El medio Minneapolis Star Tribune informó que, el último miércoles 18 de mayo, el expolicía Thomas Lane, del estado de Minnesota, se declaró culpable de incitar el asesinato, calificado como homicidio involuntario, contra el ciudadano afroamericano George Floyd en el 2020.
La exautoridad confesó su culpabilidad ante el magistrado Peter Cahill, del condado de Hannepin. Por su declaración, Lane fue sentenciado a tres años de prisión, no obstante, la confesión le ha valido el retiro de los cargos de complicidad en el asesinato del ciudadano.
Los otros dos implicados en el homicidio, los expolicías Tou Thao y J. Alexander Kueng, serán juzgados en las próximas semanas por cargos de homicidio en segundo grado y homicidio involuntario contra Floyd.
En diciembre de 2021, Derek Chauvin, el policía que ejecutó el asesinato del ciudadano por utilizar excesiva fuerza sobre una parte de su cuerpo, también se declaró culpable de este caso, enfrentándose a una sentencia de 22 años de prisión por violación de derechos federales.
En febrero de este año, los tres hombres vinculados al homicidio de Georg Floyd fueron acusados de violentar los derechos civiles contra la víctima, ya que no le prestaron ayuda mientras estaba esposado y ejercieron más fuerza de la normal a pesar de que el hombre no oponía resistencia.
El hombre asesinado en manos de policías de Minneapolis era un ciudadano americano y padre de una niña de 6 años de edad. Vivió con anterioridad en Houston, pero se mudó a Minnesota para iniciar una nueva vida. Se desempeñó como seguridad en el restaurante Conga Latin Bistro, pero fue despedido cuando Estados Unidos entró en alerta sanitaria por la COVID-19.
El 25 de mayo de 2020, su muerte quedó registrada en grabaciones de una ciudadana que se escandalizó por el trato desmedido de los policías contra Floyd. “No puedo respirar”, fueron las últimas palabras del hombre tras permanecer 8 minutos y 46 segundos con poco oxígeno por la presión de la rodilla de un oficial contra su cuello.