La "frustración" de hace unos meses ha dado paso al entusiasmo por Kamala Harris, cuenta Yampiere Lugo, un activista demócrata que va de casa en casa para animar a los jóvenes de Carolina del Norte a votar en las elecciones de noviembre.
"He hablado con muchas personas de mi edad que han expresado el mismo sentimiento de que están mucho más entusiasmadas por tener a alguien más joven y con más energía" como candidata electoral, asegura Lugo, de 25 años.
Sobre todo entre personas "que ni siquiera creía que fueran a votar", dice este auxiliar administrativo.
El contraste es sorprendente con la situación de hace apenas unas semanas, cuando Yampiere Lugo iba de puerta en puerta en Laurinburg, Carolina del Norte, para defender la causa del presidente Joe Biden, entonces todavía candidato del Partido Demócrata.
Muchos se quejaban, expresando su "frustración" por tener que elegir de nuevo entre el republicano Donald Trump, de 78 años, y Joe Biden, de 81, añade.
Ahora las cosas han cambiado y Lugo se imagina perfectamente a Kamala Harris ganando en Carolina del Norte.
Las posibilidades de la candidata demócrata de llegar a la Casa Blanca dependen en parte de este estado del sureste, que no ha votado por un demócrata para presidente desde Barack Obama en 2008.
Carolina del Norte dará su veredicto en noviembre pero para que Kamala Harris gane aquí será necesario hacer campaña "de la manera correcta, movilizando a las personas que necesitamos", dijo Zach Finley, presidente de YDNC, la organización de jóvenes activistas demócratas del estado.
A nivel nacional, las personas de entre 18 y 39 años prefirieron Joe Biden a Donald Trump por unos 20 puntos de diferencia en 2020, según el instituto Pew Research Center.
Por eso el Partido Demócrata sabe que la participación de los votantes jóvenes será esencial para la victoria de la vicepresidenta de 59 años en Carolina del Norte.
"Necesitamos llevar a las urnas a jóvenes que, especialmente en los últimos dos años, están realmente desmoralizados" ante el clima político, precisa Zach Finley.
Con eso en mente, los demócratas se movilizan, especialmente en el condado de Scotland.
Este territorio rural, fronterizo con Carolina del Sur, es uno de los más disputados del país. En él Hillary Clinton derrotó a Donald Trump en 2016, antes de que el republicano ganara a Joe Biden en 2020, con 287 votos de ventaja.
Para noviembre, "la participación marcará la diferencia", estima Garland Pierce, un congresista demócrata estatal.
"Todo el mundo cuenta con que los jóvenes vayan a votar", añade este pastor bautista. "Parece que los jóvenes están muy entusiasmados" con la candidatura de Kamala Harris, afirma.
Frente a su iglesia de ladrillo rojo, el pastor estima que la economía será uno de los temas principales de las elecciones.
Una opinión compartida por jóvenes votantes consultados por la AFP en las calles de Laurinburg, una pequeña ciudad de 15.000 habitantes en el sur del estado.
"Ahora todo es mucho más caro", lamenta Donnie Leviner, un estudiante que a sus 18 años ya tiene una empresa de reformas.
Antes de que Joe Biden llegara a la Casa Blanca, "los precios de la gasolina eran mucho más bajos", añade este joven que piensa votar por Donald Trump.
"La generación más joven se preocupa mucho por el precio de las cosas", observa Lucas Wylie, sentado en la terraza de un café con su perro.
"Pongamos por ejemplo la vivienda, lo caro que se ha vuelto todo y los tipos de interés altos (...) Así que eso es importante para mí", añade este ingeniero de 26 años tocado con gorra azul.
Zach Finley coincide con él.
"Ser joven en este país" conlleva "mucha ansiedad acumulada" al "ni siquiera poder permitirse una casa", asegura.
"Está casi fuera de nuestro alcance, en particular en Carolina del Norte", dijo.
Por eso, para la campaña presidencial, los demócratas deben decir a los jóvenes: "esto es lo que vamos a hacer por ustedes", estima Zach Finley. El objetivo: conseguir un "sueño americano para mi generación y la gente que vendrá después de mí".