Su nombre de nacimiento es Juan Pablo Escobar Henao, pero tuvo que cambiarlo por Sebastián Marroquín. Es hijo del famoso líder del Cartel de Medellín de Colombia, Pablo Escobar. Desde muy joven, Marroquín decidió alejarse del mundo que rodeaba a su padre, pero no fue nada sencillo. En ese sentido, te contamos más sobre el heredero de uno de los narcotraficantes más famosos de la historia que se volvió arquitecto, escritor y pacifista.
Sebastián Marroquín actualmente vive en la ciudad de Buenos Aires, en Argentina. Además, ha escrito varios libros sobre su progenitor, como, por ejemplo, “Pablo Escobar, mi padre: Las historias que no deberíamos saber”, en el que reflexiona cómo este personaje podía ser un dedicado hombre de familia y a la vez un temido criminal.
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Juan Pablo Escobar Henao creció en la famosa Hacienda Nápoles, en la región de Antioquía, Colombia. Su infancia no fue nada sencilla. Si bien en sus primeros años no tuvo ninguna necesidad económica, él tuvo que enfrentar el estigma de ser familiar de quizá el narcotraficante más temido de la historia de América Latina.
“Desde pequeño, algunos padres le prohibían a sus hijos acercarse a jugar conmigo y a la tarde los veía a esos padres hacer negocios con el mío”, relató en 2017 en una entrevista al medio “El trece”.
Hasta la edad de 7 años, solía residir entre Colombia y Estados Unidos. Además, acostumbraba visitar diferentes países con su familia. En 1984, Pablo Escobar, su progenitor, mandó a matar al ministro de Justicia, Rodrigo Lara. Es a partir de dicho momento que su vida cambió. A partir del atentado, se produjo la guerra entre el Cartel de Medellín y el Estado colombiano.
Cuando huyeron de su país natal, una de las primeras revelaciones que le brindó Escobar fue su condición de criminal. “Ya en Panamá mi padre me dice: ‘Mi profesión es ser bandido. Eso es a lo que me dedico’. (...) Desde entonces no tuvo más pelos en la lengua para hablarme sobre lo que hacía o no hacía”, declaró al citado medio.
En 1991, Pablo Escobar fue recluido en la prisión La Catedral. Fue así que cesaron por un momento las persecuciones contra su familia. Sin embargo, en 1992 el fallecido líder del Cartel de Medellín escapó de prisión, por lo que regresaron los atentados en su contra.
Al año siguiente, el narcotraficante ya era buscado por gobiernos de diferentes países, como Estados Unidos o Francia, además de Colombia. Asimismo, Sebastián Marroquín y sus familiares corrían peligro de ser asesinados por Los Pepes, ya que eran los enemigos de Pablo Escobar. En ese contexto, exactamente en diciembre de 1992, Pablo Escobar sería asesinado.
Al conocer esa noticia, su primera reacción fue vengar a su padre y matar al autor o autores del crimen; sin embargo, en las posteriores entrevistas, el joven Marroquín de 16 años lo que pidió no fue de venganza, sino más bien apoyo para salir del país y obtener una educación profesional.
Sebastián Marroquín reveló en más de una ocasión que desde joven recibió el apoyo de su progenitor para seguir una profesión o la carrera que quisiera y, no necesariamente, sintió la presión de ingresar al mundo del narcotráfico. “Siempre me decía: ‘Tienes que aprovechar las oportunidades para estudiar que yo no tuve. Yo no tenía quien pague mis estudios cuando fui joven y quise ser abogado o contador’”, aseguró al medio “El trece”.
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Sumado a la motivación, las experiencias de persecución que tuvo que vivir siendo niño por los delitos de su padre y los problemas que afrontaron, motivaron a Marroquín a mantenerse alejado del mundo criminal que rodeaba a su progenitor.
Además, tras la muerte de su padre, él había ‘heredado’ una guerra de narcotráfico, lo cual hizo peligrar su vida. Pidió apoyo a diferentes organismos para salir del país, pero nadie le ayudó. Es por ello que decidió cambiar su nombre de nacimiento.
Sebastián Marroquín se dedicó a la arquitectura y se volvió escritor. Foto: AFP
“Cambiamos la identidad en Colombia legalmente. El motivo tenía que ver con la posibilidad de escapar de un fantasma, de una guerra que habíamos heredado de mi padre. No teníamos opción de salir del país, no tenía opción de escapar. Habíamos recurrido a Naciones Unidas, a la Cruz Roja Internacional, pero nadie nos quería ayudar en ese momento. Iba a las aerolíneas y nos decían ‘a usted no le vendo pasajes’. Entonces, desde ese momento, sentimos que la única forma de salir de esta realidad era cambiar nuestros nombres”, aseveró en 2019 al programa argentino “El lado B del crimen”.
Posteriormente, llegó a Argentina y comenzó una nueva vida. En este país, se graduó de arquitecto de la Universidad de Palermo de la ciudad de Buenos Aires. En una entrevista de 2017 al medio The Architect’s Newspaper, señaló que la arquitectura “le salvó la vida”. Tras egresar, abrió su propio estudió y se dedicó al diseño de casas modernas. Asimismo, ha escrito diferentes libros sobre la vida y el vínculo que tuvo con su padre.
En 2017, Sebastián Marroquín aseguró que la historia que se relata en la serie de Netflix, “Narcos”, es “falsa”. “Es la versión de la DEA sobre Pablo Escobar”, aseguró al programa “Salvados”. Asimismo, aseguró que cuenta con “más derecho que Netflix a contar la historia” de su progenitor.
El hijo de Pablo Escobar cuestionó la veracidad de la serie "Narcos". Foto: Netflix
En diciembre de 2009, Sebastián Marroquín llegó hasta Colombia y, durante su estancia, pidió perdón a los familiares de los cientos de víctimas de su padre, el narcotraficante Pablo Escobar.
“Pidiéndoles perdón no pretendo que renuncien a la justicia, ni que nos convirtamos en amigos y salgamos juntos de fiesta. Pero creo que el perdón permite liberarse de su asesino, de aliviar el dolor, de evacuar el odio”, aseveró el arquitecto.