Es viernes en la noche y el titular de Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Torres, recibe a La República luego de que el gabinete recibiera la confianza del Congreso. Responde sobre posibles modificaciones en ministerios -”es probable que el presidente esté contemplando esa situación”- y sobre su reunión con Vladimir Cerrón.
En su mayoría, las bancadas de Acción Popular y de Alianza para el Progreso votaron por la confianza al gabinete. ¿Es posible interpretarlo como un acercamiento al centro político de parte del gobierno?
En primer lugar, esto evidencia que los ministros somos gente de confianza, de la mayoría del Congreso. Sobre el acercamiento, tenemos que trabajar en equipo con todas las bancadas, sin discriminar alguna, incluso con las bancadas que no han votado por la confianza.
Hablemos de los que votaron por ustedes. Haber recibido el apoyo de AP y APP, ¿los acerca a ese centro?
No diría acercamiento. Es la ratificación de una izquierda que mira al centro, algo que siempre ha sido desde el inicio del gobierno.
Está cantado que vendrán interpelaciones y muy posiblemente mociones de censura. ¿Cómo ve el panorama para el gabinete, a partir de ahora?
Veo que, felizmente, se va afirmando la democracia, que las fuerzas que tratan de crear ruido político nuevamente han perdido en esta ocasión, pero deben entender que hay que terminar con los odios, rencores derivados de la elección. Hay que entender que esa etapa terminó y que ahora debemos trabajar todos en conjunto por el desarrollo del país, especialmente de aquellas clases olvidadas durante 200 años de vida republicana.
¿Usted cree que estas fuerzas se van a moderar? ¿O lo dice más como un deseo?
Mire, nos acercamos a una elección el próximo año. Ellos tienen que entender que, con esa política de odio, de rencor, no se van a acercar al pueblo. Hay que hacer otra política. En una elección uno va a ganar, pero con la posibilidad de perder y si se pierde hay que reconocer al ganador.
Pero ustedes ya han sido reconocidos.
Sí, claro, reconocidos de palabra. En los hechos, es totalmente distinto. En esta presentación en el Congreso hemos visto cómo ellos no han superado haber perdido las elecciones. Yo no sé por qué la prensa no ha difundido los insultos que vinieron del frente…
¿Lo insultaron?
Al equipo en conjunto. Decían que somos terroristas, comunistas, marxistas…
¿Ser marxista le parece un insulto?
Es que no lo somos. No lo somos. El Partido Comunista no está proscrito, pero no formamos parte de él. ¿Cómo nos atribuyen algo que no somos y que está demostrado que no somos? Se les dijo desde un inicio, pero lo sacaron con el propósito de ganar las elecciones. Desde un comienzo sacaron lo que les indicó Vladimiro Montesinos, dijeron que hubo fraude sin presentar ninguna prueba. Y siguen manteniendo eso. Me refiero a Fuerza Popular y Renovación Popular.
Cálculo. Varios votaron por la confi anza para no acercar la posibilidad de disolución. Foto: difusión
¿Cómo piensan desde el gobierno que podrían mantener este respaldo obtenido?
Para que se den las leyes correspondientes tenemos que dialogar y coordinar con las diferentes bancadas. Siempre debemos conversar. Nosotros no consideramos adversarios a nadie. No.
¿El gobierno debería mantener la composición del gabinete o debería plantearse algún tipo de modificación que ayude a tranquilizar un poco más la situación?
Es probable que el presidente esté contemplando esa situación.
¿Usted cree que el presidente esté contemplando la modificación del gabinete?
Es probable que el presidente esté contemplado esa situación, porque el presidente no es que haga oídos sordos del ruido popular.
Cuando dice que es probable que el presidente contemple modificar al gabinete, ¿es porque usted así lo cree o porque el propio Castillo se lo ha comentado como una opción?
Creo que lo está pensando y seguramente que va a actuar en ese sentido.
¿En qué carteras en específico?
No le podría precisar, puede ser mi cartera.
No creo que usted.
Puede ser.
¿Es posible establecer una convivencia razonable con el Congreso?
