Quince horas antes de hacer efectivo su derecho a una muerte digna, el Comité Científico Interdisciplinario para el Derecho a Morir con Dignidad anuló la eutanasia de la colombiana Martha Sepúlveda, según anunció el Instituto Colombiano del Dolor (Incodol) el sábado 9 de octubre.
El organismo “concluyó de manera unánime cancelar” la muerte digna de Sepúlveda, la primera mujer de Colombia a quien se le aplicaría el procedimiento sin padecer una enfermedad terminal. La eutanasia estaba programada para este domingo 10 de octubre a las 7.00 a.m.
Desde 2018, Martha Sepúlveda padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que le provoca dolores indescriptibles. Por esa razón, recurrió a la Corte Constitucional de su país, que finalmente autorizó el procedimiento de una muerte digna.
La eutanasia fue despenalizada en Colombia en 1997, pero se convirtió en ley hasta 2015. Desde entonces, se han realizado 157 procedimientos. En julio, la Corte Constitucional confirmó que, por norma, se extendió el cubrimiento del derecho a la eutanasia a los pacientes no terminales, ya que anteriormente este procedimiento estaba habilitado solamente para personas que tuvieran enfermedades terminales en estado avanzado.
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Pese a ello, tras revisar y analizar “de nuevo de forma amplia y suficiente la solicitud” de la paciente, el Incodol comunicó que la decisión de cancelar la eutanasia se basa en la resolución 971 del Ministerio de Salud.
El documento también añade un concepto actualizado del estado de salud de Sepúlveda. En él “se define que no se cumple con el criterio de terminalidad como se había considerado en el primer comité”.
Foto: Twitter
Hasta el momento, no hay reacciones de Martha Sepúlveda ni de Federico, su único hijo de 22 años, quien ha hablado en Twitter sobre la lucha de su madre. En la víspera, la Conferencia Episcopal le había pedido reconsiderar el procedimiento e hizo énfasis en que “Dios siempre nos acompaña”.
La colombiana sabía su muerte iba a ser lenta, dolorosa y que se extendería por varios años. El futuro le parecía desgarrador. Un día le dijo a Federico que quería luchar por conseguir su eutanasia. Y aparentemente lo había logrado.
“Estoy más tranquila desde que recibí la autorización de la eutanasia, me río más y duermo mejor (…). Soy una persona católica, me considero muy, muy creyente, pero Dios no me quiere ver sufrir a mí”, aseguró hace poco a la cadena Noticias Caracol.
La anulación del derecho de Martha Sepúlveda ha generado una ola de indignación en Colombia.
“El colmo que le hayan negado la eutanasia a Martha Sepúlveda. Morir dignamente es una decisión individual, ni el Estado ni NADIE debe intervenir. Quiénes somos para decir hasta dónde debe sufrir alguien más? Que cada quien decida si morir con sufrimiento o morir con dignidad”, lamentó Juan Reyes Kuri, miembro de la Cámara de Representantes.
“Increíble la manera en que Incodol revictimiza y hace aun más doloroso el proceso de Martha Sepúlveda. Es absurdo que en Colombia la presión política y mediática gane sobre los derechos individuales de los ciudadanos. La eutanasia en casos así es una decisión que debe respetarse”, escribió el politólogo Fernando Posada.
“La lección que da este país de camanduleros con el caso de Martha Sepúlveda es que quien se quiera morir o quiera interrumpir un embarazo que no desea, busque la forma más riesgosa de hacerlo. Porque el Estado, que soterradamente es confesional, no se lo va a poner fácil”, apuntó el periodista Ricardo Gonzáles.
Es una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos y afecta las funciones físicas. En esta patología, las células nerviosas se degradan, lo que reduce la funcionalidad en los músculos con los que se conectan. Se desconoce la causa.
El síntoma principal es la debilidad muscular. Los medicamentos y la terapia pueden reducir el avance de la ELA y el malestar, pero no existe una cura.
Martha Sepúlveda Campo fue diagnosticada con Esclerosis Lateral Amiotrófica, ELA y con el tiempo se agudizaron los dolores, el daño muscular y las dificultades para moverse. La mujer se iba a convertir en la primera paciente en Colombia que accedía a este derecho sin tener una enfermedad terminal.
La eutanasia también es conocida como suicidio asistido, sedación terminal o cuidados paliativos. El término proviene del griego eu (que significa bueno) y thanatos (muerte), por lo que etimológicamente significa ‘buena muerte’.
Se entiende por eutanasia como el proceso de acelerar la muerte de una persona con una enfermedad incurable para evitar que sufra. La administración de los fármacos a la persona que desea morir siempre está a cargo de un equipo médico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella “acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”.
Martha Sepúlveda Campo fue diagnosticada con Esclerosis Lateral Amiotrófica
La eutanasia fue despenalizada en Colombia en 1997, pero se convirtió en ley hasta 2015. Desde entonces, se han realizado 157 procedimientos. En julio, la Corte Constitucional confirmó que, por norma, se extendió el cubrimiento del derecho a la eutanasia a los pacientes no terminales, ya que anteriormente este procedimiento estaba habilitado solamente para personas que tuvieran enfermedades terminales en estado avanzado.
Pero la Corte Constitucional también llamó a que se establecieran regulaciones legales estrictas para proteger el derecho a la vida, algo que no ocurrió, dejando el asunto en un limbo jurídico durante años.
El último sondeo de Colombia Opina de Invamer dice que más del 72% de los encuestados está de acuerdo con la eutanasia, con un porcentaje mayor en las ciudades más grandes del país. “Tal vez Colombia sí puede ser un país líder en cuanto a los avances de muerte digna”, dijo Jaramillo a Noticias Caracol.