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OEA: enérgica condena a Ecuador por asalto a Embajada de México

Rechazo. Con solo 1 voto en contra, el de Ecuador, y 29 a favor, Consejo Permanente aprobó la condena a la intrusión en sede diplomática. México presenta denuncia hoy ante la CIJ.

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Caso. Jorge Glas, detenido dentro de la embajada mexicana. Hoy se verá una denuncia contra Ecuador por su caso en la CIJ. Foto: AFP

La Organización de los Estados Americanos (OEA) salió en defensa de México al condenar “enérgicamente” la irrupción policial de Ecuador en su embajada en Quito. El texto, presentado por Colombia, fue aprobado por 29 votos a favor, 1 voto en contra, el de Ecuador, y la abstención de El Salvador. México, que rompió relaciones diplomáticas con el país sudamericano, estaba ausente, al igual que Venezuela, que ha pedido su salida de la entidad.

En una sesión del Consejo Permanente, los países miembros expresaron su repulsa por el asalto a la embajada mexicana para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.

La OEA condena “enérgicamente la intrusión en las instalaciones de la embajada de México en el Ecuador y los actos de violencia ejercidos en contra de la integridad y la dignidad del personal diplomático de la misión”, se lee en el texto.

“Arrojo” de Canseco

El secretario general de la organización, Luis Almagro, hizo hincapié en uno de los diez puntos de la resolución: “la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y su personal”. Sin excepciones, precisó. Elogió el “arrojo y profesionalismo” del diplomático mexicano Roberto Canseco por haber intentado evitar la detención de Glas.

“Revela la alta dignidad de la diplomacia” con “su profesionalismo y su coraje arriesgando su propio físico”, dijo Almagro sobre Canseco, que llevaba un collarín al regresar a México.

La resolución llama a todos los países a “respetar” la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, a acatar la convención de asilo diplomático y a no inmiscuirse en asuntos internos de otros Estados.

Ecuador estuvo representado por el vicecanciller Alejandro Dávalos, quien dijo que su país “respeta las normas y principios enunciados en la resolución”, pero ha votado en contra porque en ella se condena solo a Ecuador. “No se condena a México por sus múltiples violaciones a normas y principios del derecho internacional”, dijo.

Sobre Glas pesan dos sentencias por asociación ilícita y cohecho, y una orden de captura por peculado.

En sus intervenciones, todos los países insistieron en la necesidad de una solución negociada. Según Dávalos, el Gobierno ecuatoriano está dispuesto a “una negociación pacífica, negociada, de diferencias”. Pero descartó una disculpa. “Eso no está en la mesa de discusión este momento”, declaró la canciller Gabriela Sommerfeld.

Ante la Corte

A su vez, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que su Gobierno presentará el jueves su denuncia contra Ecuador en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) tras la entrada policial en la Embajada de México en Quito.

“Decidimos posponer para mañana la presentación de la denuncia por los hechos autoritarios por esta toma, el asalto a nuestra embajada en Ecuador, vamos a llevar a cabo mañana la presentación de la denuncia”, afirmó. Agregó que ha “estado hablando” con otros mandatarios de Latinoamérica tras la irrupción de agentes ecuatorianos en la Embajada de México, de donde se llevaron a Glas, protegido desde diciembre, mientras seguía proceso por corrupción.

Glas inicia huelga de hambre, revela su abogada

Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador en la gestión presidencial de Rafael Correa, inició una huelga de hambre en la cárcel a donde la policía lo llevó tras ser capturado en el interior de la Embajada de México en Quito, según su abogada Sonia Vera.

Dijo que el equipo legal de Glas “finalmente” pudo tomar contacto con él.

Vera compartió un fragmento de una videoconferencia con Glas, en la que narra que los policías que lo detuvieron le propinaron una paliza y eso le impidió sostenerse en pie mientras le leían los derechos. Según Vera, Glas agradeció al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por darle asilo. “El asilo no me dio la libertad, pero me dio la dignidad de ser un perseguido político”, comentó.