Yo creo que sí, al menos con la mayoría. Porque hay puntos de contacto, que son compartidos por diversas tiendas políticas, como el combate a la corrupción. ¿Quién podría estar en desacuerdo? Claro, los que quieren mantener el estado de corrupción, mantener la impunidad siempre se van a oponer con cualquier pretexto. Tuvimos el caso de Vladimiro Montesinos. Mire el poder que tiene ese señor, que movió al Congreso para que inmediatamente nos llamen a dar explicaciones. Las dimos y han comprendido. Decir que sacar a este señor (de la base naval) significaba también sacar a los terroristas era solo un pretexto. Decir que el INPE no está en condiciones de controlar a este señor, es otro pretexto. Nunca hay que tener el complejo de que la sociedad civil no puede hacer las cosas bien y que tienen que hacerlas los militares. Ese es un complejo que hay que superar. Vladimiro Montesinos estaba allí en la naval y podía comunicarse, incluso dirigir una campaña electoral a favor de la señora Keiko Fujimori. Ahora no va a poder hacer nada de eso. Está muy bien resguardado.
Lo que dicen los críticos del gobierno es que ustedes podrían recurrir a Montesinos para alguna artimaña.
Eso es simplemente imaginación, es una cuestión de novela, no es la realidad. En este gobierno -al menos con Pedro Castillo- es imposible que pueda suceder eso. Son dos posiciones distintas. El gobierno es uno de izquierda, por supuesto que con participación también de la derecha. Vladimiro Montesinos es de ultraderecha y responsable de una altísima corrupción.
¿Participación de la derecha? ¿A quién se refiere?
Pedro Castillo es realmente un demócrata. Dijo en la campaña que la democracia es el gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo. Y eso es lo que se está haciendo ahora. Por eso se le ha pedido al presidente del Banco Central de Reserva (Julio Velarde) que se mantenga en el cargo. Por eso se ha nombrado como Canciller al doctor (Óscar) Maúrtua. Y estamos trabajando conjunta y muy ordenadamente.
¿Este gobierno podría renunciar a sus banderas de izquierda? ¿Lo ve posible?
Eso es imposible. Fue elegido con esa posición de izquierda. No de ultraizquierda, hay que diferenciar muy bien. No estamos de acuerdo, ni con la ultraderecha ni con la ultraizquierda porque ambos son negativos. En materia económica, seguimos con lo que se llama economía popular o economía social de mercado, que rige en los países europeos que son potencia.
Castillo juró como presidente de la República el último 28 de julio. Foto: Presidencia
En Epicentro usted soltó esta frase: “Es imposible que Cerrón gane la partida”. ¿Qué significa?
Es imposible porque Pedro Castillo jamás puede decir que en su programa se va a mantener la posición marxista-leninista-comunista. Eso es imposible. Eso no. Nosotros jamás vamos a querer que el Perú caiga en una situación como Venezuela. No es que estemos en contra de Venezuela. Lo que no puede pasar es que acá ocurra lo que pasa allá. Nosotros adherimos la política internacional, muy antigua, de no interferencia en otros países.
¿Esa reunión con Vladimir Cerrón fue tan tensa como se ha dicho?
Bueno, sí fue tensa, ¿no? No la difundí yo. Fue una reunión reservada pero luego se dio a publicidad, no por parte nuestra.
¿Por qué tensa? Es un asunto de interés público.
Por esos desacuerdos entre el partido y el presidente.
Y esos desacuerdos, ¿de qué manera se expresaron en la conversación?
No podría entrar en los pormenores, pero lo cierto es que quien ha ganado la elección es Pedro Castillo, él es quien toma las decisiones, y el señor Cerrón es el secretario general del partido y ese es su ámbito de actuación.
¿Se llegó a ese acuerdo en la reunión?
No se llegó a ese acuerdo, pero se dijo.
¿No se llegó a ese acuerdo?
Al menos como la reunión no fue tan para llegar a acuerdos…
Pero se planteó.
Se planteó.
Y usted espera que esto se mantenga.
Yo espero que esto se mantenga, pero he visto que el señor Cerrón, el día de ayer (jueves) ha sacado varios tuits en los cuales presenta resúmenes del discurso del premier (Guido Bellido) en el Congreso, pero ese discurso no la ha hecho él, lo hemos hecho todos los ministros. Nos hemos reunidos todos los ministros para hacer ese discurso del premier.
¿Le molestó que Cerrón difunda el discurso?
