Por: Janina Marisa Schenker
Sudamérica enfrenta una histórica ola de incendios forestales, exacerbada por la sequía en la Amazonía, el calor extremo y actividades ilegales, según el Instituto Brasileño de Investigación Espacial (INPE). Entre enero y el 12 de septiembre se han registrado más de 350.000 siniestros, con Brasil, Bolivia, Perú y Colombia como los países más afectados, varios de los cuales han declarado el estado de emergencia.
Casi 7 millones de hectáreas de la Amazonía brasileña han sido destruidas por los incendios forestales que llevan meses arrasando el pulmón del planeta. Para ponerlo en perspectiva, equivale a unos 10 millones de campos de fútbol estuviesen en llamas. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), el humo generado por los incendios en la selva afectó al 60% del territorio. El Gobierno de Brasil anunció un préstamo extraordinario de unos 353 millones de soles para combatir el incendio.
Una madre jaguar y su cría han sobrevivido a un devastador incendio forestal. Se encuentran en medio de la vegetación incendiada del Parque Estatal Encontro das Águas en el Estado federal Mato Grosso cerca de la frontera con Bolivia. Foto: Edson Vandeira
São Paulo, la metrópoli más grande y poblada de América Latina, se posicionó como la ciudad con mayor contaminación del mundo, de acuerdo con la empresa suiza IQAir, que monitorea la calidad del aire a nivel global. El índice de partículas finas (PM2,5) en la ciudad alcanzó los 69 microgramos por metro cúbico el viernes pasado, superando 14 veces el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El domingo, sin embargo, la calidad del aire mejoró algo, según habitantes. “Debido a las lluvias del domingo, el aire parece más respirable”, declara Priscila al diario La República. Sin embargo, los habitantes de Brasil siguen sintiendo los efectos de los incendios. “Es extremadamente difícil respirar cuando estamos en la calle, el aire es seco, lo que provoca dolor nasal y pulmonar. Para mí es necesario humedecer el ambiente todos los días y evitar la exposición externa”, dijo Larissa de Campinas, una ciudad cerca de São Paulo.
Se informó que muchos niños y ancianos están hospitalizados con problemas respiratorios, sin mencionar los innumerables animales que se han perdido a causa de los incendios. “Es una situación lamentable y triste”, señalo Larissa.
La foto muestra São Paulo cubierta de humo por los incendios forestales originados en la región amazónica. Foto: AFP
La situación en el sur de Bolivia ha sido grave durante mucho más tiempo que en São Paulo. “Siento mucha impotencia al no poder estar ahí para ayudar. Ha sido muy triste ver cómo los animales silvestres huyen a las carreteras con el cuerpo quemado para morir, no hay ayuda ni facilidades para que los veterinarios vayan a estos lugares”, dice Ramalakwmi de La Paz. Además, añade que no se trata solo de un incendio, sino de un crimen organizado.
El guardaparque Ricardo Barbery ha estado luchando contra las llamas durante casi tres meses. Es muy difícil: «No tenemos camionetas, solo motocicletas, y carecemos de cisternas y tractores para abrir brechas y crear líneas de defensa. Nos falta mucho en logística y comunicación para saber dónde hay incendios».
La destrucción es grande. “Los incendios de este año han causado un gran desastre como en ningún otro año, principalmente a la fauna, a la flora y a algunas viviendas”, afirma el guardaparque. Según Barbery, unos 15 miembros de la comunidad de San Matías han perdido sus casas. Los incendios han afectado a 17 comunidades y más de 25 propiedades privadas pertenecientes a medianos, pequeños y grandes ganaderos. “Ha sido tan devastador que todo se ha convertido en cenizas”, el guardaparque lamenta.
Según el último reporte la Dirección de Gestión de Riesgo de la Gobernación, los focos de calor en todo el país se redujeron de 73.623, reportado el 10 de septiembre, a 13.310 hasta la madrugada de ayer. El departamento de Santa Cruz continúa concentrando el mayor número de puntos, declaró el estado de catástrofe y el gobierno nacional declaró el estado de emergencia nacional el 7 de septiembre, dos meses y medio después de los primeros incendios. Esto hizo posible la llegada de ayuda internacional, entre otros, de Chile, Brasil, Uruguay y Venezuela. Barbery espera que en el futuro las autoridades actúen de forma rápida: “La burocracia en este país es la que reina y es con la finalidad de que declaren desastre para no facturar las compras que hacen, combustible, víveres y todo eso.“