A menos de siete meses para concluir su mandato, el presidente colombiano, Iván Duque, conversó con La República acerca de su postura y lucha contra el régimen de Nicolás Maduro, y envió una advertencia a aquellos políticos defensores de Chávez que se presenten en los comicios presidenciales de Colombia.
En las calles de Bogotá pude escuchar las voces de muchas personas. Todos ellos coinciden en que ya se acabe este gobierno, pero ven con incertidumbre el rumbo político del país. Asimismo, no ven a Petro como opción política. ¿Usted comparte este sentimiento de incertidumbre y rechazo a Petro?
Yo no puedo opinar de política. Aunque muchas veces quisiera, uno no puede opinar de política cuando está en este cargo. Lo que sí le puedo decir es lo siguiente: cuando hablemos de los ciudadanos de Colombia en este gobierno, parta de una base. Nosotros recibimos cerca de tres millones de beneficiarios de los programas sociales de transferencias económicas. Hoy estamos llegando a 10 millones de hogares beneficiados.
Es decir, es la mayor cobertura a través de programas como la devolución del IVA y el ingreso solidario. Y esa preocupación genuina por las personas más humildes y más necesitadas ha estado presente. En estas épocas electorales siempre existe incertidumbre en cualquier país, pero yo creo que adicional a eso también hay una sensación que tienen los ciudadanos de Colombia, y es de rechazar categóricamente el populismo y la demagogia, el discurso expropiador, el que quiere legitimar la violencia como método de hacer política.
Y eso a mí me parece que es positivo, porque el ciudadano colombiano no quiere que nadie venga a cortarle sus libertades ni a quitarle lo que ha construido con tanto esfuerzo. Entonces, me parece que, cuando se junta la preocupación con una reflexión genuina, eso permite que el votante acuda con una mejor conciencia a las urnas.
Sin embargo, lo que se suele hacer en campañas como esta es traer a colación el monstruo de Venezuela. Sin embargo, una cosa es una dictadura y otra una democracia.
Pero que no se olvide una cosa. ¿Cómo empezó la debacle de Venezuela? Lo hizo en democracia y rápidamente se volvió en una democracia y después en la más oprobiosa de las dictaduras. Y el fenómeno de Venezuela acá se siente. Nadie nos viene a pintar pajaritos en el cielo.
Acá hay 1,8 millones de venezolanos que llegaron buscando refugio con frío en los huesos e insolación, y que han llegado a Colombia buscando oportunidades porque lo poco o mucho que tenían lo perdieron en gobiernos que se dedicaron a acabar con la iniciativa privada y a acabar con las oportunidades de empleo. Entonces, no es que acá tenga nadie que traer algún monstruo.
En Colombia ya han visto el monstruo. Por eso, en todos los que han sido áulicos defensores o estafetas del discurso de Chávez van a ser rechazados en las urnas (de cara a las elecciones presidenciales de esta nación en mayo de 2022).
No cree que ese discurso de ‘venezolanización’ de un país alimenta la popularidad de la oposición?
Acá no hay ‘venezolanización’. Acá lo que se ha visto es la tristeza de Venezuela, la de aquellos que lo perdieron todo. La gente en Colombia tiene espíritu emprendedor. Es un país con un gran espíritu emprendedor, sea la más micro de las empresas hasta la empresa más grande.
En Colombia se rechaza el discurso demagógico, el de pan para hoy que es hambre para mañana, el discurso que quiere legitimar causas sociales, pero aniquilando cualquier posibilidad de inversión. El colombiano no lo traga entero. Por eso yo tengo la certeza de que en las urnas los ciudadanos van a rechazar cualquier fórmula que trate de vincular a nuestro país al fallido modelo venezolano.
Presidente, usted sale el 7 de agosto y Maduro se queda en el poder.
Pero luchamos por lo que creemos. Esos acuerdos del pasado, del silencio, son muy peligrosos, porque el silencio se hizo cómplice de muchos gobiernos que miraron al otro lado para dejar incubar el fenómeno que ocurrió en Venezuela.
Yo denuncié a Maduro en la Corte Penal Internacional, así como en otras instituciones internacionales. Adicionalmente, he defendido el retorno a la democracia y he podido tener el gesto más grande, humanitario, que haya podido ver este continente, que fue dar estatus de protección temporal a 1,8 millones de habitantes.
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Entonces, yo he enfrentado mis batallas con convicción, con creencias y con lo que le prometí al país, pero además lo hemos hecho dentro del multilateralismo. Maduro es un dictador. Si yo termino mi gobierno y continúa la dictadura, por lo menos tengo la satisfacción de que la enfrenté con argumentos y ante la comunidad internacional, y lo hice dándoles albergue a quienes la pobreza engendrada en ese régimen expulsó. Entonces, uno en la vida tiene que estar con la conciencia tranquila de haber estado en la arena y defendido lo que creía.
¿Cree que el cerco diplomático fue un fracaso?
No. Creo que el cerco diplomático ha tenido también éxitos muy importantes: que más de 50 naciones no reconozcan a Nicolás Maduro, que se hayan implementado sanciones económicas efectivas y que se hayan abierto casos ante los tribunales internacionales contra el dictador y su círculo más cercano. Que se haya podido poner más operación contra lavado de activos de recursos de esas naciones del mundo y que además alerte a la humanidad sobre lo que ocurre en Venezuela para darse cuenta de que Maduro es el Slobodan Milosevic de América Latina.
Entonces, creo que el cerco diplomático, que fue una acción multilateral, ha tenido resultados. Que hace falta la estocada final, que es el retorno a la democracia, sin lugar a dudas, pero acá los que creemos en la democracia y en las decisiones ciudadanas para tomar esas decisiones democráticas lo seguiremos haciendo hasta que retorne la democracia en ese país.