“Si están intentando un golpe y llevan a cabo ese golpe, no lo van a celebrar. Correrá mucha sangre en el país, pero fracasarán. No lo van a lograr”, dijo el entonces integrante del equipo técnico de Perú Libre Aníbal Torres. Era fines de junio de 2021 y Pedro Castillo ostentaba una ligera ventaja frente a Keiko Fujimori en las elecciones generales. Para contrarrestar ello, Fuerza Popular puso en marcha una maquinaria naranja que promovía el “terruqueo” y un fraude inexistente que hasta ahora el congresista Jorge Montoya procura encontrar.
Aquella alusión cruenta no solo generó estragos en los medios de comunicación, sino que sirvió de excusa para que un sector, que estaba en contra de lo que representaba Pedro Castillo, le adjudicara ese matiz violento que hacía falta para componer una figura ominosa y emparentarla con los remanentes del terrorismo.
Días después y una vez finalizada la entrevista con el almirante retirado Jorge Montoya, el periodista Mario Bryce —el mismo que en 2020, en un debate en el que participaba como aspirante al Congreso por Solidaridad Nacional, le entregó dos jabones al exprocurador anticorrupción Julio Arbizu en referencia a su color de piel— dio pase a Aníbal Torres para cuestionar sus declaraciones y ver la posibilidad de una auditoría internacional ante el rumor del fraude. En respuesta, Torres le encaró un monólogo en el que le tropezaba las inconsistencias de su discurso y la parcialización de algunos medios de comunicación alineados a la causa naranja para petardear a Perú Libre.
“Eso es lo que he dicho y eso no ha dicho tu amigo (Jorge) Montoya y tampoco tu candidata. Seguramente tú estás acostumbrado a atarantar a la gente. Conmigo no. Yo he dicho eso porque se está llevando ese proceso que va a conducir a un golpe de Estado. Están conduciendo a la sociedad a una guerra civil, ¿y qué crees que es?, ¿en la guerra civil qué corre?, ¿agua? No vas a venir a hablar barbaridad y media porque tienes el medio, engañando a la gente. Yo te voy a escuchar. No, muchachito; no, muchachito tonto. Habla con la verdad, habla con ley, tú no eres la ley, los jueces no van a hacer lo que tú estás opinando o lo que está opinando tu candidata o Montoya”, arremetió.
Nueve meses más tarde, con Pedro Castillo en la presidencia del Perú, Aníbal Torres, ahora primer ministro, no ha cambiado su peculiar sentido del humor y, lejos de mesurarlo, se ha desplazado por una línea delgada que confunde la ironía con la ofensa.
El último miércoles 20 de abril, Torres calificó de “miserable” al cardenal Pedro Barreto durante una entrevista difundida a través de las redes sociales. En dicha conversación, el titular de la PCM señaló que el también arzobispo de Huancayo estaría a favor de los grupos de poder y le reclamó por no pronunciarse sobre los aciertos del Ejecutivo.
“Ahí tenemos un cura, el cura Valverde, no, perdón, me equivoqué, el cura, autoridad de Huancayo, su nombre me olvidé, tan miserable puede ser esta persona. Él cree que uno es un tonto. Él está a favor de los grupos de poder (...). Me equivoqué, no es Valverde, es Barreto. Él quiere por supuesto que el Gobierno pase a formar parte de la derecha”, expresó.
Estas declaraciones llegaron luego de que el cardenal Barreto anunciara que se había reunido con Pedro Castillo a fin de evaluar la situación política, económica y social en la que se encuentra el país. En aquella ocasión, Barreto indicó que el jefe de Estado tenía en sus planes hacer un “cambio radical”, el cual incluía una serie de cambios en el gabinete ministerial que lo alejarían del secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón.
“Yo digo esto con transparencia, sin ningún temor, yo salgo del premierato y como si nada... Ahí está Max Hernández, lo conozco, hemos conversado, ¿no es verdad que Ud. está siempre al lado de la ultraderecha? Al cura Barreto, ¿no es verdad que Ud. siempre está al lado de la ultraderecha?”, continuó el primer ministro.
Finalmente, ante el rechazo público de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana frente a sus calificativos, Torres indicó en conferencia de prensa que se trató únicamente de un “dicho popular” y que no albergaba la intención de ofender al representante de la iglesia.
