China ha intensificado las tensiones internacionales al restringir la importación de dos metales esenciales para la producción de microchips y armamento. Esta medida, que afecta principalmente a Estados Unidos y Europa, evidencia la creciente rivalidad geopolítica.
De acuerdo con la administración china, esta medida rige desde el 1 de agosto y se encarga de imponer restricciones a la exportación de estos dos metales para así "preservar la seguridad nacional" de la segunda economía más grande del mundo.
Las dos mayores economías del mundo están en una disputa por un recurso de gran valor: los semiconductores. Foto: BBC
China ha consolidado su posición como líder mundial en la producción de galio y germanio, dos metales relevantes para la industria tecnológica. Al controlar el 80% y el 60% de la producción global de estos elementos, respectivamente, el gigante asiático ejerce una influencia significativa en el mercado global de semiconductores y tecnologías avanzadas. Esta situación ha generado preocupaciones geopolíticas, ya que cualquier restricción en el suministro de estos metales podría tener un impacto considerable en la economía global.
El galio, utilizado principalmente en la fabricación de semiconductores y paneles solares, es esencial para la transición energética y la descarbonización. La demanda global de este ha crecido, especialmente en la industria de defensa y telecomunicaciones, donde se usa en microchips y radares avanzados. Por otro lado, el germanio es valioso en aplicaciones militares como en la fabricación de sensores y equipos de visión nocturna.
El germanio y el galio se usan en semiconductores, fibra óptica, dispositivos infrarrojos y aleaciones metálicas. Foto: Expansión
Las nuevas restricciones de exportación, anunciadas en julio de 2023 y vigentes desde agosto, obligan a las empresas extranjeras a solicitar licencias para adquirir estos materiales. Este movimiento se interpreta como una estrategia de Beijing para frenar los avances tecnológicos de Europa y Estados Unidos, quienes dependen en gran medida de los metales procesados por China. La respuesta de la administración Biden, a través de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA), ha sido invertir en investigación y desarrollo para asegurar una cadena de suministro diversificada y reducir la dependencia.
En esta guerra tecnológica, Estados Unidos y China compiten por la supremacía en la cadena de suministro de materiales críticos. Washington ha respondido con medidas para limitar el acceso de Beijing a la tecnología avanzada, mientras que su contraparte ha intensificado su control sobre la exportación de galio y germanio, materiales esenciales para la producción de semiconductores y dispositivos electrónicos de última generación.
La empresa ASML, líder en la fabricación de equipos para semiconductores, ha señalado que las restricciones chinas afectarán la producción global y aumentarán los costos de la industria. Además, la presión ha llevado a EE. UU. a buscar acuerdos con otros países productores de metales estratégicos, como Canadá y Australia, para diversificar sus fuentes y evitar futuras interrupciones en la cadena de suministro. Sin embargo, estas medidas aún no han logrado reducir de manera significativa la dependencia de Occidente respecto a China.
Empleados realizan ajustes en chips y metales en una empresa en China. Foto: EFE
La respuesta, por ahora, es incierta. Si bien países como Alemania y Japón cuentan con capacidad para procesar estos materiales, la infraestructura y las inversiones necesarias para igualar la producción de China son considerables. Además, la minería de metales y el procesamiento de galio presentan desafíos ambientales fundamentales que limitan el interés de muchas naciones en aumentar su producción.
Por otra parte, el reciclaje de materiales críticos como el galio y el germanio es una alternativa que Europa y Estados Unidos están considerando para reducir su dependencia de Beijing. Sin embargo, el reciclaje todavía no es suficiente para satisfacer la creciente demanda en sectores clave como la transición energética y las aplicaciones militares.