Cerca de dos tercios de los ciudadanos apoyan un adelanto de elecciones generales y casi la mitad del país que haya asamblea constituyente, que haga otra carta magna, según muestra la última encuesta de representación nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), investigación para La República.
El estudio consultó a la población del 23 al 26 de mayo y tiene márgenes de error de 2,8 puntos encima y debajo de cada resultado de nivel nacional.
Aproximadamente un 67% de los peruanos cree que lo más conveniente para el país, entre distintas opciones, sería que haya comicios generales y se escoja otro presidente de la República y nuevos congresistas. Cerca de dos tercios del Perú tiene la idea de “que se vayan todos”.
Las otras alternativas consideradas fueron que Castillo sea presidente hasta el 2026, que haya elecciones presidenciales y siga el actual Congreso, y que la vicepresidenta Dina Boluarte asuma el Gobierno. Todas tienen poco respaldo de la población.
La posición de “que se vayan todos” aumenta. En febrero, con las mismas alternativas, un 48% prefería el anticipo de comicios generales, es decir, cerca de la mitad de la nación. Hace un mes, ya un 61% tendía a esta opción.
Apenas un 3% de los ciudadanos apoya que haya elecciones presidenciales y se mantengan los actuales congresistas.
Un también minúsculo 2% de connacionales estima más conveniente que Castillo salga y Boluarte asuma la presidencia.
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La propuesta de Castillo para que haya asamblea constituyente, que plantee una nueva Constitución, máxima normativa nacional, divide al Perú casi en dos mitades: un 49% en desacuerdo y un 47% de acuerdo.
El apoyo está más extendido en el sur, centro y oriente del Perú, y entre los más pobres (niveles socioeconómicos D y E).
El rechazo a este planteamiento es más habitual entre los más acomodados (niveles A y B) y en Lima metropolitana.
Al considerar distintas opciones sobre la Constitución para definir lo que más conviene al país, un 49% de la ciudadanía prefiere que se le hagan algunos cambios, un 31% que haya una nueva carta magna y un 17% cree que no debe modificarse nada.
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Pedro Castillo no se recupera. Un 70% del país desaprueba la forma cómo va conduciendo su gobierno y solo un 21% la aprueba.
Entre los encuestados, cae en el norte y el sur principalmente.
Además, crece la identificación negativa de su gestión. Un 32% opina que el gobierno de Castillo terminará siendo más corrupto que los anteriores. En diciembre del año pasado y en marzo último, solo un 21% pensaba eso. Un 40% cree que acabará igual de corrupto que sus antecesores. Solo un 20% lo prevé con menos corrupción.
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Análisis por Patricia Zárate, jefa de Estudios de Opinión del IEP
Hace unas semanas, el presidente presentó al Congreso una propuesta para convocar una Asamblea Constituyente que redactase una nueva Constitución. La propuesta fue rechazada, sin embargo, la opinión pública se encuentra dividida entre quienes están de acuerdo (47%) o en desacuerdo (49%).
Si bien la mitad de los encuestados dice que se debe hacer algunos cambios y no una nueva Constitución, un 31% sí quiere tener una nueva Constitución (aunque no necesariamente la haya leído). Una asamblea constituyente se vuelve un tema que seduce a varios sectores, principalmente a la izquierda, porque se ve como una vía para solucionar problemas que en realidad se resolverían con una buena gestión, la cual ha estado ausente en varios gobiernos, principalmente en el actual.
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Pese a los anuncios del presidente, a sus consejos de ministros descentralizados, no ha podido detener su desaprobación, que ahora llega a 70%; por otro lado, aumenta el porcentaje de quienes creen que debe haber elecciones generales de presidente y congresistas. Y, quizá lo más importante, en meses anteriores solo 21% creía que este Gobierno terminaría siendo más corrupto que gobiernos anteriores, ese porcentaje llega a 32% en mayo.
La crisis de legitimidad continúa y está en ascenso, pero no se ve ninguna reacción organizada y menos aún mayoritaria de la ciudadanía. Probablemente porque la valla que dejaron varios gobiernos anteriores fue tan baja, que un gobierno mediocre y con indicios de corrupción no resulta tan escandaloso para algunos sectores.