“En una entrevista que me hicieron, no recordé el nombre del cardenal y entonces dije ´tan miserable puede ser esta persona que ni su nombre me acuerdo o algo así. Es un dicho popular que en cualquier lugar se utiliza, también en Lima. No se acuerda el nombre de la persona y lo dice. Eso ha sido, pero no con ánimo de ofender”, puntualizó.
En febrero, Aníbal Torres tuvo otro incidente en el que su respuesta generó desconcierto. En ese entonces, se especulaba sobre unas presuntas pugnas que habría dentro del Ejecutivo para indultar al líder etnocacerista Antauro Humala. Ante ello, Torres señaló que haría saltar a Humala por encima de una pared para llevárselo en un auto a toda velocidad. Así, sin más.
“Como no se puede por ley, voy a hacer que salte una pared. En ese momento, voy a hacer que toda la Policía se vaya a almorzar y le voy a poner un auto que tenga una velocidad de unos 300 kilómetros por hora para que se vaya”, dijo en los exteriores de Palacio de Gobierno.
No fue hasta el día siguiente en que, incómodo por la falta de humor de sus interlocutores, manifestó a través de su cuenta de Twitter que el líder etnocacerista condenado a 19 años de prisión no podría obtener su libertad. Además, se refirió también de la salida de Susana Silva Hasembank del INPE por retornar al exdictador Alberto Fujimori a “su cárcel dorada”.
“Por ley, Antauro Humala no puede salir en libertad, lo dije desde que asumí el cargo. Ayer, sarcásticamente, dije que ‘lo voy a hacer saltar el muro de la cárcel cuando los guardianes estén almorzando y en la calle lo esperará un auto para que fugue a 300 km/h’. Pero ni así entienden. La expresidenta del INPE, contra lo dispuesto, ha hecho volver a Fujimori a su cárcel dorada. Este es un acto de corrupción y de discriminación entre sentenciados”, explicó.
Twitter de Aníbal Torres
En noviembre de 2021, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, criticó una norma que ponía límites a los intereses a fin de evitar la usura bancaria. Torres no tomó a bien el descontento de Velarde sobre esta medida y calificó de “disparate” la opinión del economista.
“Salió el mismo presidente a criticar la ley que establecía esa limitación (de intereses), diciendo que eso atenta contra la libre competencia. Y eso es otra ignorancia absoluta, solamente porque este gordito dice cualquier disparate, entonces es verdad”, mencionó.
A inicios de abril, durante una actividad del Consejo de Ministros descentralizado en Huancayo, Aníbal Torres utilizó de ejemplo al exdictador alemán Adolf Hitler para proponer mejoras en las vías de comunicación agrícolas. El primer ministro contó una anécdota en la que Hitler visitó a Mussolini y vio una carretera que iba desde Milán a Brescia.
“En una oportunidad Adolf Hitler visita el norte de Italia y Mussolini le muestra una autopista construida desde Milán a Brescia. Hitler vio eso, fue a su país y lo llenó de autopistas, de aeropuertos, y convirtió a Alemania en la primera potencia económica del mundo. Tenemos que esforzarnos, hacer sacrificios para mejorar nuestras vías de comunicación, no solamente las que conducen de una ciudad a otra, sino también, aunque sea de momento sea una buena trocha, que conduzca desde la chacra hasta el mercado para que el campesino pueda sacar sus productos (sic)”, se explayó.
Tras las críticas de parte del Congreso y las embajadas de Alemania e Israel, Torres expresó sus disculpas por las declaraciones vertidas e invitó al embajador de Israel a conversar. Posteriormente, el diálogo se realizó, pero el primer ministro volvió a utilizar la figura del exdictador alemán. Esta vez para compararlo con el también exdictador Alberto Fujimori.
“Ayer di un ejemplo de cómo el criminal más avezado puede hacer obras positivas, ahora voy a dar un ejemplo del Perú, y que ahora se encuentra detrás de rejas —que fue el autor mediato para que proceda, por ejemplo, el secuestro de los estudiantes de La Cantuta (...)—, ¿puedo decir que no hizo algo bueno? Estaría faltando a la verdad. Soy persona honesta y digo la verdad. Y no tengo miedo a nada porque yo no estoy aferrado al cargo. He aprendido en mi vida a poder sobrevivir con mi trabajo, con mi estudio y no solamente mendigando como lo han hecho otros en 200 años de vida republicana”, dijo Torres durante una sesión descentralizada del Consejo de Ministros.