Mario Ferri entró a la cancha de fútbol durante el Portugal vs. Uruguay con una bandera arcoíris, con la inscripción “Paz”, y con un polo de Superman que llevaba en la parte delantera la frase “Salven a Ucrania” y en la trasera “Respeto para las mujeres iraníes”.
La seguridad lo redujo y fue detenido por las fuerzas policiales de Qatar. En las transmisiones de TV optaron por no grabarlo. Lo retuvieron en una comisaría hasta las 3.00 a. m.
Ferri reveló en sus redes sociales que luego de su valiente corrida tuvo inconvenientes con los oficiales cataríes; sin embargo, fue liberado sin “consecuencias legales”.
Asimismo, en declaraciones a RAC1, el hombre manifestó que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, le dio su apoyo: “Tuve muchos problemas con la Policía, pero él apareció y resolvió la situación”, contó.
“Quería enviar un mensaje al mundo, han impedido que lo hicieran los capitanes, los jugadores, pero no han impedido mi mensaje”, dijo el sujeto, quien comentó que la FIFA no considera que los símbolos que usaba fueran “violentos”, para él era uno de paz.
No era la primera vez que lo intentaba, durante el Francia vs. Dinamarca y el España vs. Alemania lo trató de hacer sin éxito.
En su cuenta de Instagram comentó: “La FIFA prohibió los brazaletes de capitán arcoíris y las banderas de los derechos humanos en las tribunas, bloquearon a todo el mundo, PERO NO A MÍ, como Robin Hood”, y reiteró que “infringir las reglas por una buena causa nunca es un crimen”.
Ferri, apodado el ‘Halcón’, tiene 35 años y es italiano. Es un activista pro derechos humanos que había ganado popularidad por sus habituales irrupciones en estadios a modo de protesta.
En el Mundial Brasil 2014, entró en el terreno durante el duelo Bélgica vs. Estados Unidos con una camiseta que decía “Salven a los niños de las favelas” y “Ciro vive”, en homenaje a un aficionado del Nápoles fallecido poco tiempo antes.
Ferri es además futbolista. Su último club fue el Tre Fiori de San Marino, con el que disputó la UEFA Conference League.
En febrero, cuando Rusia invadió Ucrania, Mario era jugador del United Sports Club en Kolkata, de la Segunda División de la India y, pese a las restricciones por un rebrote de COVID-19, el hombre dejó todo para apoyar a los refugiados, puso sus ahorros a disposición y pasó noches tendiendo la mano a quien la necesitaba en Polonia.