La salida de Aníbal Torres de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) significaría un nuevo golpe para el Gobierno del profesor y exsindicalista afincado en Palacio, quien en nueve meses de gestión estaría a punto de coleccionar su quinto gabinete ministerial, una cifra que, aunque cuantiosa, flaco favor le hace a la sólida imagen de institucionalidad y de fortaleza que debería tener el Ejecutivo que espera contar con algo de legitimidad de su población. Una salida que, aunque dolorosa, se muestra como necesaria en época de crisis y que dejará un espacio que puede ser llenado por algún integrante del actual gabinete, así como cuando Torres dejó el Minjus —en febrero último— para reemplazar a un defenestrado Héctor Valer.
En diálogo con La República, el analista político Jeffrey Radzinsky advierte que ninguna gestión debería juramentar a un cuarto gabinete en menos de siete meses, menos a un quinto en menos de nueve, pero al presidente Pedro Castillo no le quedan más opciones.
“Este es un Gobierno que tiene su cuarto gabinete, su cuarto presidente del Consejo de Ministros en menos de nueve meses, en siete ya tenía cuatro. No es solo inédito en nuestra historia, sino también una muestra clara de la inestabilidad, y el desorden del Gobierno y su incapacidad para formar un equipo mínimo que pueda llevar a cabo la gestión gubernamental. (…) Así que, por más que pueda parecer contradictorio promover un cambio de gabinete, creo que es necesario”, comenta.
Durante las últimas semanas, tras las protestas sociales que pusieron en vilo al país y al límite de un jaque al Ejecutivo, se solidificó la idea de que el gabinete Torres necesitaba oxigenarse. Para ello, el cambio del primer ministro era urgente, quien lejos de calmar las aguas cayó en reiterativos excesos verbales contra la prensa y personajes políticos, incluso citó al exdictador alemán Adolf Hitler durante una desafortunada perorata sobre el progreso de la Alemania nazi.
En este punto, Radzinsky detalla que el premier no le suma al jefe de Estado, sino que todo lo contrario: “Este equipo liderado por el PCM Torres no le suma al presidente un activo desde el punto de vista de legitimidad o de aprobación. Es más, Torres tiene mayor desaprobación que el presidente”.
Por su parte, José Luis Ramos Salinas, sociólogo, analista político y docente de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), apunta que el gran problema del gabinete no es el mismo Aníbal Torres, aunque sí un grupo de ministros que no saben a qué apuesta el Gobierno.
“Pedro Francke era ministro de Economía y tenía las cosas claras sobre lo que quería hacer. Podemos estar a favor o en contra, pero tenía en claro lo que quería hacer y era reducir la desigualdad a través de una reforma tributaria. Eso lo tenía claro y era supuestamente parte del plan de gobierno que Castillo anunció el 28 de julio, pero el actual ministro de Economía (Óscar Graham) qué tiene claro, qué es lo que pretende o busca, nadie sabe qué se pretende del MEF o desde el sector Educación, que se supone es un pilar de este Gobierno. Y así podríamos seguir sector por sector”, comenta en entrevista con La República.
La confusión descrita a nivel gubernamental por Ramos Salinas estaría afectando a la población y la legitimidad que les conceden a los diferentes poderes del Estado, ya que se encuentran carentes de liderazgos. “La sociedad peruana se está disolviendo, no hay liderazgos, ni en la parte opositora, ni en el Gobierno ni en la sociedad civil”, afirma.
Por otra parte, Radzinsky hace énfasis en el daño que le ha generado la cuota cerronista de Perú Libre a los gabinetes de Castillo: “El presidente sigue dependiendo de esa cuota y la requiere para asegurar esos votos en el Congreso que no precipiten su vacancia, pero sí vemos que lo que ha dado la cuota cerronista son pésimos ministros, sino miremos lo que pasó en Salud, Energía y Minas, y el mismo sector Justicia”, complementa.
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Ante la posible salida de Aníbal Torres de la PCM se tejieron algunas posibilidades, como la brindada por el cardenal Pedro Barreto, quien señaló —tras reunirse con el jefe de Estado en Palacio de Gobierno— que el Ejecutivo haría un cambio radical en su gestión y presentaría un nuevo gabinete que marcaría distancia de Perú Libre. Se habló de la posibilidad de alguien que venga de los partidos de centro, pero también existe la opción de que el reemplazante del primer ministro venga de su propio entorno, de un ministro de Estado.
Ante esta posibilidad, Jeffrey Radzinsky considera que, más que un cambio de nombre, lo que el gabinete necesita son acciones inmediatas y concretas que puedan darle una nueva vida a un quinto gabinete que tendrá la obligación ir al Congreso de la República a pedir el voto de confianza.
“No se resuelve ni manteniendo al gabinete ni con un cambio de gabinete porque si esto no viene acompañado de acciones concretas e inmediatas, (el resultado podría ser el mismo). El cambio de nombres por sí mismo no va a ser la solución”, informa.
Algunos nombres que surgieron como posibles reemplazantes de Torres fueron los de Alejandro Salas (Cultura), Betssy Chávez (Trabajo) o Félix Chero (Justicia), pero el experto en análisis político refiere que ninguno sería una buena opción para lo que realmente necesita el Ejecutivo.
“Entre esos tres, creo que no tienen el perfil ni la experiencia según los requerimientos de la situación actual para ese cargo. (…) Lo que necesita el presidente es un gabinete con personalidades que le permitan sumar aliados, aliados que sean gobernadores regionales, aliados de cara a su relación con el Congreso, aliados de cara a la ciudadanía, personajes que por su reputación le den un activo de preferencia de imagen al Gobierno. Difícilmente logrará eso con personajes del actual gabinete”, comenta.
Ante esta posibilidad de un nuevo primer ministro que allane el camino al Ejecutivo para establecer nuevos pactos, José Luis Ramos Salinas precisa que puede existir la voluntad de tener aliados; sin embargo, lo difícil está en encontrarlos.
“El problema está en con quiénes hacemos esos pactos, con quién se busca ese consenso, ¿no? APP un día dice una cosa y otro día hace otra; con Podemos Perú, que es el partido del Sr. (José) Luna, que no es un partido político como tal y que puede tener a gente muy diversa dentro por diferentes razones e intereses; a Fuerza Popular acusada de ser una organización criminal; a Renovación Popular, que es un partido de ultraderecha y de una vocación antidemocrática; o Acción Popular con Mesías Guevara que plantea una serie de temas para el Acuerdo Nacional, pero que cuando él dice eso me pregunto si está expresando la voluntad de la Sra. (María del Carmen) Alva o de su bancada. Entonces, ¿con quién se haría esa alianza?”, cuestiona.
Por otro lado, el sociólogo y catedrático arequipeño argumenta que el nombramiento de un nuevo jefe de la PCM, dependiendo de la elección, puede significar la continuidad del desdibujamiento del proyecto planteado por Pedro Castillo en 28 de julio del 2021.
“El gabinete conformado igual va a seguir siendo blanco de ataques radicales y tremendamente fuertes. Esto no significa que tengamos un gabinete espectacular, ni que merezca defenderse. (…) Si va a entrar el ministro de Cultura, el del Interior o el de Defensa, que no tienen nada que ver con el proyecto político que ha ganado las elecciones, me temo que no solo van a ser blanco de ataques, sino que el Gobierno se va a desdibujar”, finaliza.