No me molesta, pero sí en el público da la impresión de que él es el que ha hecho eso y que él tomó la decisión para eso, lo cual no es verdad.
Es la primera vez que conversó con Cerrón. ¿Qué impresión le dejó?
Sí, es la primera vez que he estado frente a frente con él, que nos hemos dado la mano. Lo que yo he deseado es que lleguen a un acuerdo y si no llegan a un acuerdo… (el entrevistado separa ambas manos).
¿Sepárense?
No hay otro camino. ¿No? O bien llegan a un acuerdo –y el acuerdo sería que él (Cerrón) mantenga su ámbito de actuación en el partido y que el ámbito de actuación del presidente Pedro Castillo sea el de gobernar conforme al programa planteado por él mismo para los cien primeros días y para lo que viene– y lo otro sería que, bueno, se termine con eso. Pero no se ha llegado, como le manifiesto, a un acuerdo.
Entiendo. La otra opción sería que Castillo le diga “hasta acá nomás”.
Ajá.
Bueno, eso se verá.
Eso se verá en el camino.
Usted como ministro de Justicia es el asesor legal del presidente. ¿Teme alguna complicación sobre el papel que podría asumir el señor Cerrón en el gobierno? Eso es lo que la oposición dice, que toma decisiones sin haber sido elegido.
Desde esa conversación no tengo ya ningún temor, porque he visto la firmeza, el aplomo de Pedro Castillo, que no había visto en otro momento, que consideraba que no era capaz de.
¿En serio? ¿Lo sorprendió para bien?
En ese extremo, sí me sorprendió.
¿Ha cambiado su opinión sobre Castillo respecto a ese tema, entonces?
No, no es que ha cambiado. Él (Castillo) tenía esa posición, pero no lo había visto que la manifestara con esa firmeza.
Vladimir Cerrón
Vayamos a su gestión. ¿Cuáles diría que son sus prioridades como ministro de Justicia?
Todos estamos de acuerdo en que se combata la corrupción y que haya reformas en el sistema: Poder Judicial, Ministerio Público, Junta Nacional de Justicia, Tribunal Constitucional y Policía Nacional. Tiene que haber ahí ciertos reajustes. Estamos coordinando con el PJ y con el MP todavía no he tenido tiempo de reunirme, pero lo vamos a hacer para acelerar los procesos penales y civiles. Es muy vergonzoso que una persona procesada por querer asesinar a su cónyuge tenga una prisión preventiva de nueve meses o 18 meses, no se haya procedido al juzgamiento, luego salga y mate a su pareja. Eso no puede suceder. Hay otros procesos, de flagrancia, es decir cuando el hecho ya está probado. ¿Por qué van a durar una eternidad? Estamos proponiendo que se constituyan las Unidades de Administración de Justicia Flagrante, es decir que en un solo sitio esté la PNP, la Fiscalía, el PJ y una dependencia de Medicina Legal para que, en menos de 24 horas, sean sentenciados los que han delinquido. No hay que extenderse más.
¿Estas son las principales reformas que piensa impulsar desde su cartera?
Y muchas más. Presentaremos también proyectos a fin de que el sistema de justicia en general actúe dentro de los términos de la ley. Existen en materia civil los procesos sumarísimos, muy fáciles de resolver, que duran años y que se podrían cerrar en menos de una hora en una audiencia única. Si no logramos con estas conversaciones que esto se solucione presentaremos un proyecto de reforma de la ley de carrera judicial a fin de que el juez que no resuelva sea sancionado severamente, con suspensión una primera vez y con la destitución si reincide. Si no puede resolver, la persona no tiene ninguna idoneidad para continuar como magistrado. Le pongo un ejemplo…
¿Cuál?
Un proceso de desalojo por vencimiento de contrato de arrendamiento. ¿Qué tiene que hacer un juez en la audiencia única? Mirar el contrato y la fecha de vencimiento. Luego, preguntarle al demando si hubo o no renovación. Si no se renovó, la demanda está fundada. Si se renovó, está infundada. No hay nada más que hacer. Y así por el estilo. Esos procesos sumarísimos duran una eternidad en el PJ. Los anaqueles y pisos de los juzgados están llenos de esos procesos, durmiendo, causando enorme daño al erario nacional.
Es verdad que el sistema está desbordado. Lo dicen todos los jueces, los especialistas.
