El presidente saliente de Chile, Sebastián Piñera, se refirió este jueves 17 de febrero a la crisis migratoria que se vive en su país, puntualmente en la zona norte, donde diariamente llegan decenas de personas, entre las que se cuentan infantes y embarazadas.
En una conferencia de prensa convocada por el inicio de obras de la Línea 7 del Metro de Santiago, el jefe de Estado fue preguntado sobre la situación, e insistió en hablar de “migración ilegal”, pese a las aclaratorias que han realizado organismos de derechos humanos.
“Sí a la migración legal”, proclamó Piñera, en transmisión gubernamental en redes sociales. “No a la migración ilegal, que son aquellos que entran con documentos falsos o por pasos no habilitados, no cumpliendo con nuestras leyes”.
Sin embargo, reconoció que “el tema humanitario es fundamental”, por lo cual destacó la “cláusula de reunificación familiar” para este tipo de casos. “No queremos dividir a las familias”, enfatizó.
“Todo país tiene el derecho y el deber de proteger sus límites territoriales (...). Fortalecimos fuertemente la presencia policial en la frontera, pero es imposible proteger 100% un país que tiene miles de kilómetros de frontera, como es Chile”.
En ese sentido, recordó que Chile tiene más de 1.100 kilómetros de frontera con Bolivia y Perú, países con los cuales, junto a la Argentina, “buscamos esa cooperación” para mejorar la situación, señaló Piñera.
El norte de Chile lleva un año sumido en una fuerte crisis migratoria, con la llegada masiva de personas por pasos clandestinos, el colapso de pequeñas localidades fronterizas, la celebración de marchas contra la migración y ataques xenófobos.