El hecho se produjo la tarde del viernes 29 de julio en la ciudad de Civitanova Marche, ubicada en el centro de Italia. En plena luz del día, Filippo Claudio Ferlazzo acabó con la vida del nigeriano Alika Ogorchukwu. Este asesinato ha sido duramente criticado por los líderes políticos. Incluso, aquellos que no se encuentran a favor de la inmigración han pedido la máxima condena.
Alika Ogorchukwu tenía 39 años y era vendedor ambulante. La tarde del viernes caminaba ayudado con una muleta por la calle de Umberto I en Civitanova. De pronto, su agresor, el italiano Filippo Claudio Ferlazzo, se abalanzó sobre él y le propinó varios golpes hasta dejarlo sin vida.
El crimen ha dejado perplejo a todo el país. Pese a que varios transeúnte presenciaron el brutal ataque, nadie hizo nada por impedirlo. Algunas personas gritaron para que el agresor se detuviera, en tanto, otras llamaron a los servicios de emergencia; sin embargo, estas acciones fueron en vano, puesto que Ferlazzo acabó con la vida del ciudadano nigeriano en cuatro minutos.
Según informó El País, la Policía aún no podría atribuir el asesinato al racismo porque Ferlazzo ha declarado ante las autoridades que Ogorchukwu habría estado pidiendo dinero a la mujer que lo acompañaba de manera insistente.
Este crimen ocurre en medio de la campaña electoral para elegir al próximo primer ministro que sucederá a Mario Draghi.
Según información recabada por El País, Enrico Letta, líder del Partido Demócrata, declaró lo siguiente: “El asesinato de Alika Ogorchukwu sobrecoge. La ferocidad inaudita. La indiferencia extendida. No puede haber justificaciones ni basta el silencio. El último ultraje a Alika sería pasar página y olvidar”.
Además, líderes como Matteo Salvini y Giorgia Meloni, críticos con la inmigración, pidieron el máximo castigo para el agresor.