moderada cuando necesita ayuda psicológica, y grave con medicación.
Se vuelve incontrolable y en muchos casos mortal cuando la ansiedad da paso a la depresión. “Y esta te va a llevar al suicidio, te aniquila, porque te baja las defensas del cuerpo y al final surgen actos suicidas”, advierte Madueño.
PUEDES VER: Cusco: Hombre acusado de intentar ultrajar a niña cumplirá 9 meses de prisión preventiva
El psicólogo Alaín Madueño sostuvo que la ansiedad se controla evitando el pensamiento negativo. “Debemos de tener la certeza de que vamos a salir de esto y que todo volverá a la normalidad”. No debemos dejar resquicio alguno para el desaliento.
Y eso implica evitar la sobreexposición a noticias sobre el coronavirus, no ver películas relacionadas con la pandemia, obviar el uso de redes sociales que alimentan los pensamientos negativos y depresivos.
Una segunda recomendación es que una persona no permanezca estática en casa. Uno debe ayudar a hacer el desayuno, arreglar la casa, lavar, planchar, escribir. Todo se complementa con actividades de relajación del cuerpo que ayudan a crear endorfinas.