Hay más planes. Vamos a proponer que los procesos penales por incumplimiento de alimentos sean ejecutados por el mismo juez de familia, que no pase a la justicia penal, que anda atiborrada de esos procesos que también son sencillos de resolver. Tenemos que entregarle jurisdicción civil al juez de familia para que ejecute él personalmente su sentencia.
¿Se imaginaba en este cargo?
No me imaginaba en este cargo, no aspiraba a este cargo. Mi ámbito de actuación es el privado, la enseñanza, la investigación jurídica, donde me desempeño bien, donde respiro, durante muchísimos años. Jamás pensé ser ministro. A partir del juramento del premier Bellido en Ayacucho surgieron algunos desencuentros. Por ejemplo, me pidió el presidente que fuera ministro y yo le dije que no. En esa ocasión, sí me dijo que, por favor, tengo que ser (ministro) dadas las circunstancias.
¿Le costó aceptarlo?
Sí, me ha costado. Todos son testigos de eso. Yo y Pedro Francke no juramentamos como ministros (junto al resto del gabinete), sino después de que el premier se comprometió a hacer una declaración pública en el sentido de condenar la violencia, ya sea de extrema izquierda o, incluso, de izquierda. Y, efectivamente, lo hizo. Y por eso es que, entre otros factores, pero este es el decisivo, acepté el cargo.
¿Y le gusta?
Es satisfactorio trabajar en bien del país, ¿no?
Me refiero a si se siente cómodo en esta responsabilidad.
Yo soy alguien que afronta los problemas por más difíciles que sean. Me he desempeñado en el Consejo Nacional de Magistratura donde la cosa era mucho más dura.
Torres juró como ministro de Justicia el último 30 de julio. Foto: La República
Ya que mencionó el tema del premier Bellido, ¿cómo va su relación con él?
Está muy de acuerdo con todo el equipo. Ahora en la terminación de su discurso lo hizo muy bien. Estoy plenamente de acuerdo con eso.
¿Qué le pareció la reacción que generó en un grupo de congresistas su intervención en quechua?
Es una cuestión equivocada. Siguen ellos con esto de despreciar a un sector de la población. No. Todos los peruanos nos tenemos que poner de acuerdo. Somos todavía una sociedad culturalmente subdesarrollada. El que tiene complejos de superioridad es una persona asquerosa, repugnante en una sociedad.
Lo escuché hablando de cómo combatió a Sendero Luminoso en San Marcos. ¿Qué recuerda de esa etapa?
Y lo combatí durísimamente. Ellos hicieron reglaje en mi casa, y usted sabe para qué es eso, para hacer volar a la persona con todos los que estén adentro. Ese fue un combate duro. He tenido enfrentamientos con ellos. Me han amenazado con eliminarme, ¿y yo que les contestaba? Ustedes me eliminan, pero mi familia ya los conoce, ustedes saben de dónde soy, ni uno va a quedar vivo. ¿Era verdad? No, no era verdad, pero tenía que defenderme de alguna forma. Sendero estaba en San Marcos, a la luz pública.
¿Y qué siente cuando lo quieren vincular a usted con el terrorismo?
Indignación. Es una ofensa, pero uno ocupa un cargo público y tiene que aguantar nomás pues. Hay que tener capacidad de aguante. No hay otra.
¿Qué espera de este gobierno?
Que se trabaje en beneficio del Perú, hay que poner al país por delante. Pero hablo del Perú, no de una determinada clase social, económica o política. Hablo de todos los peruanos. Hay que mejorar la situación cultural y económica de los más necesitados. ¿Cómo? Con educación. Es lo esencial, lo principal. En los países europeos lo esencial es la educación, esos países desarrollados están desesperados en que los niños de primaria vuelvan a las clases presenciales. Acá estamos acelerando la vacunación para poder ir a eso. Las clases virtuales no son lo mismo que las presenciales, sobre todo para los niños. Y tenemos que mejorar la calidad de la salud, no solo por la pandemia, también por las enfermedades existentes en las clases menos pudientes, como la tuberculosis. Y hay que mejorar la calidad de la justicia. La gente pide justicia, y nunca llega, a tal extremo que en una canción popular se dice “justicia aquí en la tierra no hay, justicia solamente en el cielo”. Es una desesperanza total.
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