Maribel Mamani Mamani
Un atentado contra el patrimonio se produjo la madrugada de ayer. Un grupo de desconocidos realizaron una pinta que dañó cerca de cuatro metros cuadrados del muro prehispánico de la ruta Qhapaq Ñan, que fue restaurada hace algunos años. El sector denominado Totorapaqcha de la urbanización Lucrepata, donde se realizaron las pintas, está ubicado a 15 minutos de la plaza Mayor del Cusco y colinda con el tradicional barrio de San Blas.
La Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, tras conocer el hecho, ordenó que se realice la limpieza de las pintas. Por lo descrito en ellas, no se descarta que los autores sean personas locales, quienes aprovecharon la poca afluencia de transeúntes para realizar este atentado.
En el muro se puede leer: “Mi vida eterna M y J”, acompañado de corazones en color azul. Todo tiene una extensión de tres por dos metros.
El especialista del Departamento Físico Químico de Cultura, Jorge Luis Gamarra, indicó que la limpieza total del muro se concluirá en una semana, debido a que el trabajo es muy delicado por tratarse de piedra caliza, que por sí misma es más porosa. Debido a esto, el aerosol utilizado llegó a penetrar más.
El proceso de limpieza consta de tres etapas: la aplicación de químicos para quitar el aerosol, la neutralización de los químicos usados y, finalmente, la etapa de salinizado para eliminar cualquier resto de pintura que pueda haber quedado.
El hecho ya fue denunciado ante la Policía y el Ministerio Público, los que se harán cargo de las investigaciones para ubicar a quienes ocasionaron este daño.
Las sanciones por perpetrar este atentado a los muros incas, en la ruta del Qhapaq Ñan, no solo podrían ser económicas, sino que los responsables también podrían ser privados de su libertad.