Dante tenía 8 años cuando perdió la vida tras una dura lucha contra el cáncer que lo aquejaba. El pequeño tenía una especial sensibilidad con los animales y soñaba con rescatar a aquellos que sufrían maltrato y abandono. Por eso, antes de partir, encargó a sus padres hacer realidad su gran proyecto de vida. “Nos hizo comprometernos a cumplir con su sueño de crear una reserva, se sacó el oxígeno y me dijo: ‘Es un trato’”, explicó su madre, Marina Sarquiz, en diálogo TN.
El niño pasó la mayor parte de su vida en la provincia de Misiones, en su natal Argentina, donde siempre estuvo rodeado de mucha naturaleza. Los tucanes, monos y coatíes que abundaban en su vecindario despertaron en él un inmenso respeto y amor por los animales. Verlos en libertad le daba felicidad.
Dante había plasmado en un cuaderno cuál era su mayor deseo. Aunque su cuerpo dijo basta, su memoria sigue viva en todo el trabajo que hicieron sus padres para fundar el Centro de Rescate de Fauna Silvestre Ohana.
“Él siempre fue un pequeño gran ecologista, sabía un montón de animales y las últimas semanas de vida con sus ahorros compró un cuadernito y plasmó allí su deseo”, narró su madre.
Un día, cuando Dante se encontraba internado en el área de cuidados paliativos, sus padres le preguntaron si quería comer algo rico, jugar, ver una película o alguna otra actividad. Sin embargo, les dio una emocionante respuesta: “Quiero que cumplan mi sueño”.
“Falleció, y después de un tiempo fuimos viendo hacia atrás las instrucciones que nos había dado”, afirmó la mujer. “Después de recuperarnos, empezamos a armarnos. Primero la fundación, que para que el lugar funcione de manera legal teníamos que hacerla, y que por suerte salió muy rápido, justo para la fecha de su cumpleaños”, señaló.
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En ese momento, empezó la aventura para la familia. Comenzó a preparar el proyecto, pero al momento de elegir el lugar surgió la duda de dónde se ubicaría, ya que la locación debía tener características específicas. Para su buena fortuna, una persona donó una chacra que cumplía con todos los requisitos.
“Empezamos a construir, pero aún está en formación. Necesitamos una clínica veterinaria, un centro de cuarentena, recintos de rehabilitación y ya compramos una unidad de traslado”, indicó Marina. La progenitora contó emocionada que, pese a que el proyecto aún está en proceso, ya realizaron diversos rescates.