Mientras siguen pasando los días de la invasión de Rusia a Ucrania, continúa la amenaza de la intensificación de esta crisis y la escalada a niveles más peligrosos. Ante esta situación, se ha vuelto importante, para las agencias de espionaje de Occidente, tratar de entender lo que piensa Vladimir Putin y hasta dónde llegaría.
El actual presidente ruso, desde hace dos décadas, es visto por sus rivales como alguien imprudente e impulsivo. Tras el inicio de los ataques a Ucrania y la activación de estado de alerta de las fuerzas nucleares de Rusia, han aumentado las preguntas si es que es una persona peligrosamente inestable.
Durante años se ha especulado que Putin estaría enfermo, pero varios expertos consideran que en realidad ha quedado aislado y bloquea cualquier opinión diferente o alternativa.
El aislamiento, para algunos especialistas, quedó en evidencia en las fotos de sus reuniones, como la que tuvo con Emmanuel Macron, presidente de Francia, cuando los dos se sentaron en los extremos de una larga mesa, a seis metros de distancia.
Un distanciamiento similar también se evidenció en la reunión que Putin tuvo con su propio equipo de seguridad nacional en vísperas de la guerra.
“Putin parece aislado y depende de un pequeño grupo de asesores que no le han dicho la verdad sobre lo difícil y costosa que está resultando conquistar Ucrania”, manifestaron, hace dos semanas, comunicadores de inteligencia y seguridad nacional, en un artículo de análisis en The Washington Post.
Vladimir Putin guarda distancia durante una reunión con sus asesores, en febrero de 2022. Foto: AFP/Sputnik
En tanto, un funcionario de inteligencia de Occidente explica que el plan militar inicial del presidente ruso parecía como algo gestado por un agente de la KGB. Creado por un grupo cerrado con énfasis en el secretismo, pero con un resultado no esperado.
Los comandantes militares rusos no estaban preparados y algunos de los soldados fueron enviados a la frontera sin saber qué era lo que estaban haciendo e incluso obligados, denuncian familiares.
“Mi hijo no fue allí por su propia voluntad, el comandante en jefe lo envió allí. ¿Para qué? No puedo responder a eso” manifestó una madre de la región de Saratov (Rusia), luego de enterarse de que su hijo estaba prisionero por fuerzas ucranianas.
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A pesar de que las opiniones de Putin suelen ser expresadas públicamente, saber cómo las ejecutará es un reto de inteligencia más complicado.
“El desafío en entender las movidas del Kremlin es que Putin es el único encargado en Moscú”, manifiesta John Sipher, antiguo director de operaciones en Rusia de la CIA.
En este aislamiento al que se hace mención, suele llegar muy poca información externa, particularmente cuando es contraría a la posición del individuo.
“Él es una víctima de su propia propaganda, en el sentido que solo escucha a un cierto número de personas y hace oídos sordos a todo lo demás. Eso le da una perspectiva muy extraña del mundo”, señala Adrian Furnham, profesor de Psicología y coautor del libro pronto a publicarse, “La psicología de los espías y el espionaje”.
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El círculo de personas con quienes Putin se comunica nunca ha sido grande, pero era más reducido cuando llegó a tomar la decisión de invadir Ucrania. Funcionarios de inteligencia occidental creen que se trata de todos esos “fieles creyentes” que comparten su mentalidad y obsesiones.
Los que lo han observado dicen que el líder ruso está motivado por un deseo de superar la percibida humillación de Rusia en los 1990, junto con la convicción de que Occidente está determinado a reprimir a su país y sacarlo del poder, consigna un reporte de la BBC.
William Burns, director de la CIA, declaró que “(Putin) ha estado cocinándose en una combinación inflamable de reclamos y ambición durante muchos años” e indicó que las opiniones del ruso se han “endurecido” y que está “mucho más aislado” de otros puntos de vista.
La incertidumbre sobre lo que piensa Putin aumenta el desconcierto en estos momentos de guerra; sin embargo, un psicólogo especializado en el asunto le señaló a la BBC que sería un error suponer que porque no podemos entender una decisión como la invasión de Ucrania, la persona que la tomó debe estar “loca”.
Cuando el presidente Macron (Francia), se reunió a finales de febrero con Putin, se dijo que lo había encontrado “más rígido y más aislado” en comparación con reuniones anteriores.
¿Qué cambió en el presidente ruso? Algunos especulan, sin mucha evidencia, con un posible quebrantamiento de salud o el efecto de un medicamento. Otros apuntan a factores psicológicos como la sensación de que el tiempo se le está acabando antes de poder cumplir con lo que considera que es su destino de proteger a Rusia o restaurar su grandeza.
“Es probable que Putin no esté mentalmente enfermo, ni que haya cambiado, aunque sí está más apurado y probablemente más aislado que en años recientes”, expresa Ken Dekleva, otrora médico y diplomático del gobierno estadounidense y actualmente miembro de la Fundación George HW Bush para Relaciones EE. UU.-China.
Putin advirtió a Macron que logrará sus metas en Ucrania “por la negociación o por la guerra”, en una de las últimas conversaciones telefónicas que tuvieron. Foto: referencial/AFP
Incluso, el mismo Putin podría estar exagerando la impresión de que es peligroso y hasta irracional. Esa es una táctica conocida (comúnmente denominada la teoría del “loco”) en la que alguien con acceso a armas nucleares trata de que su adversario retroceda, convenciéndole de que podría estar lo suficientemente “loco” para usarlas a pesar de las consecuencias potenciales para todos.
“La táctica del loco de Putin aumenta la sombra del ataque nuclear que se cierne sobre esta guerra, pero es un movimiento calculado. Está usando esta amenaza para conseguir lo que quiere”, establece el analista Michael Krepon del Stimson Center, un centro de investigación de políticas, en una publicación que hizo para Forbes.
Sin embargo, para funcionarios internacionales, sería más que una amenaza. Ellos se preguntan: ¿qué pasa si Putin se siente arrinconado ahora?
“Realmente, el interrogante es si redoblará o no su accionar con mayor brutalidad e intensificará (la situación) en términos de los sistemas de armas que está preparado para usar”, manifestó un funcionario occidental.
Autoridades, expertos y espías se han mostrado preocupados de que el líder ruso pueda utilizar armas químicas y hasta un arma nuclear táctica. “El temor es que haga algo increíblemente impulsivo y agresivo, como apretar el botón”, manifiesta Adrian Furnham.
Vaticinar la respuesta de Putin es crucial para resolver qué tan lejos lo pueden presionar sin desatar una reacción peligrosa.
“El concepto que Putin tiene de él mismo no permite fracaso o debilidad. Él odia este tipo de cosas”, indica Ken Dekleva. “Un Putin arrinconado, débil, es un Putin más peligroso. Algunas veces es mejor que el oso escape de la jaula y regrese al bosque”, agrega.