Las armas biológicas representan una de las amenazas más inquietantes del mundo moderno. Estos agentes patógenos son manipulados con fines bélicos para causar enfermedades, discapacidad o la muerte en grandes poblaciones. Existen dos países que poseen el arma biológica más peligrosa del mundo, la cual tiene una letalidad del 30% en la población mundial.
Su producción y uso están prohibidos por tratados internacionales debido a su potencial devastador y a la dificultad de contener sus efectos. A diferencia de las armas convencionales, las biológicas pueden propagarse fácilmente y causar epidemias que superan fronteras. Se ha convertido en un arma atractiva para grupos terroristas y Estados deshonestos.
Las naciones que tienen en sus laboratorios este virus son dos de los países más poderosas del mundo. Foto: Shutterstock
El virus de la viruela es considerado el arma biológica más peligrosa del mundo. La viruela, a pesar de ser erradicada, sigue siendo una amenaza debido a su alta capacidad de contagio y mortalidad. Su reaparición podría desencadenar una epidemia global, especialmente si se considera la baja inmunidad actual de la población.
La reintroducción de esta enfermedad determinaría un número elevado de casos y afectaría al 40% de la población mundial, con casi un 30% de letalidad. En el caso de que el virus de la viruela se propague, por ejemplo, en un aeropuerto, se dispersaría por todo el mundo.
Estados Unidos y Rusia son los únicos países que poseen el virus de la viruela en sus laboratorios. Luego del último caso reportado en 1977, la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud determinó la destrucción de cepas en existencia. Muchos países cumplieron esta decisión, con excepción de ambos países mencionados.
El virus de la viruela es de fácil propagación y que dos países lo tengan en sus laboratorios es muy preocupante. Foto: Freepik
La decisión de estos dos países de conservar cepas del virus de la viruela, a pesar de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de destruirlas, es un tema complejo con múltiples facetas.
Ensayos de armas bacteriológicas de Estados Unidos sobre su propia población. Foto: PD