Las protestas en Ecuador continúan. Hace más de 10 días, el país sudamericano se enfrascó en diversas disputas entre organizaciones indígenas lideradas por el dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), Leonidas Iza, contra las medidas económicas impulsadas por el Gobierno del actual presidente Guillermo Lasso. Es así como las movilizaciones cumplen su segunda semana en medio de peticiones de diálogo por parte de todos los sectores de la sociedad ecuatoriana y mensajes indirectos entre los agentes involucrados.
El paro nacional empezó de manera ‘indefinida’ el pasado 13 de junio, y hasta la fecha se ha cobrado tres víctimas mortales y ha generado miles de disturbios en varias ciudades de Ecuador. Entre las principales peticiones de los protestantes está el regular los precios de los productos del campo de manera justa y evitar la elevación en el costo del combustible.
En Ecuador, el sueldo mínimo asciende a unos 425 dólares mensuales, monto que no alcanza para cubrir los gastos de la canasta básica en las familias más pobres del país. A ello se le suma el alza de precios en los productos del campo, y a la descontrolada especulación que ejercen algunos intermediarios entre los agricultores y los comerciantes, lo que ha ocasionado que los productores se vean perjudicados y cada vez más empobrecidos.
El Gobierno de Lasso, lejos de plantear soluciones a la crisis de producción, no ha mostrado intención de plantear reformas que respondas a las exigencias de los grupos indígenas, mayores productores de la nación que dirige. Desde el inicio de las protestas, el mandatario y su equipo han mantenido su postura abierta al diálogo, sin acciones, salvo la del estado de excepción, lo que a la larga ha generado la extensión de las manifestaciones.
Vías cerradas, estado de excepción, vuelos cancelados, desabastecimiento y más crisis financiera. La inacción de las autoridades ha menguado las actividades de todos los ecuatorianos, quienes han alzado su voz en un reciente cacerolazo para pedir un acercamiento entre el presidente y las organizaciones indígenas.
Foto: EFE
Ante las manifestaciones, el Gobierno de Guillermo Lasso ha decretado un estado de excepción en seis provincias que contemplan un estricto toque de queda desde las 10.00 p. m. hasta las 5 a. m. y un llamado constante a la apertura al diálogo sin condiciones, en el que desean evitar a toda costa el recuerdo de las violentas protestas de 2019 que duraron 20 días.
Además, las manifestaciones inician luego de diversas conversaciones entre los gremios involucrados y el Gobierno, en las que no se logró llegar a un consenso.
El principal antecedente de este nuevo paro nacional en Ecuador son las manifestaciones del año 2019, durante el gobierno de Lenín Moreno, luego de que este anunciara la liberación de la gasolina y el diésel. La polémica medida generó una masiva protesta de los transportistas a las que se sumaron otros movimientos.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas fue creada en 1986 y es el principal ente organizador detrás del paro nacional, aunque a las protestas también se han sumado otros movimientos laborales, estudiantes universitarios y ciudadanos de a pie.
Leonidas Iza, persona detrás de CONAIE, es un dirigente de 40 años que se forjó como líder durante las manifestaciones de 2019 contra el alza de combustibles acontecida durante el mandato de Lenín Moreno.
El directivo indígena fue apresado al inicio del paro nacional y posteriormente liberado el pasado 15 de junio. En tanto, el presidente Guillermo Lasso ha manifestado que los grupos indígenas que encabezan las protestas lo quieren sacar del poder.
“Ellos buscan el caos, quieren botar al presidente. Yo estoy aquí, yo no voy a escapar; pero yo estoy aquí para proteger a cada una de sus familias, sobre todo a los más pobres”, reafirmó el banquero.
A dos semanas del inicio del paro nacional, las consecuencias han sido devastadoras para la economía ecuatoriana. Se calcula que el sector exportador tiene pérdidas de al menos 27 millones de dólares, mientras el sector avícola presentó un déficit de casi 15 millones de dólares. Pero las consecuencias de las manifestaciones no solo son visibles en el sector financiero.
Entre las perdidas humanas, se han registrado tres víctimas mortales, dos de ellas fallecidas en medio de las protestas y una en un accidente ocurrido mientras un grupo de manifestantes se unía al paro nacional. Asimismo, el pasado 22 de junio, la Policía Nacional de Ecuador reportó el extravío de 18 agentes, dos de ellos recluidos y posteriormente liberados por grupos indígenas.
Foto: EFE
De igual manera, se registró el incendio de una comisaría, y diversas intervenciones en edificios del estado, como la Casa de la Cultura y la Fiscalía; disturbios que han ocasionado la detención de 80 personas y el decomiso de un arma de fuego durante las movilizaciones en la capital Quito.