Un crimen con final fatal. La madrugada del último martes, en la planta industrial de una maderera ubicada en la misionera de Dos de Mayo, en Argentina, un sereno que estaba de turno acabó de un disparo con la vida de un hombre que había ingresado con un cómplice para asaltar las oficinas contables y administrativas.
Los dos malhechores tenían la consigna de calcar un delito que se había producido casi un mes antes en el mismo lugar. En esa ocasión, la empresa sí se vio afectada porque se sustrajo 1 300 000 pesos argentinos. Esta vez, sin embargo, el encargado de la seguridad estuvo preparado para responder ante estos hechos.
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Todo empezó la madrugada del último martes 22 de febrero. Dos sujetos habían coordinado el robo de la planta industrial Placas Rivadavia de una maderera, que está localizada exactamente en la ruta nacional 14, en Dos de Mayo (Argentina). Encapuchados, llegaron hasta el lugar y decidieron ingresar por las escaleras a fin de llegar hasta el área contable y administrativa de la empresa.
Jamás imaginaron que en ese trayecto se iban a encontrar con el vigilante, quien, apenas los encontró, desenfundó su pistola calibre de nueve milímetros y abrió fuego contra los dos. Mientras que uno logró escapar y aún está con paradero desconocido, al otro, que responde al nombre de Leandro Aníbal Andino, de 30 años, le cayó un proyectil en la cabeza y murió en el acto.
Después, cuando llegó la Policía, se encontró junto al occiso una barreta, también conocida como pie de cabra y que es una palanca con la que se sospecha iban a forzar algunas puertas para llegar a su botín. Luego, de acuerdo a las investigaciones compartidas, se conoció que tenía antecedentes por hurtos y robos.
Según la versión de Adrián Silvero Dos Santos, encargado de la planta industrial de maderas, el sereno usó su arma porque tenía al frente a dos sujetos con los rostros tapados con barbijos, capuchas y gorras.
Casi un mes atrás, la misma fábrica había sido el epicentro de un crimen similar, pero en esa ocasión el objetivo de los delincuentes sí se concretó. El dueño de la fábrica contó que el 27 de enero dos ladrones habían sustraído 1 300 000 pesos en efectivo y varios cheques de terceros del área administrativa.
También indicó que las cámaras de seguridad brindaron los detalles de todo el hecho, como que llegaron en una moto, tenían las manos enguantadas y hasta un equipo de comunicación portátil. Los encargados de la investigación tienen como primera hipótesis que serían los mismos que intentaron robar la madrugada del último martes 22 de febrero.