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Hombre asesinó a 42 mujeres porque creía que beber sus salivas le darían superpoderes

En Indonesia, un sujeto usó su posición como hechicero reconocido para llevar jóvenes a descampados y acabar con sus vidas. Posteriormente, el individuo fue juzgado y ejecutado.

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El criminal fue declarado culpable de 363 páginas de cargos penales y, en consecuencia, fue sentenciado a muerte. Foto: composición LR/captura de pantalla/YouTube: Crime Vault

Uno de los asesinos en serie más crueles de Indonesia fue ejecutado el 10 de junio de 2008, hace exactamente 14 años. Ahmad Suradji no negó los crímenes que se le imputaron en ningún momento y reconoció haber asesinado a 42 jóvenes entre 1986 y 1997.

El criminal de 59 años fue declarado culpable de 363 páginas de cargos penales y, en consecuencia, fue liquidado por un pelotón de fusilamiento en el norte de Sumatra, isla de Indonesia.

El ganadero convertido en chamán y hechicero local atacó a jóvenes de hasta 11 años de edad, a quienes posteriormente enterraba en una plantación de caña de azúcar cerca de su casa.

Sobre aquello que motivó los terribles asesinatos, Suradji dijo haberlo hecho porque el fantasma de su padre se le apareció en sueños y le reveló que si bebía la saliva de 70 mujeres jóvenes, obtendría los poderes de un sanador místico.

Los 42 cuerpos en descomposición fueron descubiertos en un campo de caña de azúcar. Foto: captura de pantalla / YouTube: Crime Vault

“Mi padre no me aconsejó específicamente que matara gente, pero pensé que demoraría años si esperaba a conseguir 70 mujeres”, señaló. En ese sentido, agregó: “Estaba tratando de hacerlo lo más rápido posible, tomé mi propia iniciativa para matar. Por eso, desde 1986 hasta ahora, he matado a 42 mujeres”.

Las mujeres solían acudir a Suradji en busca de orientación espiritual o para que las ayude a realizar algún hechizo. Aunque algunas iban acompañadas por familiares, él entonces popular hechicero les pedía que solo ellas lo acompañaran hasta un campo de caña de azúcar cercano.

Una vez en el descampado, Suradji les pedía a sus víctimas que lo ayudaran a cavar un hoyo, donde las enterraba hasta la cintura como “parte del ritual”. Era allí cuando las asesinaba y bebía su saliva.

Sri Kemala Dewi, de 21 años, fue la primera joven en ser encontrada, en 1997, y marcó el inicio del fin para el exganadero, quien fue detenido por las autoridades en el acto.

Una de las tres esposas de Suradji, Tumini, fue juzgada como cómplice en el juicio de 1998, aunque su sentencia de muerte fue reducida a cadena perpetua.